La izquierda israel¨ª queda en la sombra
Las formaciones de centro-izquierda evitan crear un proyecto com¨²n y no son capaces de alzarse como una alternativa a Netanyahu
![La líder laborista israelí, Shelly Yachimovich, de campaña en Tel Aviv.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WIBIBG7ZJULEM4NLBLYBE5YXOA.jpg?auth=8a0b6aa4f2ce3727d5f85e53c722bea195c5d55d0afc37a40df00a9621ec8c36&width=414)
Dividida y fragmentada, la izquierda de Israel, que ha gobernado el pa¨ªs durante m¨¢s de la mitad de su historia, se enfrenta a las elecciones legislativas de este martes sin un claro proyecto y con sus l¨ªderes m¨¢s centrados en discutir sobre a qu¨¦ grado de colaboraci¨®n podr¨ªan llegar en un nuevo gobierno del primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu que sobre sus propias propuestas. De sus programas y discursos ha desaparecido la menci¨®n de los palestinos y de la b¨²squeda de la paz a trav¨¦s de la creaci¨®n de dos estados, una idea que a d¨ªa de hoy tiene pocos defensores, tanto entre los que se perfilan ganadores en los comicios como entre la posible oposici¨®n.
Ni siquiera el Partido Laborista, que le ha dado a Israel ocho primeros ministros, se alza como una alternativa real a Netanyahu. Los ¨²ltimos sondeos le auguran al bloque de centroizquierda un aumento de esca?os, hasta alcanzar los 57 frente a los 63 de la derecha. En esos c¨®mputos, sin embargo, se amalgama a las formaciones de centro e izquierda con los partidos ¨¢rabes. Es muy poco probable, sin embargo, que nadie de la izquierda pacte con estos ¨²ltimos para formar gobierno. No ha habido primer ministro de Israel que haya incluido a una formaci¨®n ¨¢rabe en su gabinete.
¡°El centro-izquierda no ha sabido consolidarse como una alternativa real. Le falta una idea com¨²n, y eso ha ocasionado que no haya un proyecto real de oposici¨®n¡±, asegura David Newman, profesor de ciencia pol¨ªtica en la Universidad Ben-Gurion. ¡°La participaci¨®n en estas elecciones puede ser similar a la de las anteriores, en torno a un 64%, una cifra baja de acuerdo con los est¨¢ndares israel¨ªes. Y es un hecho que el absentismo perjudica al centro y al centro-izquierda, cuyas bases manifiestan una cierta apat¨ªa hacia el sistema pol¨ªtico israel¨ª¡±.
Las encuestas le auguran al Partido Laborista un modesto avance. En la Knesset, ese partido obtendr¨ªa 17 esca?os, frente a los 13 de 2009. Se convertir¨ªa as¨ª en la segunda fuerza m¨¢s votada, por detr¨¢s de la coalici¨®n electoral que han formado el Likud de Netanyahu y el partido ultranacionalista Yisrael Beiteinu, liderado por Avigdor Lieberman, imputado por fraude.
Despu¨¦s de la desbandada del exprimer ministro laborista Ehud Barak, quien en 2009 acept¨® formar parte del gobierno del Likud como ministro de defensa y en 2011 cre¨® su propia formaci¨®n pol¨ªtica, el laborismo ha tratado de reinventarse bajo el liderazgo de la periodista Shelly Yachimovich, quien ha hecho suya la bandera del descontento social que provoc¨® protestas en Israel en 2011, en el despunte de la primavera ¨¢rabe.
¡°Es dif¨ªcil imaginar en este punto una coalici¨®n que no venga liderada por el Likud y por Netanyahu. Es cierto, en el pasado ha habido gobiernos de minor¨ªas coaligadas, lideradas por los laboristas, pero fueron gobiernos de corta vida¡±, explica el profesor de ciencia pol¨ªtica de la Universidad Hebrea Avraham Diskin. ¡°A los laboristas les ser¨¢ imposible entrar en esa coalici¨®n, principalmente porque Yachimovich se enfrentar¨ªa a una revuelta entre los miembros de su partido si decidiera entrar en el Gobierno¡±.
El nuevo laborismo ha roto con sus ra¨ªces. L¨ªderes hist¨®ricos de ese partido, como Shimon Peres o Isaac Rabin, hicieron avanzar como pocos el proceso de paz. Esa herencia ha desaparecido de la plataforma pol¨ªtica que hoy en d¨ªa lidera Yachimovich. Sus actos electorales y discursos se centran casi exclusivamente en los problemas econ¨®micos de Israel. En lugar de asentamientos, muros o paz, la l¨ªder laborista habla del coste de la vida y los precios en los supermercados.
No s¨®lo el laborismo ha renunciado a hablar de v¨ªas de conseguir la paz. Tampoco se habla de ello en el centrista Kadima, el que m¨¢s esca?os logr¨® en las elecciones de 2009, y hasta hoy la principal oposici¨®n a Netanyahu. Si las encuestas aciertan, Kadima, liderado por el exministro de defensa Shaul Mofaz, no rebasar¨¢ los dos esca?os, frente a los 28 que obtuvo en los pasados comicios. Su pasada fortaleza pol¨ªtica se ha diluido, esparcida sobre al menos otros nueve partidos.
Uno de los pocos candidatos que se ha permitido hablar del asunto palestino en estas elecciones es Tzipi Livni, varias veces ministra bajo Ariel Sharon y Ehud Olmert. Fue cabeza de lista de Kadima en 2009. Dos a?os despu¨¦s perdi¨® las primarias y recientemente cre¨® su propio partido, Hatnuah. Casi una voz en el desierto, Livni ha apoyado el reinicio del proceso negociador, sin que Israel tenga que esperar a que los pa¨ªses europeos o Estados Unidos tomen la iniciativa. Seg¨²n dijo en un discurso la semana pasada: ¡°Comenzaremos negociaciones directas, sin esperar que tome parte la comunidad internacional¡±.
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