Monti entra en la campa?a con un ataque a Berlusconi
El primer ministro saliente critica la falta de ¡°valores ¨¦ticos¡± de ¡®Il Cavaliere¡¯
La metamorfosis ha terminado. Mario Monti ha evolucionado de tecn¨®crata por encima de las partes a pol¨ªtico protagonista de la contienda electoral de finales de febrero. Una hora de entrevista en la tertulia puntera de la radio p¨²blica Rai 1 esclareci¨® ayer c¨®mo Il Professore piensa participar en la campa?a: no desde el borde de la cancha enderezando y musculando a los suyos, los partidos del centro, sino como un jugador en toda regla que saca pecho, cara y piernas. Explica su programa, apela al electorado y no solo a los ¡°socios europeos¡±, y lanza estocadas a los mismos partidos que apoyaron durante 13 meses su experimento t¨¦cnico y ahora son adversarios en una carrera a tres: el derechista Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi ¡ª¡°detesto a quien utiliza los valores ¨¦ticos como armas¡±¡ª y el izquierdista Partido Democr¨¢tico de Pierluigi Bersani ¡ª¡°me piden que tome posici¨®n, mi bando es el de quienes quieren modernizar el pa¨ªs, no conservarlo igual¡±¡ª. Mientras habla, la Bolsa brinda: el diferencial entre los bonos a diez a?os italianos y alemanes se sit¨²a en los 287 puntos: el umbral que el economista se hab¨ªa fijado como objetivo.
Sin embargo, no se abandona a f¨¢ciles promesas ¡ª¡°quien promete quitar el impuesto sobre la vivienda no es serio¡±, sostiene en alusi¨®n al primer punto del programa de Berlusconi¡ª, pero s¨ª esparce un poco de optimismo: ¡°La luz al final del t¨²nel est¨¢ cada vez m¨¢s cerca. Estoy m¨¢s confiado que antes en que, mientras llegamos, el t¨²nel no va a derrumbarse encima de nosotros¡±.
¡°Para solucionar el grave problema de la deuda y salvar el pa¨ªs del abismo fiscal, EE UU recurri¨® a un acuerdo entre republicanos y dem¨®cratas. Es la misma f¨®rmula que escogimos en Italia, por intuici¨®n del jefe del Estado, con el Gobierno de compromiso nacional, que, con su extra?a mayor¨ªa, nos permiti¨® superar la grav¨ªsima emergencia financiera del pa¨ªs¡±. Por supuesto, Monti se refiere al Ejecutivo que encabeza desde noviembre de 2011, recogiendo el mandato de las manos del presidente Giorgio Napolitano tras la dimisi¨®n de Berlusconi por las presiones de los mercados, de Bruselas y del Parlamento.
El primer paso de su eventual Gabinete, plenamente pol¨ªtico, ser¨ªa ¡°aligerar la presi¨®n fiscal sobre el trabajo para empleados y empresas. Tuvimos que reducir el gasto p¨²blico a las malas, en un breve plazo. Si no lo hubi¨¦ramos hecho, estar¨ªamos ahora donde Grecia. Pero con una perspectiva m¨¢s larga podr¨ªamos cambiar de estrategia. Deber¨ªamos quitar un poco de peso a las familias numerosas, dar a los italianos un sistema sanitario que funcione y cueste menos, un sistema fiscal que redistribuya la renta de forma ecu¨¢nime entre ricos y pobres y seguir en la lucha contra la evasi¨®n [fiscal]¡±.
El pa¨ªs sigue teniendo una deuda soberana colosal, equivalente al 126% del Producto Interior Bruto (dos billones de euros, es decir, 33.000 euros por cada uno de los 60 millones de italianos). ¡°Es necesario seguir recortando el gasto. Por ejemplo, con la disminuci¨®n de los parlamentarios¡±, que hoy son 630 diputados y 315 senadores, declar¨® Monti sabiendo acariciar a buena parte del electorado, desquiciado por los lujos de la llamada "Casta" y los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que han salpicado a varios partidos.
De esta forma, la persona que suministr¨® a los italianos una p¨ªldora tan amarga que ninguna fuerza pol¨ªtica quiso recetar, el primer ministro destinado casi por mandato a ser impopular, intenta transformarse en mesurado palad¨ªn de una Italia nueva: ¡°La distinci¨®n entre derecha e izquierda hoy tiene menos sentido. La verdadera distinci¨®n es entre quien quiere cambiar el pa¨ªs, haci¨¦ndolo m¨¢s moderno y competitivo, trabajando con Europa y quien est¨¢ contra los cambios y solo quiere conservar. Me refiero a personajes del PD y de Izquierda Ecolog¨ªa y Libertad, como de la derecha¡±.
Es la derecha, ya en la cuerda floja seg¨²n las encuestas, la que va a sufrir m¨¢s por la ¡°subida en pol¨ªtica¡± del economista. Es Berlusconi quien est¨¢ m¨¢s nervioso: ¡°Monti es un l¨ªder peque?ito, gu¨ªa de un centrito que va a ser siervo de la izquierda¡±, espet¨® Il Cavaliere, que incluso anunci¨®: ¡°Vamos a instituir una comisi¨®n parlamentaria que investigue si hubo un complot internacional para derrumbar a nuestro Ejecutivo y entregar el mando a Monti¡±. Il Professore, a su manera, no dej¨® caer el guante del desaf¨ªo: ¡°?Complot contra Italia? Seamos serios, adultos¡±, ridiculiz¨®. Y carg¨® contra quien apoy¨® a su Gabinete y ahora es adversario: ¡°Berlusconi oscila entre considerarme un gran l¨ªder al que se pidi¨® guiar a los moderados y un in¨²til que solo hizo desastres... Adem¨¢s, esgrime armas impropias, como el llamamiento a los valores de la familia que, seg¨²n ¨¦l, no existen en mi programa. Detesto a quien utiliza los valores ¨¦ticos, que a menudo traiciona en su realidad cotidiana, de forma torpe como un hacha contra los rivales¡±, cerr¨® Monti, que acaba de recibir la bendici¨®n del Vaticano.
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