Bruselas se alinea con Berl¨ªn y excluye las demandas de Par¨ªs, Madrid y Roma
La Comisi¨®n augura una cumbre de jefes de Estado con escasos resultados y f¨ªa la soluci¨®n de los problemas en Espa?a y Grecia para noviembre
Dos docenas de cumbres despu¨¦s, los l¨ªderes de la Uni¨®n se empe?an en recuperar el mito de Pen¨¦lope: un endiablado manejo de la crisis que consiste en tejer complicados acuerdos para despu¨¦s destejerlos y eternizar los problemas del euro. La ¨²ltima reuni¨®n, en junio, se cerr¨® con un mecanismo que, junto con el posterior anuncio de compra de deuda por parte del BCE, parec¨ªa la soluci¨®n a todos los males. Se acord¨® un calendario para que el fondo de rescate recapitalizara bancos en dificultades: un paso fundamental hacia la uni¨®n bancaria, quiz¨¢ la ¨²nica forma de romper el c¨ªrculo vicioso entre los problemas financieros y los de la deuda p¨²blica, tan desastroso en Espa?a. Alemania dio la sorpresa hace unos d¨ªas al anunciar que romp¨ªa ese contrato, tanto la letra (el ambicioso calendario) como la m¨²sica (el fondo de rescate iba a asumir activos t¨®xicos que los pa¨ªses en dificultades han apartado en bancos malos). Bruselas dio ayer la puntilla a esa posibilidad: la Comisi¨®n se alinea con las tesis de Berl¨ªn, y la ¨²ltima versi¨®n del informe sobre la refundaci¨®n del club del euro (firmada por el Consejo, la Comisi¨®n, el BCE y el Eurogrupo) no recoge las exigencias de Francia, Italia y Espa?a, que reclaman un respeto escrupuloso para los acuerdos de junio. El choque de trenes en la pr¨®xima cumbre est¨¢ asegurado.
La canciller alemana ?ngela Merkel, a la que se dio por clara perdedora en la reuni¨®n de junio, tiene, a priori, pr¨¢cticamente ganada la cita de jefes de Estado y de Gobierno de los pr¨®ximos 18 y 19 de octubre, en la que no se prev¨¦n grandes avances m¨¢s all¨¢ de conseguir una interpretaci¨®n definitiva ¨Cy german¨®fila¡ª de los acuerdos ya suscritos. La alianza Par¨ªs-Roma-Madrid, de momento, no prospera. ¡°Hay sutilezas en el comunicado final de la cumbre anterior que son interpretables, pero la uni¨®n bancaria no est¨¢ pensada para solucionar todos los problemas actuales, sino para futuras crisis¡±, resumi¨® ayer una alta fuente de la Comisi¨®n ante un reducido grupo de corresponsales. Malas noticias para Espa?a, que adem¨¢s admiti¨® impl¨ªcitamente que no va a cumplir sus objetivos de d¨¦ficit.
La jugada es retorcida. El BCE y Bruselas consideran que Alemania ya ha cedido bastante al permitir que el Eurobanco compre deuda de forma ilimitada cuando un pa¨ªs solicite un rescate. A cambio, Bruselas y Fr¨¢ncfort aceptan las tesis de Berl¨ªn sobre la uni¨®n bancaria, seg¨²n fuentes de Bruselas y de Fr¨¢ncfort: el supervisor europeo ¨Cel propio BCE¡ª no estar¨¢ listo a tiempo y al menos al principio solo controlar¨¢ las entidades rescatadas y los bancos m¨¢s grandes, lo que deja a las medianas y peque?as (bancos regionales y locales alemanes, por ejemplo, que est¨¢n en p¨¦simas condiciones) bajo el paraguas del banco central de cada pa¨ªs, como quiere el Bundesbank. La recapitalizaci¨®n directa de bancos solo podr¨¢ empezar cuando ese supervisor ¨²nico no solo se haya puesto en marcha, sino que funcione a velocidad de crucero. Seg¨²n las fuentes consultadas, eso deja ¡°para 2014¡± las inyecciones directas en la banca. Tarde para Espa?a.
Pese a la interpretaci¨®n inicial del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juanker, y del vicepresidente de la Comisi¨®n Olli Rehn, Bruselas no precisa si esa recapitalizaci¨®n ser¨¢ retroactiva o no (como pide Espa?a). Tampoco hay rastro del fondo europeo de garant¨ªa de dep¨®sitos, una forma de mutualizar deuda por la puerta de atr¨¢s que Berl¨ªn no quiere ver ni en pintura. Todo est¨¢ demasiado verde, o es para un plazo demasiado largo, o directamente no casa con el punto de vista alem¨¢n. ¡°A veces no todos los Gobiernos tienen la misma sensaci¨®n de urgencia¡±, sentenci¨® la citada alta fuente comunitaria. Berl¨ªn interpret¨® los acuerdos a su manera; Francia, Italia y Espa?a lo hacen de otra forma. ¡°La verdad est¨¢ en alg¨²n lugar en medio de esas visiones¡±.
El informe que dio a conocer Herman Van Rompuy, el presidente del Consejo, abunda en esa tesis. Se limita a describir los pasos dados hasta ahora en funci¨®n de la interpretaci¨®n alemana, sin ninguna menci¨®n a las tesis de Rajoy o del primer ministro italiano, Mario Monti. El borrador de conclusiones de la pr¨®xima cumbre simplemente traslada el debate al Eurogrupo, la reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa del euro, al que pide que ¡°elabore los criterios operativos que regir¨¢n la recapitalizaci¨®n directa por parte del mecanismo de rescate¡±. Monti critica que Bruselas se empe?e en tratar de resolver la crisis a base de tecnicismos ¡°en lugar de buscar soluciones pol¨ªticas¡±. Con esa correlaci¨®n de fuerzas se avecina tormenta en la cumbre, para la que tampoco se espera nada importante en el caso de Grecia (que necesita m¨¢s margen para cumplir el d¨¦ficit) ni del segundo rescate a Espa?a.
La soluci¨®n para Espa?a se deja para dentro de unas semanas, y la de Grecia ¡°para los primeros d¨ªas de noviembre¡±, seg¨²n la Comisi¨®n. A d¨ªa de hoy lo m¨¢s probable es que el resultado de la reuni¨®n de l¨ªderes sea una nueva patada a seguir: la cita clave se deja para diciembre, pasadas las elecciones de EE UU. Frente a esa falta de soluciones para los problemas m¨¢s acuciantes, grandes ideas: el documento de Van Rompuy confirma que la eurozona avanza hacia la creaci¨®n de un presupuesto y un Tesoro com¨²n (a muy largo plazo) cuya funci¨®n ser¨¢ amortiguar las turbulencias econ¨®micas en los pa¨ªses en crisis para dar tiempo a que las reformas estructurales den los frutos esperados. A cambio, todos los Estados deber¨¢n firmar contratos con Bruselas donde se recojan los ajustes comprometidos. Eso ser¨¢ dentro de unas cuantas reuniones adicionales al m¨¢s alto nivel: en mayo de 2010, cuando empezaron las cumbres anticrisis, la UE no so?aba con ser premio Nobel de la Paz; pero ni en la peor de sus pesadillas pod¨ªa imaginarse que 25 cumbres despu¨¦s la crisis del euro estar¨ªa tan viva y coleando.
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