¡°Vendo t¨ªtulo universitario, como nuevo, por falta de uso¡±
La campa?a electoral italiana desde?a las necesidades y los problemas de los j¨®venes Uno de cada tres est¨¢ en paro, y el 40% de los empleados tiene un contrato precario
Cuando la ministra de Trabajo Elsa Fornero dijo que los j¨®venes italianos no encuentran trabajo porque son demasiado quisquillosos, Roberto Scalia se enfad¨®. Licenciado en Ciencias de la Comunicaci¨®n, 28 a?os, le sobran dedos para desgranar su rosario de empleos: asistente en una tienda de ropa, organizador de un festival de m¨²sica, portavoz de un diputado, conductor de un coche forrado de publicidad, presentador en una televisi¨®n local. Ahora, imparte clases de inform¨¢tica a desempleados y realiza encuestas telef¨®nicas. ¡°Estoy cansado de ser minusvalorado e ignorado. La verdad es que ning¨²n partido me representa¡±, sacude la cabeza. No est¨¢ solo. En Italia, uno de cada tres j¨®venes est¨¢ parado; dos millones ya ni siquiera buscan trabajo, y tres millones y medio tienen contratos precarios. Los j¨®venes tardan en entrar en el mundo laboral y aplazan ¡°su transici¨®n a la vida adulta¡±, constata el Instituto Estad¨ªstico italiano (Istat). Son impotentes frente a un poderoso sistema de gremios, indefensos contra la crisis porque no tienen derecho a ayudas sociales; transparentes para la pol¨ªtica, que se ha olvidado de ellos hasta en las promesas electorales.
Roberto saborea un arancino, una croqueta t¨ªpica de Sicilia, y sonr¨ªe. Sus padres nacieron all¨ª; emigraron al norte por el trabajo del padre, profesor, y finalmente recalaron cerca de N¨¢poles. ¡°Entonces te mov¨ªa la esperanza¡±, explica el hijo, en Roma, consciente de que las cosas han cambiado. En menos de una d¨¦cada, el porcentaje de quien deja el pa¨ªs ha pasado del 11% al 28%. Roberto pas¨® largas temporadas en Espa?a: estudi¨®, se enamor¨®, trabaj¨® y luego decidi¨® volver. Por nostalgia, por convencimiento, por resistencia: ¡°Me parece justo estar aqu¨ª, no criticar desde fuera¡±, dice. Sin embargo, mientras camina r¨¢pido hacia su lugar de trabajo, ¡°donde todo el mundo tiene al menos una licenciatura¡±, revela que ha rellenado un m¨®dulo para un doctorado en ?msterdam.
En menos de una d¨¦cada, el porcentaje de quien deja el pa¨ªs ha pasado del 11% al 28%
¡°La crisis ha embestido los j¨®venes ¨Ceval¨²a Linda Laura Sabbadini, jefa del departamento de Estad¨ªsticas Sociales del Istat¨C. El 80% de los que han perdido su trabajo desde 2008, tienen menos de 34 a?os¡±. La situaci¨®n no ha mejorado con la reforma laboral del Gobierno t¨¦cnico, aprobada el a?o pasado y que ha entrado en vigor de forma escalonada. ¡°Todo sigue igual, es decir, empeorando ¨Ccomenta Sabbadini con los datos en la mano¨C. Le est¨¢n robando la ilusi¨®n a una generaci¨®n entera¡±.
Ni siquiera estar formados sirve. Un tercio de quien trabaja tiene un t¨ªtulo superior al que necesita para desempe?ar su tarea. ¡°La laurea [licenciatura] hoy es como un t¨ªtulo nobiliario. Queda muy fino colgarla en un buen marco, pero no sirve de nada¡±, ironiza Giorgio Tedone, de 27 a?os, graduado en Roma en Ciencias Pol¨ªticas, con estudios de m¨¢rketing en Londres y un m¨¢ster en comunicaci¨®n y publicidad en Tur¨ªn, donde vive. El mes pasado, Giorgio colg¨® en una web de subastas el pergamino que proclama su graduaci¨®n: ¡°Vendo, por falta de utilizaci¨®n, un t¨ªtulo universitario, como nuevo¡±, dec¨ªa el anuncio. A la pregunta de cu¨¢l es ahora su trabajo, contesta sin pensar: ¡°?Esclavo!¡±, y estalla en una carcajada. ¡°Termin¨¦ las pr¨¢cticas en una agencia de publicidad online y me qued¨¦ como colaborador. No imagino un puesto fijo como el de mi padre. Me conformo con ganarme el pan d¨ªa a d¨ªa, pero con un marco de garant¨ªas, no tan salvaje como este¡±.
El 80% de los que han perdido su trabajo desde 2008, tienen menos de 34 a?os
¡°Esper¨¢bamos que la reforma Fornero pusiera l¨ªmites a la explotaci¨®n. [Pero] Seguimos sin defensas ante la buena o mala fe de nuestros jefes¡±, resopla Giulia Cappellin, de 29 a?os, cuatro a?os como editora gr¨¢fica precaria. Su contrato, firmado en la mesa de una subcontrata de trabajo temporal, justificaba la temporalidad con ¡°una urgencia imprevista¡±. Se trataba de la baja de una compa?era, pero aquella frase se fue repitiendo a?o tras a?o, cuando ella, ya formada e integrada, ¡°era una m¨¢s de la redacci¨®n¡±. La norma aprobada por el Gobierno t¨¦cnico intenta acabar con estas f¨®rmulas extraordinarias y establece que hay que fichar a la persona que desempe?e una funci¨®n estable en la empresa. En teor¨ªa, muy bonito, pero en la pr¨¢ctica no han bajado los impuestos que gravan los contratos indefinidos y escasean los controles sobre las empresas que prefieren ahorrar a invertir en recursos humanos.
Al no poder renovarle el contrato como temporal, Giulia se ha quedado sin nada. Como ella, Simona Incerto, tambi¨¦n vive en precario en Mil¨¢n como traductora y correctora de una de las mayores editoriales del pa¨ªs. ¡°Llegu¨¦ en 2003, llena de energ¨ªa ¨C recuerda ahora, con 35 a?os y con su ¨²ltimo contrato reci¨¦n expirado¨C. Enganch¨¦ un trabajo tras otro: de meses o de un a?o, siempre con fecha de caducidad, sin horas extras, pagas extraordinarias, vacaciones, baja maternal ni antig¨¹edad. Cuando me propusieron otro igual, decid¨ª que nunca jam¨¢s aceptar¨ªa otra humillaci¨®n¡±. Simona, que vive en un piso compartido con su novio y el sue?o de un ni?o ¡°cuando logre algo de estabilidad¡±, acaba de darse de alta como aut¨®noma.
Un tercio de quien trabaja tiene un t¨ªtulo superior al que necesita para desempe?ar su tarea
Simona, Giulia y otros 200 colegas se han asociado en la Red de Redactores Precarios. Cada semana se re¨²nen en la sede de San Precario, colectivo que asesora y organiza a los trabajadores informales de todo el pa¨ªs. ¡°Existen m¨¢s de 40 f¨®rmulas de empleo flexible en Italia, m¨¢s de tres millones de personas trabajan sin garant¨ªas ¨Ccomenta un miembro del colectivo¨C; todas esas f¨®rmulas se basan en el chantaje a quien, con tal de sacar algo, lo acepta todo y hasta llega a pensar que es normal no poder reunirse en asambleas o trabajar horas de m¨¢s gratis¡±. San Precario es la ¨²nica protecci¨®n de estos trabajadores. ¡°Casi nadie est¨¢ inscrito en un sindicato. Los partidos no nos representan. Ni siquiera los de izquierdas, que siguen abogando por que todo el mundo sea contratado indefinidamente. El mundo ha cambiado. Nos consta que vamos a trabajar de forma distinta, solo queremos los mismos derechos de nuestros padres: cotizaci¨®n, enfermedad, maternidad, cosas b¨¢sicas¡±, a?ade.
Los candidatos a presidir el pr¨®ximo Gobierno han utilizado la campa?a para debatir apasionadamente de impuestos sobre la vivienda, impuestos y pensiones. Nadie parece darse cuenta de que hay una amplia franja de la poblaci¨®n que corre el riesgo de no poder tener jam¨¢s esos problemas. Beppe Severgnini, en Il Corriere della Sera, lo explica de una forma muy gr¨¢fica: ¡°Los nuevos electores son los grandes excluidos de esta campa?a. Como si la pol¨ªtica fuese una discoteca y los energ¨²menos que est¨¢n en la puerta no los dejaran entrar: 'Chavales, este sitio no es para vosotros'¡±. Lo sentimos, este pa¨ªs no es para vosotros¡±.
Un Parlamento muy joven
Menos de uno de cada dos j¨®venes italianos es feliz. El 55% de los nacidos despu¨¦s de 1980 respondi¨® que no a los encuestadores de Viacom Internacional. Para definir la pol¨ªtica utilizan palabras como corrupci¨®n, incompetencia, pactos y ladrones. Sin embargo, no es verdad que no se interesen por ella. No es verdad que pasen, que sean indolentes e indiferentes a lo que pasa. M¨¢s del 66% ir¨¢ a votar. La amplia mayor¨ªa ha decidido hace tiempo sobre qu¨¦ s¨ªmbolo poner la cruz. Y sobre todo, muchos se han involucrado activamente en la campa?a electoral. Todos los partidos, detr¨¢s de la veteran¨ªa de sus l¨ªderes, han alistado tropeles de treinta?eros. Tanto que a partir del martes, Italia va a tener uno de los Parlamentos m¨¢s j¨®venes de Europa. La media de edad, entre diputados y senadores, ser¨¢ de 47 a?os.
Como las listas son cerradas, ya se sabe, m¨¢s o menos, qui¨¦n resultar¨¢ elegido. Uno de cada cinco diputados tendr¨¢ menos de 35 a?os; un senador de cada cinco, menos de 50. M¨¢s de 40 elegidos en el Congreso (de 630 esca?os) no llegar¨¢n ni a los 30. La mayor¨ªa de ellos pertenece al Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo: caras nuevas para un partido que se estrena. Adem¨¢s, seleccionados con v¨ªdeos de tres minutos colgados en YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=HdECunuGpQo). La media de edad de los grillinos ¨Ccomo se les llama en Italia¨C es de 42 a?os. El segundo partido m¨¢s joven es la Liga Norte (47 a?os), que tradicionalmente elige para sus esca?os en las C¨¢maras a muchos administradores locales, queridos y seguidos en sus respectivos territorios. Siguen, con una media de 48 a?os, los candidatos de la Lista Monti, Izquierda Ecolog¨ªa y Libertad (Sel) y el Partido Democr¨¢tico (Pd), que se ha liberado, mediante un proceso largo pero no traum¨¢tico de primarias, de muchos veteranos y ha renovado sus fuerzas. El Pueblo de la Libertad confirma el 80% de sus viejos diputados y senadores, con una media de 49.
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