La Europa brit¨¢nica
El primer ministro David Cameron propone lo m¨¢s parecido a una simple ¨¢rea de libre comercio
Al fin los euroesc¨¦pticos tendr¨¢n el refer¨¦ndum. Para salir de la Uni¨®n Europea si es preciso. Y lo es para los conservadores, diga lo que diga Cameron. Nadie puede discutir el derecho de los brit¨¢nicos a decidir cuando les plazca sobre su futuro dentro o fuera de la Uni¨®n Europea y cuanto antes mejor. M¨¢s discutible es que puedan y deban imponer al conjunto de la UE no tan solo las condiciones que les convienen sino el dise?o que a ellos les gusta, en direcci¨®n abiertamente contraria a los intereses del conjunto de los pa¨ªses europeos y principalmente de la euro¨¢rea. Y su idea acerca de la UE es bien clara, aunque no terminen de decirlo.
La Europa brit¨¢nica que propone Cameron es lo m¨¢s parecido a una simple ¨¢rea de libre comercio, como lo fue la EFTA creada como alternativa a la Comunidad Econ¨®mica Europea. Su pretensi¨®n alcanza al coraz¨®n del proyecto europeo, inscrito en la frase c¨¦lebre del Tratado que Cameron impugna: ¡°La uni¨®n cada vez m¨¢s estrecha entre los pueblos de Europa¡±. Para el primer ministro la UE es un mero instrumento, no un objetivo. Cameron lo tiene claro, aunque no lo diga todav¨ªa con todas las letras: o la UE se convierte en lo que los euroesc¨¦pticos est¨¢n dispuestos a tolerar o no habr¨¢ m¨¢s remedio que largarse.
El descaro del chantaje es notable y lo ha contado mejor que nadie Boris Johnson, el euroesc¨¦ptico alcalde conservador de Londres y destacado aspirante a primer ministro: ¡°Ahora tenemos la oportunidad de obtener un gran acuerdo para Reino Unido, que nos situar¨¢ en el coraz¨®n del comercio europeo pero tambi¨¦n nos permitir¨¢ pensar globalmente¡±. Todo est¨¢ imaginado en este plan para la principal industria brit¨¢nica, que es la plaza financiera de la City: ¡°El futuro de Londres consiste en seguir siendo la capital financiera y comercial de Europa, tener una relaci¨®n ¨²nica con Estados Unidos y construir nuestra creciente posici¨®n como capital de los BRICS y de las otras econom¨ªas emergentes¡±.
El sue?o conservador es relacionarse sin intermediarios con el mundo global y utilizar la UE como un mero espacio de libre comercio lo m¨¢s desregulado posible. Es una idea que pudo ser atractiva sobre el papel alg¨²n d¨ªa pero que ahora choca con multitud de obst¨¢culos; el mayor, la dificultad que tienen todos los pa¨ªses europeos, Reino Unido incluido, para existir por s¨ª solos en el mundo global, como si fueran potencias emergentes y no viejas expotencias europeas. Washington y Pek¨ªn se lo est¨¢n reprochando a Cameron sin embudos: prefieren relacionarse con Londres a trav¨¦s de una UE fuerte. El mundo empresarial y de los negocios no piensa de forma muy distinta.
El argumento para posponer el refer¨¦ndum hasta 2018, en cambio, parece s¨®lido. No sabemos c¨®mo ser¨¢ la UE que saldr¨¢ de la actual crisis del euro y hay que esperar por tanto para pronunciarse. Pero es tramposo, porque la propuesta de negociaci¨®n se dirige precisamente en la direcci¨®n contraria a la emprendida por los pa¨ªses del euro y, principalmente, del Pacto Fiscal del que Londres se ha excluido. En todo caso es una apuesta a que fracasen los planes de Merkel, mediante el recurso al te¨®rico derecho de veto sobre la reforma de los tratados.
Los cinco a?os de margen, con la estaci¨®n intermedia de las elecciones de 2015, ofrecen espacio para que todos avancen en una carrera de m¨²ltiples niveles, empezando por el interior, que es el que ha motivado el movimiento de Cameron para descargar sus responsabilidades de la actual crisis y trasladar la tensi¨®n a la promesa electoral del refer¨¦ndum. La negociaci¨®n tendr¨¢ tambi¨¦n un elemento din¨¢mico exterior porque es mucho suponer que cuando empiece habr¨¢ terminado la crisis del euro y estar¨¢ ya completo y en marcha el nuevo esquema de gobernanza monetaria, fiscal y presupuestaria. Lo m¨¢s probable es que sea un proceso que funcione como un circo de varias pistas, incluidas las nacionales, algunas de enorme peso, como la alemana.
Hay tambi¨¦n una lectura de geopol¨ªtica europea de este discurso, con independencia de sus prop¨®sitos m¨¢s t¨¢cticos y electoralistas: ante los avances de la Europa alemana, Cameron busca con su idea de una Europa brit¨¢nica la reconstrucci¨®n de un cierto equilibrio europeo.
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