Los chi¨ªes de Pakist¨¢n exigen al Gobierno que los proteja de una milicia sun¨ª

Los chi¨ªes de Pakist¨¢n han dicho basta. Y se niegan a enterrar a sus muertos en se?al de protesta. Exigen que las autoridades les protejan despu¨¦s de que el s¨¢bado un atentado con coche bomba matara a 89 personas de etnia hazara (de credo chi¨ª) en un mercado atestado de mujeres y ni?os en Quetta. El ataque se suma a otro similar en la ciudad que el mes pasado mat¨® a otro centenar de hazaras. Ambos han sido asumidos por milicianos sun¨ªes ¨Cque consideran que los chi¨ªes no son musulmanes- de un grupo denominado Lashkar e Jhanvi.

Miles de hazaras han hecho una sentada este lunes y, como medida de presi¨®n, han eludido la obligaci¨®n isl¨¢mica que urge a enterrar a los fallecidos cuanto antes y han velado 71 cad¨¢veres junto a un templo. ¡°No les daremos sepultura hasta que cumplan nuestras exigencias¡±, ha declarado a Syed Muhamad Hadi, portavoz de la alianza de los grupos chi¨ªes citado por Reuters. Su demanda es clara: ¡°Que entreguen la ciudad al Ej¨¦rcito y este lance operaciones selectivas contra los terroristas y quienes les apoyan¡±, ha dicho Hadi.

Los ataques contra los hazara en Pakist¨¢n, un pa¨ªs mayoritariamente sun¨ª, han aumentado mucho. El a?o pasado fue, con 400 hazaras muertos en atentados, el peor para los chi¨ªes en cuanto a la violencia sectaria.

El gobernador provincial, Nawab Zulfikar Magsi, nombrado recientemente despu¨¦s de que su predecesor fuera relevado tras el anterior atentado, hizo unas declaraciones contundentes horas despu¨¦s del atentado en las que culp¨® a los agentes de inteligencia: ¡°Est¨¢n demasiado asustados para perseguir a los que promueven el terrorismo o est¨¢n tan perdidos que ni siquiera saben a qu¨¦ se enfrentan¡±, dijo. Magsi, seg¨²n la BBC, explic¨® que hab¨ªa dado manos libres a las fuerzas de seguridad y que estas claramente hab¨ªan fallado. ¡°Su trabajo es prevenir este tipo de ataques. Para eso les pagan¡±.

Miles de pakistan¨ªes se manifestaron este lunes en varias ciudades contra los atentados, incluidas la capital, Islamabad, y Lahore, donde activistas chi¨ªes protagonizan una sentada que pretenden mantener hasta que el Gobierno frene lo que consideran ¡°un genocidio chi¨ª en Pakist¨¢n¡±, en palabras de Ammar Yasir, un l¨ªder local de esa rama del islam. Una huelga en protesta ha paralizado Karachi, la capital comercial del pa¨ªs.

La ofensiva antisun¨ª se produce a solo unos meses de las elecciones generales. El grupo Lashkar e Jhanvi, que pretende convertir Pakist¨¢n en una teocracia sun¨ª, se suma a los talib¨¢n y Al Qaeda como los principales factores desestabilizadores de Pakist¨¢n, potencia at¨®mica.