Joven, paquistan¨ª y ministra noruega
Hadia Tajik, que se salv¨® de la matanza de Utoya, se convierte a sus 29 a?os en un s¨ªmbolo de la integraci¨®n social al entrar en el Gobierno laborista
¡°Los noruegos en Espa?a de ninguna manera pueden ser comparados con los inmigrantes en Noruega. Aqu¨ª somos un activo¡±, declar¨® hace unos meses a un diario de su pa¨ªs Erik Flathus, l¨ªder de la filial de un partido derechista en L'Alf¨¤s del Pi, la ciudad alicantina donde reside una nutrida colonia n¨®rdica. Una compatriota suya, de nombre Hadia Tajik, le respondi¨® en un tuit que envi¨® a sus miles de seguidores: ¡°?Qu¨¦ te parece?¡± Tres palabras que ilustr¨® con una foto de la cita publicada en el Dagbladet. A ella, parlamentaria laborista de 29 a?os, aquellas palabras la debieron irritar bastante. Esa misma mujer, la hija peque?a de los se?ores Tajik, tenderos paquistan¨ªes en un pueblecito noruego donde la cr¨ªa naci¨® hace 29 a?os, fue nombrada ministra de Cultura de Noruega hace unas semanas. La primera musulmana. Y la m¨¢s joven.
Salta a la vista que no es la t¨ªpica noruega. Pero el pa¨ªs tampoco es tan blanco y luterano como anta?o. Cuando le preguntaron al rey Harald qu¨¦ opinaba sobre la ¨²ltima incorporaci¨®n al Consejo de Ministros pronunci¨® tres palabras: ¡°Ya era hora¡±. Ella es una hija de Utoya. Formada en la cantera laborista, era una entre miles de chavales que crecieron pol¨ªticamente en reuniones veraniegas en aquella isla que un sujeto de clase media, rubio y de ojos azules, Anders Behring Breivik, convirti¨® en un cementerio al asesinar a tiros a 69 personas tras poner una bomba que mat¨® a ocho m¨¢s. Tajik estuvo aquella ma?ana de julio de 2011 all¨ª. Salv¨® el pellejo porque se fue antes de que llegara el asesino.
Para los que han seguido de cerca su trayectoria, el nombramiento se ve¨ªa venir. Aseguran que, con o sin los ataques del 22 de julio, hubiera llegado as¨ª de alto. La duda era cu¨¢ndo. ?Sorpresa? ¡°S¨ª y no¡±, responde al tel¨¦fono Bjarne Hakon Hanssen, que trata con frecuencia a la ministra, demasiado ocupada ahora para atender a la prensa internacional, seg¨²n su portavoz. ¡°Me sorprendi¨® porque a¨²n es muy joven. Pero no me sorprendi¨® porque ya tiene un buen historial¡±, explica Hanssen, tres veces ministro y hoy socio de una empresa de comunicaci¨®n. ?l es el hombre que la llev¨® a Oslo, el que la introdujo en la pol¨ªtica con may¨²sculas. ¡°Yo era el responsable de la pol¨ªtica de integraci¨®n en Noruega. Y buscaba un asesor pol¨ªtico que tuviera un bagaje distinto al t¨ªpico noruego. Ella era un tres en uno: brillante, joven y ten¨ªa ese bagaje¡±.
La ministra es un ejemplo para
Ante la pregunta de cu¨¢n religiosa es, la respuesta entre quienes la conocen es id¨¦ntica: ¡°Eso es algo entre ella y Dios¡±. Imposible saber si frecuenta alguna mezquita (cosa menos habitual entre las mujeres). Seg¨²n el exministro Hanssen: ¡°Es creyente y siempre se define como musulmana¡±. Nada m¨¢s sobre su fe, que comparte con 106.000 de los casi cinco millones de habitantes del pa¨ªs.
El terrorista antiinmigrantes e islam¨®fobo, condenado en agosto a 21 a?os de c¨¢rcel prorrogables, debe estar revolvi¨¦ndose en su celda ahora que una mujer de piel aceitunada y que reza a Al¨¢ est¨¢ en la c¨²pula pol¨ªtica. Una representante de esos a los que Breivik culpa de todos los males contempor¨¢neos. El tribunal que le declar¨® cuerdo y culpable recalc¨® que sus cr¨ªmenes estaban vinculados a un discurso de la extrema derecha que infiltra peligrosamente el discurso pol¨ªtico.
Tajik defiende la igualdad,
Cuenta su mentor que sus padres, sobre todo su madre, Safia Qazalbash, le sol¨ªan insistir en que el viaje a Noruega les hab¨ªa dado muchas oportunidades que ella deb¨ªa aprovechar trabajando duro. Visto lo visto, queda claro que le tom¨® la palabra. Aunque los Tajik quer¨ªan que estudiara para dentista. No fue as¨ª, pero el curr¨ªculo de la nueva responsable de la cultura, incluida la nueva y espectacular ?pera de Oslo, destaca: licenciada en periodismo (ha trabajado en cinco medios) con un m¨¢ster en derechos humanos en Londres y una segunda licenciatura en Derecho, domina el ingl¨¦s, el urdu, el dari y chapurrea el alem¨¢n. Y algo muy noruego: tiene permiso de caza.
Sarwar Tajik y su esposa llegaron desde Pakist¨¢n en busca de una vida mejor a Noruega cuando el pa¨ªs empezaba a disfrutar de la bonanza del petr¨®leo y necesitaba mano de obra. Se instalaron en Strand, un municipio de 12.000 habitantes donde ten¨ªan un ultramarinos. Ahora ambos est¨¢n jubilados. ¡°La verdad es que no s¨¦ por qu¨¦ se instalaron aqu¨ª, no tenemos muchos paquistan¨ªes¡±, cuenta por tel¨¦fono el alcalde del pueblo natal de la ministra y compa?ero laborista, Helge Steinsvag. Tras muchas campa?as juntos, intu¨ªa que esto llegar¨ªa porque ella ¡°es muy competente y tiene el apoyo de los pol¨ªticos de Oslo¡±. Steinvag est¨¢ convencido de que Tajik ¡°se va a convertir en un importante ejemplo a seguir para la nueva generaci¨®n¡±.
Del mismo modo que Barack Obama seguramente ha convencido a miles de cr¨ªos negros estadounidenses de que, con oportunidades y esfuerzo, pueden llegar a la NBA y tambi¨¦n a la Casa Blanca, Tajik se puede convertir en un modelo. ¡°Ahora Hadia es un ejemplo para que los ni?os de los inmigrantes asuman responsabilidades y construyan este pa¨ªs¡±, declar¨® a la televisi¨®n p¨²blica, NRK, Saad Farooq Shehzad, que conoce a los Tajik de toda la vida y pertenece a una agrupaci¨®n musulmana de la regi¨®n de Rogaland. Noruega es el hogar de 300.000 inmigrantes no europeos (y otros tantos del continente).
Tajik salt¨® a la fama en 2009 gracias a unos v¨ªdeos en YouTube que fueron la sensaci¨®n de la campa?a digital a la que se ven abocados los pol¨ªticos ante la prohibici¨®n de que las televisiones emitan propaganda electoral. ¡°Supongo que los laboristas la eligieron como conejillo de indias. Sus v¨ªdeos, de muy buena factura, no como otros, atrajeron a los periodistas, fue invitada a talk shows y ah¨ª logr¨® la atenci¨®n de los grandes medios¡±, detalla por tel¨¦fono Oyvind Kalnes, de la Universidad de Lillehammer, que analiz¨® este experimento. ¡°No enfatizaba su bagaje inmigrante, paquistan¨ª, musulm¨¢n, sino que se present¨® como una candidata para todos los noruegos¡±. Hubo ¡°cr¨ªticas racistas y sexistas¡±, cuenta este experto en ciencias pol¨ªticas.
La ministra es una firme defensora de la igualdad de oportunidades, pero no de la discriminaci¨®n positiva. Y, por supuesto, del esfuerzo. Nada sorprendente en una hija de la meritocracia. Tres d¨ªas antes de ser nombrada ministra, lo dejaba claro en un art¨ªculo en Aftenposten: ¡°Los pol¨ªticos socialdem¨®cratas deben repartir cartas a todos. Y cada uno decide c¨®mo jugarlas. Si apostar fuerte y asumir el riesgo, o jugar a lo seguro y quedarte como est¨¢s¡±. Ella, como queda patente, apost¨® fuerte. M¨¢s tarde a?ad¨ªa: ¡°[Los socialdem¨®cratas] no est¨¢n para dar ventajas especiales a individuos o grupos¡±.
La hija de los tenderos paquistan¨ªes es, seg¨²n los expertos, una elecci¨®n estrat¨¦gica para atraer al creciente colectivo de los inmigrantes no occidentales ante los comicios de oto?o de 2013. Las restricciones a la inmigraci¨®n alejaron a ese grupo de los laboristas pero hay quien sostiene que la matanza de Utoya ¡ªcon ambos como objetivo¡ª los ha vuelto a unir. La ministra Tajik encarna ese deseo.
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