El juicio a un predicador saud¨ª por violar y matar a su hija desata la indignaci¨®n
El cl¨¦rigo isl¨¢mico sospechaba que la ni?a ya no era virgen
Nada va a devolverle la vida a Lama, una ni?a saud¨ª de cinco a?os muerta como resultado de una brutal violaci¨®n. Sin embargo, la campa?a de las activistas saud¨ªes y el esc¨¢ndalo internacional que ha desatado tal vez logren que el responsable sea castigado con una larga pena de prisi¨®n. Las sospechas recaen sobre el padre de la ni?a, un popular telepredicador que ha confesado haberla disciplinado ante su temor a que hubiera perdido la virginidad. Las promotoras de la movilizaci¨®n quieren evitar que el controvertido sistema judicial de Arabia Saud¨ª le permita librarse de la c¨¢rcel con el pago de una mera compensaci¨®n econ¨®mica a la madre.
Solo el enunciado de lo ocurrido a Lama pone los pelos de punta. El 25 de diciembre de 2011, la ni?a ingresa en el hospital Rey Saud de Riad con el cr¨¢neo aplastado, el brazo izquierdo y varias costillas rotas y una u?a arrancada. La madre, que est¨¢ divorciada del padre y no tiene la custodia, ha declarado a la prensa local que el personal m¨¦dico le dijo que su hija ten¨ªa el recto rasgado y que el causante hab¨ªa intentado cauteriz¨¢rselo. Diez meses de agon¨ªa despu¨¦s, la peque?a Lama muere.
El rumor que se extendi¨® a principios de esta semana, a ra¨ªz de la vista del caso que se celebr¨® el pasado domingo, es que el padre fue excarcelado. Dada la falta de transparencia informativa que caracteriza al Reino del Desierto, varios medios anglosajones se hicieron eco de una noticia no contrastada seg¨²n la cual el pol¨¦mico cl¨¦rigo, Fayhan al Ghamdi, hab¨ªa quedado en libertad tras pagar a su exesposa el equivalente a unos 35.000 euros en concepto de diy¨¢, literalmente ¡°dinero de sangre¡±, que es la compensaci¨®n econ¨®mica que la ley isl¨¢mica (shar¨ªa) establece para los herederos de la v¨ªctima de una muerte violenta.
¡°No, no es en absoluto cierto¡±, desmiente Aziza al Yusef, una de las activistas saud¨ªes que ha liderado la campa?a para que se haga justicia con Lama. ¡°Al Ghamdi sigue en prisi¨®n y el juicio contin¨²a; la pr¨®xima vista ser¨¢ el mi¨¦rcoles¡±, asegura durante una conversaci¨®n telef¨®nica con esta corresponsal.
Gracias a la movilizaci¨®n de las activistas, la madre de la peque?a ha podido disponer de un abogado facilitado por la Organizaci¨®n de Derechos Humanos y el caso se ha conocido tanto dentro como fuera de Arabia Saud¨ª. Eso ha sido suficiente para desatar la indignaci¨®n generalizada, incluso en un pa¨ªs donde hay cl¨¦rigos que para evitar el abuso infantil proponen que a las ni?as se les tape la cara desde la cuna.
La polic¨ªa detuvo a Al Ghamdi, un predicador que suele aparecer en las cadenas locales de televisi¨®n pontificando sobre moralidad. Seg¨²n la filtraci¨®n de su declaraci¨®n ante las autoridades, sospechaba que su hija no era virgen y tras un examen ginecol¨®gico que no le dej¨® satisfecho, admiti¨® haber usado un bast¨®n y cables el¨¦ctricos con la ni?a.
De ser cierta, esa confesi¨®n ser¨ªa suficiente para inculpar al perverso padre. Sin embargo, en Arabia Saud¨ª no hay un c¨®digo penal escrito y los jueces se basan en su particular entendimiento de la ley isl¨¢mica, un laberinto de dichos y tradiciones, a menudo contradictorios y que se han probado gravemente mis¨®ginos. Seg¨²n una de esas provisiones, a un padre no se le puede responsabilizar de la muerte de sus hijos porque su p¨¦rdida es ya suficiente castigo. De ah¨ª, que haya surgido el temor de que un hombre con tanta labia como Al Ghamdi pueda librarse de la c¨¢rcel tras compensar a la madre.
La mujer, cuya identidad no se ha revelado, ha rechazado esa posibilidad. Al Yusef, que est¨¢ en contacto permanente tanto con ella como con su abogado, recuerda que esta insiste en pedir la m¨¢xima pena posible, sea la condena a muerte o cadena perpetua. Sin embargo, las activistas quieren ir m¨¢s all¨¢ y utilizar este caso como palanca para que se suprima el fundamento que permite semejante desprop¨®sito.
El hecho de que el caso de Lama haya salido a la luz y se est¨¦ debatiendo en los medios locales pone de relieve que, junto al horror del abuso infantil y la violencia dom¨¦stica, en Arabia Saud¨ª empieza a existir conciencia del problema frente a un pasado no tan lejano en que esos asuntos se consideraban privados. De hecho, su caso lleg¨® a las autoridades gracias a la denuncia del centro de protecci¨®n infantil del hospital en que la ni?a fue ingresada. Ese centro es fruto de un Programa de Seguridad Nacional que se puso en marcha en 2005. Las mujeres que est¨¢n detr¨¢s de ese esfuerzo, incluidas varias princesas, tuvieron que convencer al muft¨ª para que declarara que la violencia dom¨¦stica era un crimen. Pero no lograron que emitiera una f¨¦tua.
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