La ultraderecha griega gana la calle
El partido Aurora Dorada, con 18 diputados, ha tejido una gran red para asistir al ciudadano m¨¢s golpeado por la crisis y se afianza como un Estado dentro del Estado
Son las seis y media de la tarde del mi¨¦rcoles. Las oficinas abren a las siete pero en la puerta hay al menos 20 personas. Muchos ancianos. Una mujer de pelo blanco con un carrito de la compra. Una pareja de mediana edad y un se?or de unos 70 a?os bien trajeado que lleva una peque?a chapa en el cuello de la chaqueta. Es un meandro, una especie de esv¨¢stica, y es el s¨ªmbolo del partido neonazi griego Aurora Dorada. El edificio frente al que estas personas esperan es su sede central en Atenas. Todos los d¨ªas, durante dos horas, est¨¢ abierta para atender al p¨²blico. Es aqu¨ª donde, d¨ªa tras d¨ªa, Aurora Dorada construye el apoyo popular sobre las ruinas econ¨®micas y pol¨ªticas del pa¨ªs. Si se votara hoy, seg¨²n todos los sondeos, ser¨ªa el tercer partido de Grecia.
Sin mirar a la red que el partido ha construido en los ¨²ltimos dos a?os no se entiende c¨®mo la formaci¨®n, que en 2009, en las elecciones europeas, obtuvo menos del 0,5% de los votos, haya podido ganar 18 de los 300 diputados en los comicios de junio y el doble si se celebraran comicios ahora.
En la sede central, cerca de la estaci¨®n ferroviaria de Larissa, se reproducen los mecanismos de funcionamiento de las m¨¢s de 40 oficinas locales. En medio de la depauperaci¨®n de la clase media griega, Aurora Dorada se presenta como capaz de llenar los huecos dejados por el Estado. En la p¨¢gina web oficial y en las de los grupos locales se anuncian distribuciones de comidas, servicios de asesoramiento para la b¨²squeda de trabajo, visitas a residencias de ancianos o f¨¢bricas en crisis. Todo bajo el lema ¡°Solo para los griegos¡±.
A las siete, cuando se abren las puertas, Dimitri es de los primeros en entrar. Ha venido a buscar un libro: Hitler para 1.000 a?os, del ide¨®logo nazi Le¨®n Degrelle. Tiene 20 a?os. Guardan la entrada del edificio dos hombres que lucen m¨²sculos debajo de dos apretadas camisetas negras. Podr¨ªan ser dos gorilas de discoteca si no fuera por la bandera que se entrev¨¦ a sus espaldas: el s¨ªmbolo negro sobre un fondo rojo. ¡°Damos comida, intentamos ayudar a buscar trabajo. La gente nos cuenta los problemas con los inmigrantes que la polic¨ªa no puede solucionar y nosotros actuamos con nuestros m¨¦todos¡±, explica Alex, que como la mayor¨ªa de los voluntarios viste un pantal¨®n militar de color verde oscuro y una sudadera negra. ¡°Para empezar que sea claro: ni fotos ni entrevistas a los que est¨¢n dentro¡±, advierte. Es la condici¨®n de la visita.
La organizaci¨®n reparte comida, busca trabajo y asiste a desvalidos
De las intervenciones de Aurora Dorada hay rastros en Internet. El 8 de septiembre varios miembros y dos de sus diputados asaltaron un mercadillo de inmigrantes en Rafina. Hace dos d¨ªas, la Red contra la Violencia Antirracista, una organizaci¨®n de 23 ONG patrocinada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, present¨® el primer informe de un proyecto piloto para registrar el aumento de casos de violencia contra los extranjeros. Entre enero y septiembre documentaron 87 episodios, la mayor¨ªa en Atenas y en lugares p¨²blicos. Las v¨ªctimas, que en muchos casos han sufrido lesiones importantes, hablan del uso de armas, bastones, tijeras, botellas rotas, cadenas. ¡°En algunos casos¡±, se lee en el informe, ¡°las v¨ªctimas o los testigos de los ataques han reconocido entre los responsables a personas asociadas a Aurora Dorada¡±.
¡°Dicen que somos nosotros pero no¡±, dice Thomas, 35 a?os, encargado de la peque?a tienda que se encuentra en la primera planta de la sede. ?Pod¨¦is negar el uso de la violencia? ¡°No instigamos. Pero no podemos evitar que nuestra gente se defienda¡±. En m¨¢s de una ocasi¨®n los miembros del partido han negado ser los autores de los ataques. El mi¨¦rcoles, en una entrevista en la televisi¨®n Skai, el l¨ªder, Nikolai Michaloliakos, cuya primera declaraci¨®n tras ser elegido fue ¡°todos los inmigrantes fuera¡±, volvi¨® a negarlo a pesar de los v¨ªdeos. El Parlamento quit¨® la inmunidad a dos de sus diputados por participar en el ataque de Rafina. La medida tambi¨¦n ha afectado a un tercer diputado, imputado por un robo a mano armada en 2007. Es el portavoz del partido, Ilias Kasidiaris, famoso por haber agredido a dos parlamentarias de izquierda durante un debate en televisi¨®n en junio.
Thomas est¨¢ en el paro. Trabajaba en una gran empresa farmac¨¦utica griega que se declar¨® en bancarrota hace unos meses. Ahora vende aqu¨ª el material de propaganda del partido. Al lado de la tienda hay dos estanter¨ªas semivac¨ªas, la biblioteca del centro. Theodorus, 25 a?os, traduce los t¨ªtulos: ¡°Este va de la negaci¨®n del Holocausto. Estos son escritos de Julius Evola. Este otro son poemas de nuestro l¨ªder. Y aqu¨ª tenemos discursos de Goebbels¡±. Theodorus, que trabaja de guardaespaldas en una empresa privada, dice: ¡°Los inmigrantes tienen que irse, el problema de Grecia no es la econom¨ªa sino que hay un mill¨®n de inmigrantes que nos quitan el trabajo. La mezcla entre pueblos no es buena¡±. En la sala el traj¨ªn de gente sigue. Para las consultas tambi¨¦n hay una especie de asistencia telef¨®nica: dos j¨®venes contestan a las llamadas desde otros puntos del pa¨ªs y remiten las peticiones a las oficinas locales.
Los programas de ayuda tienen un lema: ¡°Solo para los griegos¡±
¡°Nos definimos nacionalistas griegos. C¨®mo nos llamen los dem¨¢s no nos interesa¡±, contesta Thomas, cuando se le pregunta por la definici¨®n de nazi. Llega un se?or de unos 50 a?os y saca del bolsillo una cartilla de cart¨®n azul claro y el s¨ªmbolo de Aurora Dorada. ¡°Con esta le damos comida. Tienen que demostrar que est¨¢n en el paro o que tienen familia numerosa¡±. Sobra decir que hay que ser griego. ¡°Ahora tenemos un nuevo servicio. Muchos empresarios han venido para decir que quieren contratar solo a griegos, nosotros les ponemos en contacto¡±. El se?or de la cartilla, que est¨¢ en paro desde hace tiempo, coge una de las tarjetas que el due?o de una lavander¨ªa ha dejado en la sede.
Thomas dice que la relaci¨®n con la polic¨ªa ¡°no es ni buena ni mala¡±. ¡°Creo en todo caso que el 50% de los polic¨ªas nos apoya¡±, a?ade. Lo mismo dijo a la BBC hace una semana el diputado de Aurora Dorada Ilias Panagiotaros. En septiembre, el diario The Guardian revel¨® el testimonio de algunos de los 15 anarquistas detenidos despu¨¦s de un enfrentamiento con miembros de Aurora Dorada, que denunciaban torturas en comisar¨ªa por agentes simpatizantes del movimiento. El ministro del Interior, Nikos Dendias, ha anunciado una demanda contra el peri¨®dico brit¨¢nico. Pero las cr¨ªticas a las fuerzas policiales por las actuaciones durante las acciones de Aurora Dorada son cada vez m¨¢s frecuentes. Una de las ¨²ltimas ocasiones fue el 11 de octubre: la violenta protesta de un grupo de fan¨¢ticos cristianos apoyados por miembros del partido impidi¨® la representaci¨®n de la obra de teatro Corpus Christi, en la que los ap¨®stoles son homosexuales. A Thomas le parece justo: ¡°Uno no puede decir lo que quiere y pensar que no pasa nada por ello¡±. Desde el piso de arriba se oyen aplausos. ¡°Hoy hay una conferencia sobre el imperio bizantino¡±.
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