El voto hispano aumenta la presi¨®n para una reforma migratoria
Los resultados obligan al Partido Republicano a reaccionar
El apoyo de los hispanos, el grupo de poblaci¨®n de mayor crecimiento en Estados Unidos, ayud¨® este martes a asegurar el segundo mandato de Obama. Tres de cada cuatro hispanos votaron por la reelecci¨®n del presidente, mientras que apenas un 23% respald¨® a su rival, Mitt Romney, superando todas las previsiones de las ¨²ltimas semanas.
Si los sondeos m¨¢s recientes anunciaban que el electorado hispano ser¨ªa uno de los factores m¨¢s influyentes en el resultado, la noche electoral demostr¨® que cualquier candidato que aspire a la presidencia necesitar¨¢ tenerles a su lado. El voto hispano fue determinante en Colorado, donde Obama obtuvo el 87% de las papeletas de este grupo del electorado en el estado que acab¨® decantando la balanza a su favor. All¨ª la poblaci¨®n hispana se dispar¨® un 41% durante la ¨²ltima d¨¦cada y ya representa a la quinta parte del estado, seg¨²n datos del Censo.
Decidieron tambi¨¦n en Nevada, con un 80% de apoyos al candidato dem¨®crata frente a un 17% para el republicano, y en un estado donde pocos se atrev¨ªan a pronosticar una victoria de Romney a pesar de que el estado cuenta con un nivel de desempleo tres puntos superior a la media nacional; en Virginia, donde Obama gan¨® con un 66% del voto hispano -Romney obtuvo el 31%-; en Ohio, donde ampli¨® la ventaja sobre su rival por 65 puntos (82%-17%) y en Massachusetts, donde se decantaron por el presdiente con 80 puntos de diferencia (89%-9%), seg¨²n los primeros sondeos de la organizaci¨®n Latino Decisions. Y Nuevo M¨¦xico, que hasta 2008 estaba en la lista de comicios con resultado impredecible por sus cambios constantes, ha dejado de ser decisivo porque la poblaci¨®n hispana ha hecho que los dem¨®cratas puedan contar con sus cinco votos electorales con garant¨ªas.
La campa?a de Obama apost¨® desde un primer momento por el voto de las minor¨ªas raciales en todo el pa¨ªs, especialmente en el caso de los hispanos, que contribuyen a la mitad del crecimiento de la poblaci¨®n estadounidense. El grupo es especialmente significativo adem¨¢s en seis de los nueve estados clave: Florida, Virginia, Colorado, Nevada, Iowa y Ohio. Los dem¨®cratas reconocieron que este cambio demogr¨¢fico que afecta a estos estados y que ya muestra el futuro de la poblaci¨®n estadounidense juega, de momento, a su favor. Pero ha sido el nivel de respuesta del electorado hispano el que, impulsando a Obama hasta la victoria, tambi¨¦n recuerda al Partido Republicano que debe cambiar de direcci¨®n si no quiere condenar sus opciones de futuro. ¡°Necesitamos el voto hispano si queremos competir en 2016¡±, aseguraba ayer el candidato republicano a las primarias, Newt Gingrich.
Diversas organizaciones de todo el pa¨ªs -inclu¨ªda la campa?a dem¨®crata-, se dirigieron a los 24 millones de hispanos con derecho a voto para convencerles de la importancia participar en estas elecciones, ¨²nico veh¨ªculo para designar a los mandatarios que representan sus intereses. Detr¨¢s estaba la motivaci¨®n de las leyes de inmigraci¨®n aprobadas desde hace dos a?os por estados republicanos como Arizona y Alabama, el drama de los indocumentados y un deseo de verse reflejados en la esfera pol¨ªtica como entre la poblaci¨®n estadounidense -ya que representan uno de cada seis ciudadanos.
En estas elecciones se registraron y participaron m¨¢s hispanos que nunca, cerca de 12 millones, para trasladar a Obama un mensaje claro: le dan una segunda oportunidad porque quieren la reforma migratoria. Y la colaboraci¨®n con el presidente deja de ser una opci¨®n para los republicanos, obligados a recuperar un sector del electorado imprescindible para regresar a la Casa Blanca.
Su influencia fue m¨¢s all¨¢ de la reelecci¨®n del presidente. En Texas, Joaqu¨ªn Castro -hermano gemelo del alcalde de San Antonio, Juli¨¢n Castro, y responsable del discurso principal de la Convenci¨®n Dem¨®crata-, gan¨® las elecciones a la C¨¢mara de Representantes en un distrito con un 64% de poblaci¨®n hispana. En California, designaron a tres hispanos para el congreso estatal, mientras que en Arizona, consiguieron los apoyos necesarios para desafiar la reelecci¨®n del sheriff del condado de Maricopa, Joe Arpaio. Aunque no fueran suficientes para que el mayor enemigo de los ¡®sin papeles¡¯ en el estado abandone el cargo, es la primera vez que se produce una movilizaci¨®n tan importante para desbancarle.
Tanto Romney como el Partido Republicano habr¨ªan pagado un alto precio por defender durante las primarias de su partido defendiendo ideas como la ¡®autodeportaci¨®n¡¯ de indocumentados gracias a leyes que compliquen tanto su existencia que les obliguen a abandonar el pa¨ªs, y presentando la ley de inmigraci¨®n de Arizona como un modelo para toda la naci¨®n. Romney intent¨® matizar estas posturas en las ¨²ltimas semanas prometiendo negociar con los dem¨®cratas para lograr la reforma migratoria, pero el da?o ya estaba hecho.
Y mientras la oposici¨®n defend¨ªa algunas de las medidas m¨¢s radicales en este aspecto, Obama recuper¨® la confianza de los hispanos al anunciar en junio que cancelaba las deportaciones de casi dos millones de estudiantes indocumentados. Aquella medida dispar¨® el entusiasmo del electorado hispano y los porcentajes de voto hispano recibido por el presidente, un 75%, establecen un nuevo r¨¦cord por delante del de Clinton en 1996.
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