Escocia enfrenta sus sue?os y sus miedos
La posibilidad de lograr la independencia en 2014 con un refer¨¦ndum desata en la sociedad escocesa una reflexi¨®n sobre los anhelos y los temores ligados a la escisi¨®n
¡°Amigos, tenemos un trabajo pendiente: ganar un refer¨¦ndum. ?Manos a la obra!¡±, arengaba Alex Salmond, ministro principal de Escocia y l¨ªder del independentista Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP en sus siglas en ingl¨¦s) a las bases del partido, reunido en Perth en el tradicional congreso de oto?o. Un discurso, en general, relativamente mesurado.
Quiz¨¢s porque el SNP no parece acabar de dar cr¨¦dito a lo que le est¨¢ pasando: dentro de dos a?os, los escoceses votar¨¢n en refer¨¦ndum si quieren la independencia de Reino Unido. A pesar del momento hist¨®rico, hay razones para la cautela: en enero, un 39% de los escoceses apoyaba la independencia y un 50% se opon¨ªa. Ahora solo la apoya un 30% y un 58% se opone.
Pero quedan dos a?os y la tradici¨®n del SNP de destrozar encuestas y ganar contra pron¨®stico. Salmond recuerda siempre que puede que nadie pensaba que llegar¨ªan al Gobierno, y llegaron por los pelos en 2007. Y que nunca alcanzar¨ªan la mayor¨ªa absoluta, pero lo consiguieron en 2011. En enero de aquel a?o, los laboristas llevaban al SNP una ventaja de 16 puntos en los sondeos, comenta ahora Stuart Nicolson, portavoz y asesor pol¨ªtico de Alex Salmond.
¡°Las cosas cambian en muy poco tiempo y tenemos dos a?os como Gobierno, como partido y como movimiento m¨¢s amplio a favor del s¨ª para construir un consenso a favor de una Escocia independiente. Y si ganas el debate en todos los frentes, el econ¨®mico y otros, puedes ganar el voto¡±, sostiene Nicolson.
Frente a los sondeos que auguran la derrota del s¨ª, los independentistas replican que otros sondeos reflejan una abrumadora mayor¨ªa favorable al autogobierno, aunque no a la independencia. Ah¨ª creen tener un granero de potenciales conversos.
¡°Incluso gente que ahora puede no estar convencida sobre una Escocia independiente, si les preguntas qui¨¦n est¨¢ en mejores condiciones de tomar decisiones sobre impuestos, bienestar, ayudas sociales, derechos laborales, si Edimburgo o Londres, responden que Edimburgo. El SNP es capaz de capitalizar muy bien ese sentimiento de naci¨®n y confianza en las instituciones de Edimburgo frente a las de Londres¡±, insiste.
?Romanticismo o pragmatismo?
?Quieren los escoceses la independencia por razones identitarias (romanticismo) o porque creen que el pa¨ªs funcionar¨¢ mejor gobernado por ellos (pragmatismo)? Los militantes del SNP, seguramente, por ambas cosas. Pero lo importante para que gane el s¨ª no es lo que piensen ellos, sino los que desean la independencia pero no est¨¢n seguros de que Escocia vaya a salir ganando si abandona Reino Unido.
Curiosamente, el desplome del s¨ª en los sondeos hace pensar que cuanto m¨¢s cerca est¨¢n de la independencia, m¨¢s la temen. Es decir, que lo que m¨¢s va a contar a la hora de votar es el pragmatismo.
Desde el punto de vista del pragmatismo, ?tiene sentido la independencia en el siglo XXI? Hay dos factores que hacen pensar que ni siquiera un pa¨ªs independiente tiene realmente control sobre su destino. El congreso del SNP aprob¨® el viernes un cambio de pol¨ªtica que lo demuestra: 40 a?os de oposici¨®n a la OTAN se han evaporado ante la evidencia de que, por puro pragmatismo, Escocia tiene que seguir en la Alianza.
Hay otro asunto fundamental a tener en cuenta: Escocia puede ser independiente, pero no tendr¨¢ moneda propia. Hasta el SNP admite que no tiene sentido crear una nueva moneda. Por eso, con el prestigio del euro por los suelos, su ¨²nica alternativa es mantener la libra esterlina, cuyo tipo de inter¨¦s y de cambio lo decidir¨¢ el Banco de Inglaterra prescindiendo de las necesidades escocesas. En ese escenario, quiz¨¢s muchos escoceses acaben pensando que lo que realmente necesitan es lo ¨²nico que, hoy, no est¨¢ sobre la mesa: mucha m¨¢s autonom¨ªa.
Si los independentistas ganan el refer¨¦ndum de octubre de 2014, la independencia puede llegar de manera rapid¨ªsima. Se abrir¨¢ un periodo de negociaciones con Londres para pactar la separaci¨®n. Alyn Smith, eurodiputado del SNP, estima que esa transici¨®n durar¨¢ unos 18 meses. ¡°Se har¨¢ r¨¢pido y con buena voluntad. Siempre seremos amigos y vecinos. No creemos que vaya a haber dificultades legales en las negociaciones¡±, augura.
El profesor James Mitchell, de la Universidad de Strathclye, coincide. ¡°Si ganaran los independentistas, a ambas partes les interesa una negociaci¨®n sin conflicto. La inestabilidad perjudicar¨ªa a los dos, pero sobre todo a Londres¡±, opina. ¡°Digan lo que digan ahora, a los dos Gobiernos les interesa acabar teniendo buenas relaciones tras el proceso¡±, explica.
Angus Robertson, jefe del grupo parlamentario del SNP en Westminster y padrino del crucial y traum¨¢tico cambio de posici¨®n del partido en su vieja hostilidad hacia la OTAN, ve las futuras relaciones entre Escocia y Reino Unido a un nivel semejante a la cooperaci¨®n que mantienen entre s¨ª los pa¨ªses escandinavos o con mecanismos de cooperaci¨®n como los que ahora implementan Irlanda y Reino Unido.
¡°Queremos mantener la zona de libre circulaci¨®n, que no haya fronteras¡±, se?ala Robertson. ¡°Queremos mantener el mismo jefe Estado que Reino Unido. Queremos seguir viendo la BBC, aunque por desgracia no creo que eso mejore la calidad del f¨²tbol escoc¨¦s. Tenemos una visi¨®n de una independencia del siglo XXI. Hay mucha gente en Escocia que es originaria de Inglaterra. Yo mismo lo soy. Somos los vecinos y amigos m¨¢s pr¨®ximos que se puede ser. Hablamos de la uni¨®n social que compartimos y que queremos seguir construyendo y desarrollando. Y esa uni¨®n social va m¨¢s all¨¢ de las estructuras de gobierno: es acerca de nuestra relaci¨®n cultural, del hecho de que nos entendemos unos con otros, que nos gustamos. Todo eso no solo va a continuar, sino que va a mejorar. Necesitamos algo apropiado para el siglo XXI, que implica compartir soberan¨ªa con instituciones multilaterales y con vecinos. Y eso es bueno. No estamos en el siglo XIX¡±.
Antes de llegar ah¨ª, sin embargo, habr¨ªa muchas cosas que discutir. ¡°Las principales cuestiones a negociar son las econ¨®micas y fiscales. Ah¨ª hay materias como la moneda, la deuda brit¨¢nica, repartir el gas y el petr¨®leo y otros ingresos¡±, explica el profesor James Mitchell. ¡°Hay otro lote, pol¨ªticamente peligroso pero manejable, que son las cuestiones de Defensa¡±, a?ade. Aunque han aceptado seguir en la OTAN, los independentistas lo han condicionado a la desnuclearizaci¨®n de Escocia, que implica trasladar el sistema de disuasi¨®n nuclear Trident al sur de la frontera.
Aunque el acuerdo para desnuclearizar Escocia puede ser r¨¢pido, su aplicaci¨®n puede ser muy lenta. ?Cu¨¢nto tiempo? Angus Robertson, que es tambi¨¦n portavoz de Defensa del SNP desde hace m¨¢s de 10 a?os, elude la respuesta pero se muestra flexible.
¡°Es una cuesti¨®n de negociaci¨®n. Nuestros amigos en Londres no est¨¢n todav¨ªa en condiciones de hablar de un tema tan serio. Hemos de tener en cuenta sus opiniones y sus problemas. Para poder contestar a esa pregunta tenemos que sentarnos antes con ellos como buenos vecinos y buenos amigos¡±, responde, constructivo. De momento no hay tensi¨®n entre Londres y Edimburgo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.