EE UU teme que Maduro tense las relaciones para reforzar su imagen
Obama enviar¨¢ una delegaci¨®n oficial a los funerales de Ch¨¢vez
Estados Unidos est¨¢ dispuesto a favorecer una transici¨®n pac¨ªfica hacia un nuevo mando en Venezuela y desea abrir cuanto antes un di¨¢logo con las pr¨®ximas autoridades, pero no renunciar¨¢ a la defensa de los principios democr¨¢ticos ni, en realidad, conf¨ªa en una r¨¢pida normalizaci¨®n de las relaciones con ese pa¨ªs tras la muerte de Hugo Ch¨¢vez.
M¨¢s bien al contrario. En Washington, seg¨²n altos funcionarios, se teme incluso un empeoramiento temporal de las relaciones mientras se resuelva definitivamente la disputa por el poder en Caracas. Ninguno de quienes aspiran a tomar la antorcha dejada por Ch¨¢vez podr¨ªa permitirse ahora signos de reconciliaci¨®n con EE UU sin ser acusado de traidor a la herencia del desaparecido caudillo.
En Washington, seg¨²n altos funcionarios, se teme incluso un empeoramiento temporal de las relaciones mientras se resuelva definitivamente la disputa por el poder en Caracas
La prueba m¨¢s reciente de eso fue la intervenci¨®n del vicepresidente venezolano, Nicol¨¢s Maduro, pocas horas antes del anuncio de la muerte de Ch¨¢vez, en la que comunic¨® la expulsi¨®n de dos consejeros militares de la embajada norteamericana en Caracas, supuestamente implicados en un complot que habr¨ªa provocado la enfermedad del presidente.
Esa acusaci¨®n de Maduro fue calificada el martes por un alto funcionario del Departamento de Estado como ¡°parte de la campa?a electoral en marcha en Venezuela¡±. Maduro dio ese paso para demostrar su autoridad ante sus competidores por el trono de Ch¨¢vez, lo que, desde el punto de vista de Washington, no permite ser muy optimista sobre un arreglo pronto de las disputas entre los dos pa¨ªses.
EE UU hab¨ªa intentado ya en el pasado aproximaciones sin ¨¦xito a Maduro, asumiendo que ¨¦l ser¨ªa el hombre del futuro en Venezuela. En noviembre pasado, miembros de la Administraci¨®n de Barack Obama tuvieron conversaciones telef¨®nicas con ¨¦l con la esperanza de poder llegar a concretar un encuentro. Pero esas conversaciones jam¨¢s dieron resultados precisos y se vieron bruscamente interrumpidas por las declaraciones del martes del vicepresidente.
La Administraci¨®n norteamericana, no obstante, piensa insistir en la pol¨ªtica que ha seguido en los ¨²ltimos a?os de evitar el enfrentamiento directo con el r¨¦gimen venezolano y buscar los posibles puntos de coincidencia
La Administraci¨®n norteamericana, no obstante, piensa insistir en la pol¨ªtica que ha seguido en los ¨²ltimos a?os de evitar el enfrentamiento directo con el r¨¦gimen venezolano y buscar los posibles puntos de coincidencia. ¡°Seguimos aspirando a una relaci¨®n m¨¢s productiva y funcional¡±, declar¨® un alto funcionario. ¡°Creemos que existen intereses comunes, como el de la lucha contra el narcotr¨¢fico, en el que podr¨ªamos cooperar¡±. En esa l¨ªnea, la misma fuente a?adi¨® que EE UU enviar¨¢ una delegaci¨®n oficial a los funerales de Ch¨¢vez, aunque el nivel de esa delegaci¨®n lo decidir¨¢ en las pr¨®ximas horas la Casa Blanca.
Eso no significa que EE UU vaya a renunciar a ¡°alzar la voz por la democracia cada vez que lo considere necesario¡±, precis¨® el funcionario citado. La primera exigencia en este momento es la de la celebraci¨®n de elecciones libres y abiertas, preferentemente con la participaci¨®n de observadores internacionales.
En ese sentido, ha causado cierta alarma aqu¨ª el hecho de que el ministro de Defensa venezolano, almirante Diego Molero, haya expresado a trav¨¦s de Twitter su apoyo a la candidatura presidencial de Maduro. ¡°Si los militares entran en la campa?a a favor de un candidato, obviamente es motivo de preocupaci¨®n¡±, afirm¨® la misma fuente.
La actitud de EE UU tras la muerte de Ch¨¢vez es de espera prudente, atento a la oportunidad que se abre, pero consciente de las dificultades que puede haber por delante
EE UU se prepara para un tiempo de incertidumbre en Venezuela. Y lo hace desde una posici¨®n relativamente c¨®moda: sin interferir directamente, para evitar ser acusado de intervencionismo, y asegurando sus intereses principales en la regi¨®n, que no parecen actualmente amenazados por la crisis venezolana.
En cuanto a la seguridad de los ciudadanos norteamericanos en ese pa¨ªs, la Administraci¨®n explic¨® este mi¨¦rcoles que, aunque se han tomado precauciones, no existen amenazas ni riesgos particulares en estos d¨ªas. Por lo que respecta a la agenda pol¨ªtica de EE UU en Am¨¦rica Latina, la promoci¨®n del comercio y del desarrollo econ¨®mico y el estrechamiento de los lazos pol¨ªticos con determinados pa¨ªses, tampoco parece condicionada por los acontecimientos en Venezuela.
El otro ¨¢mbito de preocupaci¨®n norteamericana sobre ese pa¨ªs, el del petr¨®leo, se ve, igualmente, en condiciones de cierta estabilidad, aunque el agravamiento de la situaci¨®n pol¨ªtica podr¨ªa acelerar el deterioro actual de la industria del crudo.
En t¨¦rminos generales, por tanto, la actitud de EE UU tras la muerte de Ch¨¢vez es de espera prudente, atento a la oportunidad que se abre, pero consciente de las dificultades que puede haber por delante.
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