Las pesquisas sobre los generales abren una grave crisis en el Pent¨¢gono
Las relaciones extramatrimoniales son penadas con hasta un a?o de c¨¢rcel en el ej¨¦rcito de EE UU
La investigaci¨®n del FBI al general John Allen ha abierto una grave crisis en la c¨²pula militar de Estados Unidos, que se dispon¨ªa a enviar al que hasta ahora ha sido comandante de las tropas aliadas en Afganist¨¢n a liderar a las fuerzas norteamericanas y de la Alianza Atl¨¢ntica en Europa. El adulterio est¨¢ penado en en el ej¨¦rcito norteamericano con la expulsi¨®n de filas y con hasta un a?o de prisi¨®n. Ahora los dos hombres que, desde 2010, han regido los designios de hasta 100.000 soldados en el frente afgano se ven obligados a responder ante la polic¨ªa judicial estadounidense por posibles aventuras extramatrimoniales.
David Petraeus, general retirado del Cuerpo de Infanter¨ªa, fue comandante de las tropas norteamericanas y de la OTAN en Afganist¨¢n entre junio de 2010 y julio de 2011. A ¨¦l le correspondi¨®, en gran parte, administrar el despliegue de 30.000 soldados adicionales ordenado por el presidente Barack Obama al tomar posesi¨®n de su cargo. Cuando Petraeus se retir¨® para dirigir la CIA, a su sucesor, el general Allen, del Marine Corps, inici¨® el repliegue que culminar¨¢ antes de finales de 2014. Ambos han visto dispararse el numero de bajas norteamericanas, sobre todo por un aumento de los ataques fratricidas, acometidos por insurgentes infiltrados en las fuerzas de seguridad afganas. Es ese un problema que ninguno de los dos generales ha sabido solucionar.
Aunque en un principio algunos generales norteamericanos disintieron de los plazos de retirada marcados por Obama, la c¨²pula del Pent¨¢gono se ha apresurado a confirmar que la retirada en Afganist¨¢n continuar¨¢ seg¨²n lo previsto. Este verano han abandonado el frente 30.000 soldados. Quedan unos 68.000, que se ir¨¢n replegando a lo largo de los pr¨®ximos dos a?os. El jefe del Pent¨¢gono, Leon Panetta, ha pedido ya al Senado que acelere la confirmaci¨®n del general del Marine Corps Joseph F. Dunford, elegido por Obama para que suceda a Allen en el puesto de comandante en Afganist¨¢n.
La confirmaci¨®n en el Senado de Allen para el m¨¢s alto puesto militar en la OTAN ha quedado ahora entre par¨¦ntesis, a la espera de los resultados de la investigaci¨®n de sus correos electr¨®nicos con Jill Kelley, residente en Tampa, casada y con tres hijos. A Petraeus, aunque est¨¦ retirado, se le puede imputar por sus aventuras con su bi¨®grafa, Paula Broadwell, que tambi¨¦n est¨¢ casada y tiene dos hijos. La investigaci¨®n la originaron una serie de correos amenazantes enviados por Broadwell a Kelley, a quien acusaba de buscar otra relaci¨®n paralela con el general Petraeus, que est¨¢ casado con su esposa, Holly, desde 1974.
Si se le abre consejo de guerra, Petraeus podr¨ªa perder el rango de general, en deshonra, y podr¨ªa dejar de percibir una pensi¨®n de 200.000 d¨®lares que anualmente le entrega el Pent¨¢gono. A Allen le podr¨ªa pasar lo mismo, y podr¨ªa llegar a ser expulsado de filas de modo fulminante.
No son estos los mejores momentos de la c¨²pula militar norteamericana. William E. Ward, que dirigi¨® el Comando ?frica del Pent¨¢gono entre octubre de 2007 y marzo de 2011, fue degradado ayer, de general a teniente general, por haber malversado fondos p¨²blicos en hoteles y transporte para ¨¦l y su familia. Deber¨¢ devolverle al Estado unos 82.000 d¨®lares en concepto de compensaci¨®n. Ma?ana se sabr¨¢n adem¨¢s los resultados de las investigaciones del Pent¨¢gono sobre las acusaciones de violaci¨®n contra seis instructores en una base de la Fuerza A¨¦rea en Tejas. Se trata de uno de los peores esc¨¢ndalos en las fuerzas armadas de EE UU en una d¨¦cada.
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