McAfee no se siente seguro
El exc¨¦ntrico creador del antivirus que lleva su nombre huye de su mansi¨®n de Belice tras el asesinato de un vecino
Autocontrol, veracidad, no posesividad, no violencia y no robar. Son las yamas, las cinco pautas morales y ¨¦ticas para lograr el equilibrio interior y sin las cuales la pr¨¢ctica del yoga no se entiende. John McAfee, el mismo que cre¨® el popular programa antivirus para ordenadores que lleva su nombre, tiene escrita una gu¨ªa espiritual basada en esos principios. Dif¨ªcil de imaginar cuando se le ve con pistolas colgando bajo las axilas, a modo de mercenario.
De hecho, en el mundo del yoga se le considera un wannabe, una especie de quiero y no puedo, por muchos libros que tenga publicados. El exc¨¦ntrico empresario estadounidense, de 67 a?os, vive en Belice, en un complejo en la jungla cerca de la frontera con M¨¦xico. Y en el pa¨ªs centroamericano est¨¢ la sede de su ¨²ltima empresa, QuorumEx, un laboratorio en el que pretende desarrollar un antibi¨®tico natural con plantas del lugar. Busca la cura perfecta.
McAfee es todo un personaje, y no solo por los tatuajes que le asoman por el hombro o su pelo corto con las puntas te?idas. Reconoce que se aburre con facilidad y que se obsesiona con ciertas cosas. La ¨²ltima paranoia: est¨¢ convencido de que la polic¨ªa de Belice le quiere muerto, y con ese argumento se dio el pasado fin de semana a la fuga tras ser considerado sospechoso de la muerte a tiros de un vecino, Gregory Viant Faull, otro expatriado estadounidense, de 52 a?os.
El empresario se mud¨® a Centroam¨¦rica en busca de un antibi¨®tico natural. La polic¨ªa sospech¨® que? fabricaba metanfetamina
La carrera de John McAfee es brillante, y compleja. Trabaj¨® para la compa?¨ªa aeroespacial y de defensa Lockheed Martin hasta 1989. Antes pas¨® por la NASA y dise?¨® programas para Xerox. Estando en Lockheed cre¨® el negocio de los antivirus. Era una ¨¦poca en la que los ordenadores no sufr¨ªan infecciones. As¨ª que para resolver un problema que no exist¨ªa escribi¨® la secuencia de uno. A los cinco a?os, la firma tecnol¨®gica cotizaba en Wall Street.
Eran los a?os previos a la burbuja tecnol¨®gica. La demanda entonces ya era muy alta, hasta el punto de que dobl¨® el precio inicial de las acciones. McAfee cuenta que su objetivo en la vida es crear empresas. Con parte del dinero que recaud¨®, fund¨® Tribal Voice a final de 1994, m¨¢s conocida por PowWow, una de las primeras plataformas para chatear en Internet.
Vendi¨® Tribal Voice en plena locura tecnol¨®gica a la firma CMGI, una especie de incubadora de empresas puntocom que acabar¨ªa reventando con el desplome burs¨¢til. McAfee sigue siendo hoy por hoy una de las principales firmas en el negocio de antivirus. Desde febrero del a?o pasado est¨¢ integrada en Intel. Pero la vida de este visionario cambi¨® de forma radical en los ¨²ltimos cuatro a?os, arrastrado por la crisis financiera.
John McAfee escap¨® de la primera burbuja del nuevo milenio, pero no de la segunda. Con la venta de su participaci¨®n en la compa?¨ªa de antivirus se embols¨® 100 millones, que se evaporaron por costosas inversiones en el mercado inmobiliario que quedaron deprimidas. Y siguiendo los consejos de sus asesores financieros, tambi¨¦n puso millones en bonos vinculados a Lehman Brothers. Por resumir, cambi¨® el avi¨®n privado por la clase turista.
A lo largo de su carrera como empresario, siempre dio con la f¨®rmula de hacer dinero. As¨ª que, sin pens¨¢rselo dos veces, hizo las maletas y parti¨® hacia Belice con otro proyecto en la cabeza, entre otros motivos porque all¨ª los impuestos son m¨¢s favorables. Todo parec¨ªa irle bien de nuevo, hasta que a comienzos de este a?o las fuerzas especiales de la polic¨ªa asaltaron su complejo cerca de la frontera con M¨¦xico buscando drogas il¨ªcitas.
Se sospechaba que McAfee estaba utilizando el laboratorio para producir metanfetamina. La polic¨ªa le detuvo durante 14 horas, tras las que fue puesto en libertad al no hallar pruebas de actividades ilegales, aunque encontr¨® un peque?o arsenal de armas. En el momento del asalto estaba con una joven de 17 a?os. El empresario est¨¢ convencido desde entonces de que es una persona non grata y que las autoridades de Belice quieren que abandone el pa¨ªs.
La revista Wired le localiz¨® el mi¨¦rcoles por tel¨¦fono. Estaba escondido, desarmado y en compa?¨ªa de una mujer joven. Se defendi¨®: ¡°Creo que ven¨ªan a por m¨ª. Creyeron que ¨¦l era yo. Se equivocaron de casa. ?l est¨¢ muerto, lo mataron. Esto me espant¨®¡±.
La polic¨ªa insiste en que solo pretende interrogarle sobre la muerte de un vecino, con el que tuvo en el pasado alguna que otra disputa por sus perros. Hasta el primer ministro de este peque?o pa¨ªs se vio forzado a intervenir en una historia que fue evolucionando con los detalles de su desaparici¨®n de interesante a m¨¢s bien rara. La atenci¨®n medi¨¢tica que su fuga est¨¢ generando en Estados Unidos, dice el dirigente, es ahora su mejor protecci¨®n.
McAfee reitera que es inocente de todo lo que se le acusa, menos de estar loco por vivir en un pa¨ªs que sigue siendo el ¡°para¨ªso de piratas¡± como el capit¨¢n Morgan, donde, seg¨²n sus propias palabras, la explotaci¨®n es la f¨®rmula del ¨¦xito, la brutalidad crea respeto y el miedo es una v¨ªa para gobernar. Todo funciona, se?ala, si sigues las reglas de juego. Aun as¨ª, dice que es su casa y que adora el pa¨ªs, por eso no tiene intenci¨®n de irse. Buen material para publicar su pr¨®ximo libro, este no sobre yoga, sino sobre sus aventuras en Belice.
John McAfee quer¨ªa que QuorumEx fuera su ¨²ltima aportaci¨®n a la humanidad y que su antibi¨®tico natural contribuyera de paso a sacar a la econom¨ªa de Belice de la pobreza. Comentaba que se instal¨® en el pa¨ªs centroamericano escapando del materialismo que domina en EE UU, el mismo que le llev¨® a comprar costosas mansiones en Colorado, Nuevo M¨¦xico, Utah y California, obras de arte y antig¨¹edades. Eso le apart¨® de su misi¨®n.
No es el primer gringo que se instala en el pa¨ªs buscando sus ra¨ªces, ni el primer blanco que se adentra en la jungla r¨ªo arriba ante la mirada sospechosa de los locales. Es conocido que McAfee fue alcoh¨®lico y abus¨® de las drogas, hasta que a los 47 a?os tuvo un infarto y se convirti¨® en un abstemio compulsivo. Tambi¨¦n sus mentiras, como cuando anunci¨® el destructivo Michelangelo, que dispar¨® las ventas de su programa antivirus.
Muchos ven a este cazapiratas como un tipo raro. Otros piensan que es un lun¨¢tico, un paranoico. Y los que le conocen dicen que en realidad lo que le pasa es que no quiere crecer, que tiene el complejo de Peter Pan. Lo que es cierto es que McAfee no deja de ser una persona misteriosa, y ¨¦l mismo vende que peligrosa, dice que para protegerse de los que quieren acabar con su vida, en la que es cada vez m¨¢s dif¨ªcil diferenciar la realidad de la ficci¨®n.
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