Las amantes de las armas celebran el primer ¡®Appreciation Gun Day¡¯ en EE UU

Los entusiastas de las armas han tenido la oportunidad este s¨¢bado de expresar su disgusto ante las 23 medidas presentadas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para conseguir un mayor control de su uso, tras la masacre del pasado 14 de diciembre en Newtown en la que 26 personas perdieron la vida, de ellas, 20 ni?os de entre seis y siete a?os. La jornada, denominada Appreciation Gun Day, est¨¢ organizada principalmente por una nueva coalici¨®n de una docena de grupos conservadores a nivel nacional que esperan "ser respaldados por 50 millones de americanos". Ha sido promovida por el periodista pol¨ªtico Larry Ward, creador de la p¨¢gina Web, y se ha celebrado a tan s¨®lo dos d¨ªas de la investidura del mandatario estadounidense.

La principal premisa de la convocatoria es que poseer un arma es un derecho fundamental avalado por la Segunda Enmienda de la Constituci¨®n de EE UU. "Este es el motivo principal de nuestra reivindicaci¨®n", asegura Ward v¨ªa telef¨®nica. Los organizadores de la jornada han redactado una petici¨®n, que entregar¨¢n al presidente de la NRA, Wayne LaPierre, aunque insisten que son un grupo desvinculado de esta organizaci¨®n.

"Este d¨ªa es un d¨ªa para defender nuestra libertad y para enfrentarnos a todos aquellos que creen que todos los que usamos armas somos unos irresponsables. La Administraci¨®n de Obama ha demostrado con su postura que est¨¢ dispuesta a pisotear la Carta Magna para imponer su criterio a todo el pueblo estadounidense. Hoy es una jornada para que la gente disfrute con sus armas", explica Ward. "Llevamos una semana escuchando tan s¨®lo un lado, que las armas son malas. Y la gente tiene que saber que existe otra visi¨®n, que no es un tema emocional. No nos quiten nuestras pistolas", finaliza.

Virginia, uno de los Estados que cuenta con leyes m¨¢s permisivas en relaci¨®n a las armas en EE UU, ha organizado varios eventos por toda su geograf¨ªa en los que los amantes de las armas se re¨²nen y debaten sobre los puntos que, para ellos, son m¨¢s discriminatorios de la nueva normativa. "Virginia es un Estado seguro porque todos sus habitantes poseen un arma de fuego", dice tajante Jude Tick, mujer de unos 40 a?os, mientras desayuna con otros ocho "compa?eros de causa" en una cafeter¨ªa, denominada Bob Evans, situada en el pueblo de Chantilly, en el condado de Fairfax.

"Como ves, somos gente responsable. Tenemos nuestras armas y nos enorgullece. Las tenemos, sobre todo, porque nos defienden de lo que pueda ocurrir. Poseerlas es un derecho, un derecho que tenemos como estadounidenses", explica Karl Acorda, de unos 45 a?os, despu¨¦s de contar a los presentes que abandon¨® Washington porque ten¨ªa que guardar su arma en una taquilla, "lo que me imped¨ªa usarla en caso de necesitarla". "Aqu¨ª, en Virginia, las tengo en mi casa, expuestas en las paredes. Soy feliz", contin¨²a.

Seg¨²n comentan los asistentes al desayuno, hay una reuni¨®n este lunes en Richmond (capital de Virginia). "Se ha hecho un llamamiento a nivel estatal para que todos los due?os de armas acudan", subrayan en consonancia los ocho asistentes. "All¨ª sacaremos ideas para seguir luchando contra unas medidas que para nosotros son m¨¢s que injustas", contin¨²a este hombre, mientras saca su cuchillo sobre la mesa con total naturalidad.

"Nuestros representantes deben entender que con estas medidas restrictivas nos est¨¢n arrebatando nuestra libertad. El Gobierno debe educar al pueblo, no castigarle por algo que defiende nuestra Constituci¨®n", se?ala Acorda. Por ejemplo, contin¨²a, "el otro d¨ªa mi hijo lleg¨® a casa y me dijo que hab¨ªa encontrado una bala en la calle. Me fui con ¨¦l y la recogimos. Quiero que me diga esas cosas, que hable conmigo, que conf¨ªe en m¨ª. Le he educado para que entienda que las armas son algo serio".

Frente a Acorda est¨¢ sentada Kathleen Steeler-Gal Whalen, una mujer robusta que vive en un rancho en el condado de Fairfax. Steeler-Gal Whalen cree que todo lo que est¨¢ ocurriendo desde "el tiroteo de Newtown no tiene sentido". "Las armas nos protegen, salvan vidas y defienden a nuestros hijos. No s¨¦ porqu¨¦ nuestros representantes se empe?an en ocultar esta realidad".

"Y adem¨¢s, a causa de las medidas, nos hemos quedado sin munici¨®n en el Estado. Ayer, me compr¨¦ un arma y no la puedo disparar. Esto no puede ocurrir. ?C¨®mo voy a defender mi casa sin balas?", asegura esta mujer muy comprometida en la formaci¨®n y educaci¨®n para que las mujeres solteras "aprendan a disparar, disfruten de ello y se defiendan". "Presentar¨¦ el programa este lunes en Richmond", dice con orgullo.

Que la munici¨®n se ha acabado en Virginia parece que es una realidad. En Alexandria, un pueblo fronterizo de la capital federal de EE UU, tan solo queda un vendedor de armas. "El 31 de diciembre de 2007 nuestro ayuntamiento prohibi¨® la venta de armas. Hab¨ªa cuatro tiendas en la localidad. Ahora, solo quedamos nosotros para surtir a la zona", explica John, en una vivienda situada en una de las calles principales de la localidad. "Estos d¨ªas lo que m¨¢s nos solicita la gente es munici¨®n".

Los actos continuar¨¢n en este Estado hasta que Obama jure su nuevo mandato este lunes. "Esperamos que el 19 de enero se convierta en una tradici¨®n, en un d¨ªa en el que cualquier estadounidense disfrute de su derecho de llevar y usar un arma, como reza nuestra Constituci¨®n", se despide con orgullo?Steeler-Gal Whalen, mientras abandona el establecimiento, este s¨¢bado engalanado para la ocasi¨®n con una gran bandera de EE UU.