Obama espera en Chicago
La ¨²nica vez que Barack Obama no jug¨® al baloncesto en un d¨ªa de votaci¨®n fue durante las primarias de New Hampshire en 2008 y perdi¨®. Aquel estado se lo arrebat¨® Hillary Clinton y la campa?a aprendi¨® una lecci¨®n que m¨¢s ten¨ªa que ver con la superstici¨®n que con las encuestas. ¡°Cometimos el error de no jugar¡±, afirm¨® el ex portavoz de la Casa Blanca y actual asesor del presidente, Roberts Gibbs. ¡°No vamos a cometer el mismo error dos veces¡±, anunciaba. Gibbs confirm¨® a la prensa que ya hab¨ªa contactado con Reggie Love ¨Cantigua mano derecha de Obama y exjugador de baloncesto en Duke University- para organizar un partido en Chicago antes del cierre de los colegios electorales.
Esta promete ser la tercera noche que Obama se acueste de madrugada. El domingo lleg¨® a su hotel ¨Cya era lunes- pasadas las tres y media de la ma?ana. El lunes aterriz¨® en Chicago, la ciudad que le vio nacer como pol¨ªtico, cuando ya era martes. Hoy se quitar¨¢ el traje de presidente sabiendo si se lo volver¨¢ a poner por la ma?ana o si el endiablado sistema electoral estadounidense le convierte? en un vulgar mortal. Su victoria o su derrota est¨¢ en manos de los votantes y del colegio electoral. ¡°Tenemos suficientes votantes para ganar¡±, dijo el presidente el lunes en un acto en Columbus (Ohio). ¡°No tendremos problemas si la gente que me apoya, sale y vota¡±, recomendaba Obama. ¡°Todo est¨¢ ahora en vuestras manos¡±, conced¨ªa Obama a un grupo de voluntarios el lunes en Des Moines (Iowa).
Con la ma?ana fr¨ªa y el sol inmenso despuntando sobre el Lago Michigan, Barack Obama amaneci¨® este martes en Chicago con las encuestas ligeramente a su favor y un largo d¨ªa por delante. La familia Obama comer¨¢ y cenar¨¢ en su casa de Hyde Park ¨Cdonde viv¨ªan cuando era senador por Illinois- antes de dirigirse al centro McCormick, donde una vez conocidos los resultados Obama pronunciar¨¢ un discurso que todav¨ªa est¨¢ por escribir. Para entonces, ya ser¨¢ historia la campa?a electoral m¨¢s cara de la historia de Estados Unidos ¨Ccerca de 2.600 millones de d¨®lares.
Obama no volar¨¢ m¨¢s este martes, con el mitin del lunes por la noche en Iowa cerr¨® su campa?a, justo en el lugar que la comenz¨® cuando inici¨® la marcha hacia la Casa Blanca en 2008. S¨ª lo ha hecho su contrincante, Mitt Romney, quien echa el resto en paradas de ¨²ltimo minuto en Pensilvania y Ohio. El presidente ha tenido en su agenda cerca de una docena de entrevistas con medios locales y estatales despu¨¦s de hacer un recorrido por la ma?ana visitando varios locales de campa?a, donde los voluntarios no acababan de creerse que Obama les estuviera honrando con su presencia. Lo mismo sucedi¨® con a los que llam¨® para agradecer su trabajo.
No tendremos problemas si la gente que me apoya sale y vota¡±
¡°?Hola?, ?Eres Annie?¡±, pregunt¨® Obama, quien realiz¨® la llamada desde una oficina del Partido Dem¨®crata del centro de Chicago desde un tel¨¦fono m¨®vil de otra ¨¦poca. ¡°Aqu¨ª Barack Obama¡±, dijo el presidente, seg¨²n el pool que cubre la Casa Blanca. ¡°S¨ª, Barack Obama¡±, insist¨ªa el mandatario ante la supuesta incredulidad de la mujer al otro lado del tel¨¦fono. ¡°S¨ª, el presidente, ya sabes¡±. Todav¨ªa pasaron lo que parec¨ªan largos minutos hasta que la mujer acept¨® que era el presidente de Estados Unidos quien le llamaba e iniciaron una conversaci¨®n. Pr¨¢cticamente la misma historia se repiti¨® con otras cinco llamadas, todas eran mujeres, y la ¨²ltima, Jill, result¨® tan incr¨¦dula como la primera. ¡°S¨ª, s¨ª¡ soy yo. Estoy llamando a algunos de nuestros mejores voluntarios en Madison¡±, explic¨® Obama.
El presidente no s¨®lo agradeci¨® el trabajo a su equipo sino que provech¨® la oportunidad para congratular a Mitt Romney por ¡°su vigorosa campa?a¡±. ¡°No tengo duda de que sus seguidores son tan entusiastas y trabajadores como los nuestros¡±. Preguntado por c¨®mo ve¨ªa la noche, Obama se limit¨® a decir que esperaba con deseo los resultados.
Obama ya abandonaba la oficina de campa?a cuando hizo un ¨²ltimo alto para beber de un vaso de papel. ¡°?Esto es caf¨¦, esto no es t¨¦!¡±, dijo el presidente sorprendido al equivocarse de vaso. ¡°Cre¨ª que era mi te¡±, se explic¨®. El due?o del caf¨¦ levant¨® t¨ªmido la mano desde el otro lado de la sala con expresi¨®n de culpabilidad no intencionada. ¡°?Espero que no tengas un resfriado!¡±, brome¨® el presidente.
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