Algunos de los males que se atribuyen a la izquierda en Europa, los sufre la derecha en Estados Unidos. De entrada, una lectura equivocada de las demandas del electorado y m¨¢s espec¨ªficamente de una sociedad en plena transformaci¨®n. Luego, una estrategia electoral, precedida por su estrategia de oposici¨®n, abiertamente equivocada. Finalmente, una dificultad innata para encontrar a los dirigentes con la personalidad, las ideas y el car¨¢cter que les permita obtener la victoria.
La primera realidad que deber¨¢n aceptar los republicanos es el significado de estos resultados electorales. Y estos dicen que el Partido Republicano sale muy mal parado de la elecci¨®n presidencial de anteayer martes, quiz¨¢s peor que la socialdemocracia europea como consecuencia de las derrotas electorales celebradas bajo el signo de la crisis. Aunque el margen sea estrecho, se lo ha jugado todo a una sola carta: o ganaba todo o lo perd¨ªa todo.
Su programa de restauraci¨®n moral y de minimizaci¨®n del Estado ha quedado descalificado. No habr¨¢ reversi¨®n de la legislaci¨®n sobre el aborto tal como estaba previsto, gracias a los cambios en la composici¨®n del Tribunal Supremo que cab¨ªa esperar de una presidencia de Mitt Romney. No habr¨¢ pol¨ªticas de rigor al estilo de Angela Merkel, sobre todo porque la leve recuperaci¨®n que ya ha empezado no se hubiera producido sin las pol¨ªticas de est¨ªmulo de Barack Obama.
Adem¨¢s, el mapa electoral de los ¨²ltimos 50 a?os ha empezado a virar de forma preocupante en favor del Partido Dem¨®crata. Obama ha vuelto a ganar en Virginia y Florida, dos estados de tradici¨®n republicana que exhiben ahora una composici¨®n demogr¨¢fica nueva, favorable a los dem¨®cratas y que dif¨ªcilmente volver¨¢n a comportarse seg¨²n la vieja pauta.
No ha colado el mensaje republicano sobre Obama. Nadie cree que se le pueda atribuir la responsabilidad de la crisis. Tampoco la cr¨ªtica hip¨®crita a su fracasada pol¨ªtica de consenso. Todo el mundo sabe que el objetivo republicano era impedirle que gobernara y repitiera luego cuatro a?os m¨¢s. Seguir este camino en los pr¨®ximos cuatro a?os puede dejar al partido republicano definitivamente en los m¨¢rgenes. Todo ello demuestra que la herencia de Bush est¨¢ todav¨ªa viva y nadie se enga?a sobre los or¨ªgenes del colosal endeudamiento que sufre EEUU: los recortes fiscales a los m¨¢s ricos y el gasto b¨¦lico desenfrenado para librar simult¨¢neamente dos guerras.
El partido republicano derrotado este martes en la carrera presidencial aparece como una fuerza del pasado, a la que han votado los blancos, los hombres, los evangelistas y los mayores de 65 a?os, y al que se le escapan los j¨®venes, los negros, los hispanos, los asi¨¢ticos incluso, y las mujeres, sobre todo las j¨®venes universitarias.
Algunos expertos republicanos atribuyen su fracaso con estos grupos de poblaci¨®n a un d¨¦ficit en el micromanagement electoral, la t¨¦cnica cada vez m¨¢s socorrida que consiste en satisfacer demandas concretas de peque?os grupos, territorios e intereses. La cr¨ªtica tiene sentido, por cuanto los m¨¢rgenes de la victoria de Obama en cada Estado son suficientemente reducidos como para pensar que una microgesti¨®n pod¨ªa haberle dado el bolsillo de votos que le ha faltado a Romney.
Esta explicaci¨®n inquieta profundamente al fundamentalismo republicano, impl¨ªcitamente identificado con la vieja idea de la decadencia y la desposesi¨®n de la civilizaci¨®n cristiana y occidental, o en viejas palabras de los tiempos coloniales, del hombre blanco. La explicaci¨®n fundamentalista conduce al fatalismo y la marginalidad: todo es un problema de valores, que hay que defender sin concesiones, aunque sea a costa de la derrota, como ahora ha sucedido. Estos radicales criticar¨¢n ahora a Romney por su giro centrista del ¨²ltimo tramo de la campa?a, aunque convencer¨¢n a muy pocos respecto a la posibilidad de sacar alg¨²n provecho de la cabalgada radical en la que est¨¢n comprometidos.
La derecha deber¨¢ reflexionar sobre sus errores. Cuatro a?os m¨¢s de oposici¨®n sin cuartel contra Obama terminar¨¢n hiriendo a quienes la practiquen. Hay cuestiones en las que la dificultad republicana para el consenso ser¨¢ enorme: los impuestos, por ejemplo. Pero hay otras que son obligadas para un partido con vocaci¨®n presidencial, necesariamente abocado a una apertura hacia las minor¨ªas y m¨¢s espec¨ªficamente hacia los hispanos. Este es el caso de la inmigraci¨®n, que necesita una legislaci¨®n m¨¢s abierta y liberal.
A pesar del callej¨®n sin salida en que se han metido los republicanos, tienen una buena cantera de cuarenta?eros, especialmente preparados para seguir la cabalgada derechista, pero con suficientes reflejos para corregirla. Ahora tendr¨¢n el reto de adaptarse sin que les abandonen las bases electorales a las que han excitado durante los ¨²ltimos cuatro a?os. Deber¨¢n buscar lo que ahora no tienen: mujeres, j¨®venes, hispanos, negros. Pero no les bastar¨¢ con encontrar palabras para cada uno sino que deber¨¢n imitar a Barack Obama en la construcci¨®n de un discurso nacional que sirva para incluir a todos.
Comentarios
?La derecha incluir a todos? Imposible. Sirven a los intereses que sirven (fundamentalmente los propios y los amigos poderosos) y para imponerse dependen de que haya mucha gente acostumbrada a vivir bajo su yugo. Ocurr¨ªa en los USA hasta este nuevo recambio social (los republicanos ganan de sobra entre los blancos) y ocurre en esta Espa?a acostumbrada a vivir enganchada al NODO, lo mismo que el vagabundo bebe aunque no coma para no verse en su situaci¨®n, y con miedo a la derecha (perfectamente fundamentada, el PSOE tiene la enorme desventaja de que no infunde temor). Galicia es un buen ejemplo, a¨²n duran, sobre todo en el rural y en la gente mayor el miedo a los paseillos de la guerra civil. Y eso no se borra as¨ª como as¨ª. Sin renovaci¨®n social, no nos quitamos la losa de encima.
Es ciero que, si nos limitamos a mirar lo que ha pasado en las recientes elecciones de Estados Unidos, habr¨ªa que concluir que es la derecha la que est¨¢ en crisis. Ahora bien, en un sentido m¨¢s amplio yo creo que es la izquierda quien est¨¢ m¨¢s en crisis que la derecha (que tambi¨¦n lo est¨¢). Tradicionalmente ha sido la izquierda la que ha empujado el cambio, el avance social y pol¨ªtico, y la derecha la que ¨²nicamente aspiraba a "conservar". En las actuales circunstancias, con una mega crisis que va a poner patas arriba gran parte de nuestro modus vivendi, nadie sabe hacia donde avanzar. Nos aferramos a las viejas ideas y recetas, cuando es obvio que muchas de ellas no van a servir. Necesitamos nuevas ideas y ni los partidos las tienen (est¨¢n secos) ni las instituciones, empresas o incluso el mundo de la intelectualidad y la cultura. Recomiendo la lectura de este art¨ªculo: http://www.otraspoliticas.com/politica/la-crisis-es-sobre-todo-de-ideas
Analizando los resultados con detenimiento lo que surge no es una secesi¨®n ¨¦tnica entre dem¨®cratas y republicanos, sino una distinci¨®n sociol¨®gica en base a la naturaleza del territorio y las interacciones sociales que propicia.Basta observar la distribuci¨®n del voto por condado para darse cuenta que Obama ha ganado fundamentalmente gracias al electorado radicado en ¨¢reas urbanas. Este efecto se sobrepone al de la inmigraci¨®n y el de las minor¨ªas raciales. Hispanos y afroamericanos se concentran en las zonas en las que su rol asumido de asalariados o de tutelados por el estado encuentra mejores perspectivas.Y as¨ª, por ejemplo, vemos c¨®mo Obama gan¨® con holgura en Washigton y Oreg¨®n, donde Portland y Seatle re¨²nen un escaso porcentaje de minor¨ªas comparado con la magnitud de la victoria dem¨®crata.http://en.wikipedia.org/wiki/File:USA-Urban-Areas.svghttp://elections.nytimes.com/2012/results/presidenthttp://projects.nytimes.com/census/2010/explorerObama concit¨®, ciertamente, el apoyo mayoritario de las minor¨ªas pero lo esencial es que atrajo hacia s¨ª la simpat¨ªa de la parte que podr¨ªamos llamar m¨¢s "europea" de los americanos, la menos genuinamente americana en cuanto a valores y tradiciones pol¨ªticas.La caracterizaci¨®n sociol¨®gica e incluso psicol¨®gica de esos votantes resulta ya una tarea m¨¢s ardua.
Pienso que si la Derecha mundial est¨¢ en crisis es porque se est¨¢ decantando la polvareda de las pol¨ªticas que ella ha implantado en el mundo ,bajo en nombre de globalizaci¨®n.Esta llamada globalizaci¨®n no es m¨¢s que pol¨ªticas econ¨®micas neoliberales que la Derecha globalha implantado en el comercio mundial.Esas pol¨ªticas y programas insuflados por organismos internacionales, como FMI,Banco Mundial, BCE,Uni¨®n Europea y Bco.Interamericano de Desarrollo (BID) ,s¨®lo han ahondado las desigualdades econ¨®micas mundiales y han llevado a la crisis bancaria del 2008.Para salvar a los bancos (y al sistema capitalista) los gobiernos debieron recurrir a los dineros de la seguridad social y dejar a sus ciudadanos desguarnecidos de sus beneficios, para los cuales han cotizado toda su vida, para sus a?os de retiro. Aqu¨ª est¨¢ la verdadera causa de la crisis y no es "la quiebra del estado de bienestar" como los pro-neoliberalistas lo quieren presentar queriendo decir que son los beneficios que recibe la gente (que para eso cotizaron durante toda su vida) los que causaron esta crisis.Esta inoperancia y negligencia de los banqueros ,cuyos ejecutivos se han retirado con bonos millonarios, es lo que la gente est¨¢ pagando injustamente y que la tiene en las calles protestando.
Hay una diferencia entre la derecha y la izquierda que suele pasar desapercibida, o me lo parece a m¨ª, tanto la diferencia como el pasar desapercibida. La derecha tiende a acusar a la izquierda de que no cree en su bondad, que todo es apariencia y que al final son tan canallas como ellos. Por eso se alegran tanto cuando caen en las tentaciones que para ellos son su pan de cada d¨ªa. Hasta de ricos les acusar¨¢n si con ello pueden socavar su cr¨¦dito moral. Como si tuviera algo que ver. El individuo de derechas, hombre, mujer o ni?ato, justifica su insolidaridad m¨¢s que en razones de peso en la mistificaci¨®n del progre santo. Yo soy malo y ego¨ªsta, pol¨ªticamente hablando, claro, se dice, pero el de la izquierda es igual aunque lo disimula. De ah¨ª ese empe?o de la derecha, muchas veces, no tanto en defender su postura indefendible sino en demostrar que cualquier otra actitud, adem¨¢s de ingenua, es falsa de toda falsedad. Que no se puede ser tan bueno sin morir en el intento, pensar¨¢n. La derecha es maligna con conciencia de que no se puede ser de otro modo (con un "no hay otra salida" suelen trufar sus pr¨¢cticas envenenadas). La izquierda, o lo que se supone que es la izquierda, que esa es otra, es benigna con conciencia de que no se puede ser de otro modo, por m¨¢s que las m¨¢s de las veces resulta imposible, ya por causas de arrepentimiento espont¨¢neo sobrevenido, ya por cuestiones ajenas y de las que la derecha no lo es, ajena, quiero decir.
Pregunto: ?Podr¨ªa ocurrir que luego de las elecciones en Estados Unidos, gane quien gane, estalle una crisis mucho m¨¢s grave que la actual? Leyendo entre l¨ªneas podr¨ªamos colegir que el ¡°sinceramiento¡± econ¨®mico financiero est¨¢ aguardando ¨Ca l¨®gica solicitud del Gobierno de Estados Unidos¨C que pasen las elecciones para quitarle a la realidad la careta triste, pero no desesperada, que hoy luce. Algunos observadores afirman que ¡°gobiernos y grandes bancos est¨¢n actuando como si anticiparan un colapso financiero inminente¡±. Otros se muestran esperanzados. Hace un par de meses se supo, no oficialmente, que el Gobierno de Estados Unidos instruy¨® a cinco bancos para aplazar el colapso (dato de Reuters). Por otro lado, en los ¨²ltimos 14 meses han renunciado cientos de ejecutivos bancarios, y no pocos agentes operativos, siempre bien informados, han estado vendiendo acciones. Otro dato es que Estados Unidos estar¨ªa almacenando alimentos y municiones y que Obama habr¨ªa firmado ¨®rdenes que corresponden a una situaci¨®n de crisis social. No olvidemos que, en los ¨²ltimos 40 a?os, la deuda en Estados Unidos ha pasado de alrededor de 2 billones de d¨®lares a casi 55 billones. Si estallara la burbuja de la deuda, la burbuja inmobiliaria ser¨ªa recordada como un picnic campestre. Dice el economista Nouriel Roubini: ¡°Los d¨¦ficit fiscales son tan grandes que no se puede rescatar a los bancos. Por oposici¨®n pol¨ªtica a hacerlo y porque los gobiernos est¨¢n cercanos a la quiebra, ni siquiera pueden rescatarse a s¨ª mismos¡±. Podr¨ªa tratarse de una simple alarma, solo nos queda esperar.
"Hacia un New Deal europeo"Leyendo los discursos de Franklin Delano Roosevelt, te das cuenta de cu¨¢n cerca se encuentra, no solo la situaci¨®n actual de la que acaeci¨® entonces, sino tambi¨¦n de c¨®mo las soluciones planteadas eran las mismas, con la diferencia de que entonces fue un presidente, el de los EE.UU. quien las propuso y las llev¨® a efecto, y ahora no, ni aquende ni allende el charco. Lean y comprueben lo que digo:Mensaje a la c¨¢mara legislativa en 1931: "?Qu¨¦ es el Estado? Es la representaci¨®n debidamente constituida de una sociedad organizada de seres humanos, creada por ellos mismos para su mutua protecci¨®n y bienestar. Uno de los deberes del Estado es el de atender aquellos ciudadanos que son v¨ªctimas de circunstancias tan adversas que los hacen incapaces de cubrir las necesidades b¨¢sicas de la mera existencia sin la ayuda de los dem¨¢s". Primera declaraci¨®n de intenciones antes de gobernar.Mensaje radiof¨®nico en 1932: "Siempre he reiterado mi convicci¨®n de que los gastos de las ciudades, los Estados y el Gobierno Federal deben reducirse en beneficio del conjunto de la Naci¨®n. Hay muchas formas en que esta reducci¨®n del gasto se puede llevar a cabo, pero estoy totalmente en contra de que el ahorro se haga a costa de la gente que sufre hambre. Debemos ahorrar de otras maneras, que nunca se pueda decir que el pueblo estadounidense se ha negado a proporcionar lo necesario para la vida de aquellos que, sin culpa, no son capaces de alimentarse, vestirse y dotarse de un techo. La primera obligaci¨®n del Gobierno es la protecci¨®n del bienestar para asegurar la existencia misma de sus ciudadanos". Luego atar¨¢ esta conclusi¨®n con algunos de sus cordones sanitarios del bien de su pueblo.Primer discurso de investidura, 4 de marzo de 1933: "Perm¨ªtanme pues en primer lugar que creo firmemente que a la ¨²nica cosa a la que debemos tener miedo es al miedo mismo, el innombrable, el irracional e injustificado temor que paraliza los esfuerzos que necesitamos para convertir el retroceso en avance". A?os m¨¢s tarde se felicitar¨¢ por primero acogotar el miedo del alma como paso previo a la reactivaci¨®n del cuerpo. "Hemos conquistado el miedo" (Discurso para la reelecci¨®n de la presidencia de la EUA, 1936)."Solo un tonto optimista podr¨ªa negar la triste realidad del momento actual". Sobran los comentarios paralelos. Y sigue: "La abundancia est¨¢ a nuestro alcance, pero su uso equitativo desaparece delante de nuestros ojos. Y eso pasa sobre todo porque los que dominan el intercambio de bienes materiales han fallado por culpa de su empe?o y su incompetencia... Hoy las pr¨¢cticas de los especuladores sin escr¨²pulos afrontan el juicio de la opini¨®n p¨²blica y reciben la repulsa de la raz¨®n y del coraz¨®n de los hombres". Va preparando el terreno para su programa. "Ante la inexistencia de cr¨¦dito, solo han sabido proponer de nuevo el pr¨¦stamo de m¨¢s dinero. Ahora que ya no cuentan con el se?uelo de los beneficios con los que inducir a la gente a seguir su falsa gu¨ªa, han recurrido incluso a las exhortaciones, implorando, con l¨¢grimas en los ojos, la recuperaci¨®n de la confianza, ellos, que solo conocen las reglas de una generaci¨®n de ego¨ªstas. No tienen ninguna visi¨®n, y cuando no hay visi¨®n, el pueblo muere". Lo vemos claro en Grecia, donde las l¨¢grimas de cocodrilos se juntan con las de los tiburones y los buitres. Menuda troika. Y ahora que se habla tanto de los valores, entonces el 32? presidente, el presidente m¨¢s longevo de la naci¨®n estadounidense, a?ad¨ªa: "La recuperaci¨®n pide no solo cambios en los valores ¨¦ticos. Esta naci¨®n pide acci¨®n, y la pide ahora". Palabras llenas, no vac¨ªas, como las que suelen llenar las bocas de nuestros gobernantes que se limitan a exaltar aquello que les resulta inalcanzable, no lo que tienen a mano, que es actuar, que es para lo que se les designa, para moverse. Pero mal te mueves cuando tu futuro personal depende de que no lo hagas. Roosevelt, a los nueve d¨ªas de su discurso de investidura, tumba la ley seca, no por principios morales, sino por principios de recaudaci¨®n. Diecisiete d¨ªas desde dicho discurso pide al Congreso la aprobaci¨®n de una serie de medidas para dar trabajo a un cuarto de mill¨®n de trabajadores. En ese mismo tiempo, recomienda al Congreso regular supervisi¨®n Federal de la circulaci¨®n de inversiones en valores de comercio interestatal, pues "muchas personas han sufrido severas p¨¦rdidas por causa de pr¨¢cticas nada ¨¦ticas ni honestas por parte de personas y empresas que operan en el mercado de valores". Las preferentes ya coleaban y alguien les exig¨ªa entonar un mea culpa, a?ad¨ªa un caveat venditor al ya tradicional caveat emptor. El vendedor tambi¨¦n debe tener cuidado y decir toda la verdad. Ya empieza a volver del rev¨¦s el calcet¨ªn de la desregulaci¨®n de modo que las costuras ya no ir¨¢n por dentro sino a la vista, lo que bien pensado no est¨¢ mal, pues como dec¨ªa aquel escritor de ficci¨®n interpretado por Sean Connery, de este modo te evitas que te da?e las venas e impida la circulaci¨®n de la sangre, que no otra cosa es el cr¨¦dito. Discurso en la C¨¢mara de Comercio (A los empresarios): "Definitivamente es de poca utilidad para cualquiera de ustedes ser provisionalmente pr¨®speros mientras que los otros est¨¢n permanentemente en recesi¨®n. Les pido que traduzcan su bienestar en el bienestar del conjunto, que consideren la recuperaci¨®n en t¨¦rminos de la Naci¨®n y no en t¨¦rminos de su industria en particular". Lo que enlaza con el hecho de que no avanzamos si a unos les va bien y a otros muchos les va mal. No se trata de ver las cosas desde la posici¨®n personal sino desde una perspectiva global: me va bien, todo va bien. No. El modelo debe ser: nada va bien si solo me va bien a m¨ª. Por eso, este presidente que muri¨® con las botas puestas, pide a los dadores de empleo: "abst¨¦nganse de continuar reduciendo los salarios de sus trabajadores". Mensaje radiof¨®nico de 24 de julio de 1933: "Podr¨ªa parecer contradictorio que un gobierno recorte su gasto ordinario y al mismo tiempo tome en pr¨¦stamo y gaste millones para una emergencia. Pero no es as¨ª, dado que una parte importante del dinero utilizado para la emergencia proviene de fondos seguros que ser¨¢n restituidos al Tesoro en unos cuantos a?os, mientras que para cubrir el resto del importe necesario para afrontar la emergencia hemos establecido tasas que nos permiten pagar los intereses y las cuotas de esta parte de la deuda". Aparecen los impuestos para quien puede pagarlos. "No resulta de gran ayuda que la mitad afortunada del Pa¨ªs sea de verdad muy rica. Lo mejor es que todos sean razonablemente acomodados". Lo que enlaza con la afirmaci¨®n dirigida antes a los empresarios y la petici¨®n de sueldos razonables por un horario humano. "Hay ciertamente hombres, pocos hombres, que podr¨ªan obstaculizar este gran proyecto com¨²n para obtener ventajas ego¨ªstas. La ley prev¨¦ penas adecuadas". Discurso anual al Congreso, 4 de enero de 1935: "Los estadounidenses tienen que renunciar a la concepci¨®n de la adquisici¨®n de riqueza, que, a trav¨¦s de los beneficios excesivos, crea un poder privado indebido sobre los asuntos privados y, para nuestra desgracia, tambi¨¦n sobre los asuntos p¨²blicos. En la construcci¨®n de este objetivo no destruimos la ambici¨®n, ni tampoco tratamos de dividir nuestras riquezas en partes iguales como en varias ocasiones se declar¨®. Seguimos reconociendo la mayor capacidad de algunos para ganar m¨¢s que otros. Pero s¨ª afirmamos, que preferimos la ambici¨®n del individuo para obtener para s¨ª una seguridad adecuada, un tiempo de ocio razonable y una vida decente, que una ambici¨®n que sea la simple hambre por una gran riqueza y una gran potencia". Ataque a los mercados sin por ello socavar la base del capitalismo. Que lo execrable no quita lo rentable. Discurso para la reelecci¨®n de la presidencia de la EUA, 1936. Apuntaba el presidente: "Un viejo juez ingl¨¦s dijo: "Los hombres necesitados no son hombres libres". La libertad requiere la oportunidad de ganarse la vida, una vida digna de acuerdo al est¨¢ndar de la ¨¦poca, ganar no solo lo suficiente para sobrevivir, sino ganar algo para vivir". Si solo vivimos para ser autosuficientes, la autosuficiencia predominar¨¢ sobre la propia vivencia. Y para eso, para qu¨¦ vivir. "Para muchos de nosotros la igualdad pol¨ªtica, una vez ganada no ten¨ªa sentido ante la desigualdad econ¨®mica". De poco sirve poder votar todos si tras hacerlo no podemos todos sentarnos a comer en la misma mesa. Roosevelt ver¨ªa hoy con buenos ojos todo eso que piden y reclaman los indignados de las plazas de todo el mundo. "Hoy estamos comprometidos con la idea de que la libertad no es un asunto mitad y mitad. Si al ciudadano medio se le garantiza la igualdad de oportunidades en el colegio electoral, debe haber igualdad de oportunidades en el mercado". Conocedor de la relevancia de lo que propon¨ªa, se pon¨ªa la venda antes de la herida. Habla el mayor poder del mundo sobre quienes tratar¨ªan de frenarle y que lo har¨ªan con los mismos argumentos con los que hoy se combate a todo aquel que osa toser: "Estos realistas econ¨®micos se quejan de que se busca derrocar las instituciones del Estado. Y de lo que realmente se quejan es que tratamos de quitarles el poder. Nuestra lealtad a las instituciones americanas exige el derribo de este tipo de poder. En vano, intentan esconderse detr¨¢s de la bandera y la Constituci¨®n. En su ceguera, se olvidan de lo que la bandera y la Constituci¨®n representan. Ahora, como siempre, son sin¨®nimo de democracia, no de tiran¨ªa, de libertad, no de sumisi¨®n, son s¨ªmbolos contrarios a la dictadura de la ley de la selva y de los m¨¢s privilegiados". Qu¨¦ decir ante estas palabras. Pues ¨²nicamente una cosa: que debe consolar un mont¨®n contar entre tus filas a quien realmente puede hacer algo por cambiar las cosas, y no como ahora, que dada la confusi¨®n de intereses de quienes nos representan, uno llega a dudar de si realmente est¨¢n para ayudarnos o para hundirnos, si realmente no hemos metido a la zorra en el gallinero con la ingenua intenci¨®n de que ella las defienda de quienes desean despedazarlas. Tras estas lecturas, extra¨ªdas de un libro traducido por Lidia Santos y Joan R. Riera, de lo que no me queda duda es de qu¨¦ lado estaba el presidente Franklin Delano Roosevelt, que no solo dijo lo que todos dicen sino que adem¨¢s lo llev¨® a cabo. Esa es la gran diferencia.
Es la derecha la que est¨¢ en crisis. Y bien, esto me deja mucho m¨¢s tranquilo. Un gran alivio sin duda.
Invertir los fondos de la Seguridad Social en bonos del Estado no es gastarlos, Antoni de Sallas. Al contrario, es probablemente la mejor manera de invertirlos. Quiz¨¢ no te he entendido, pero al final todo lo que dices va en la misma direcci¨®n: menos Estado. Tu ideal debe de ser el estado liberal del s. XIX. Te recuerdo que fueron las miserables condiciones de aquel tiempo las que engendraron el comunismo que tanto temes. Es curioso que veas su fantasma detr¨¢s de cualquier forma de bienestar social y no en la desigualdad de la sociedad de Dickens.De esta p¨¢gina lo m¨¢s interesante de leer es el largo post de Gonzalo de Miguel. Quien no conoce la historia est¨¢ condenado a repetirla. Y nos lo ense?aron a todos en la escuela, pero hay quien ha olvidado o no quiere recordar que el Estado social surgi¨® ante la incapacidad del Estado liberal de mejorar las condiciones de vida de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, y no s¨®lo de una minor¨ªa.
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).