La fractura y la irrelevancia
El nuevo presidente del partido conservador ha tendido la mano a Fran?ois Fillon y el ex primer ministro ha recordado que la UMP sufre ¡°una fractura pol¨ªtica y moral¡±
Jean-Fran?ois Cop¨¦ liderar¨¢ a la UMP durante los pr¨®ximos tres a?os. Es por tanto un timonel de transici¨®n surgido de unas preprimarias que son la antesala de las primarias fundamentales: las que en 2016 decidir¨¢n el candidato presidencial para 2017. El nuevo presidente del partido conservador tendi¨® este martes la mano a Fran?ois Fillon y le ofreci¨® la vicepresidencia para intentar empezar a resta?ar los a?icos rotos. El ex primer ministro contest¨® con un adjetivo, ¡°grotesco¡±, y record¨® que la UMP sufre ¡°una fractura pol¨ªtica y moral¡±, lo que equivale a decir definitiva.
Este es el paisaje despu¨¦s de la indecente batalla de acusaciones, fraudes, intoxicaciones, malas artes y pucherazos cruzados que ha marcado la disputada elecci¨®n del sucesor de Nicolas Sarkozy al frente de un partido que, no conviene olvidarlo, no gana unos comicios en Francia desde las presidenciales de 2007, y tiene por delante una traves¨ªa del desierto alejada de los puestos clave de la pol¨ªtica nacional.
En todo caso, se trata de la ruptura del principal grupo de oposici¨®n de la segunda econom¨ªa del euro, y esto no es una buena noticia para nadie, salvo quiz¨¢ para la extrema derecha de Marine Le Pen, que ve c¨®mo algunas de sus ideas han partido finalmente en dos a la vieja derecha republicana en cuanto esta ha abandonado el poder tras vivir una d¨¦cada desastrosa, apenas disimulada por la exhibici¨®n de actividad sin rumbo de Sarkozy. El desastre actual, producto de la tensi¨®n entre una derecha dura y otra institucional, se explica en parte porque unos y otros llevan a?os metidos hasta el cuello en una espiral de casos de corrupci¨®n, financiaci¨®n ilegal, tr¨¢fico de influencias y abusos de poder, un viaje a los infiernos coronado el a?o pasado con la condena del padre fundador de la UMP, Jacques Chirac, y que este jueves vivir¨¢ otro momento estelar con la citaci¨®n judicial de Sarkozy para declarar sobre el caso Bettencourt, que analiza la financiaci¨®n ilegal de su campa?a en 2007.
La connivencia de la derecha con la ¨¦lite empresarial del pa¨ªs ha supuesto, seg¨²n se ve hoy, el retroceso quiz¨¢ tambi¨¦n definitivo de aquella derecha culta y laica que daba envidia a los vecinos del sur. La ambici¨®n y el descaro de los nuevos l¨ªderes sin complejos, gente como Sarkozy y Cop¨¦, m¨¢s cercana a una derecha aznarista que gaullista, ha cambiado el rostro de unos conservadores franceses que hoy muestran su verdadera cara: agresivos, nerviosos, m¨¢s paletos que campechanos, buscan conectar con la fibra profunda de un pa¨ªs asustado ofreciendo xenofobia, demagogia y populismo barato mientras en su ascenso hacia ninguna parte arrastran los jirones de la Rep¨²blica. Se trata de un proceso lamentable y, por desgracia, revelador de lo que es hoy Europa. Pero hace falta recordar una cosa: los franceses han relegado a este grupo salvaje y malencarado a la m¨¢s absoluta irrelevancia pol¨ªtica.
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