¡°La comunidad internacional tiene una responsabilidad moral con Irak¡±
El pol¨ªtico iraqu¨ª se muestra muy cr¨ªtico con el actual primer ministro, Nuri al Maliki, pero tambi¨¦n con los errores de la ocupaci¨®n. "Se desmantelaron las instituciones del Estado", explica
¡°Irak ha estado navegando en medio de una tormenta sin direcci¨®n, e incluso sin sistema de navegaci¨®n¡±, afirma Ayad Alaui para abrir boca. Diez a?os despu¨¦s del derribo de Sadam Husein, este exbaazista que combati¨® su dictadura desde el exilio encuentra poco de lo que los iraqu¨ªes puedan sentirse satisfechos. Habla de un proceso pol¨ªtico viciado desde sus or¨ªgenes; siente que la comunidad internacional les ha fallado, pero sobre todo responsabiliza al primer ministro, Nuri al Maliki, de la par¨¢lisis pol¨ªtica e institucional que tiene al pa¨ªs atrapado en sus propias contradicciones. ¡°Irak solo tiene un problema: Al Maliki¡±, sentencia repitiendo las palabras de un conocido cl¨¦rigo.
¡°Tenemos un proceso pol¨ªtico estancado, instituciones estancadas, un Gobierno dividido, violaciones graves de derechos humanos, violaciones de la Constituci¨®n, carecemos de pol¨ªtica exterior¡¡±, describe Alaui. ¡°Si estuviera en el lugar de Al Maliki, dejar¨ªa el poder ahora que el Parlamento ha votado un l¨ªmite de dos legislaturas para el primer ministro, pero ¨¦l ha recurrido la decisi¨®n. As¨ª es como maneja las cosas, ¨¦l y el equipo que le rodea¡±, a?ade.
A nadie pueden sorprenderle los recelos de Alaui (Bagdad, 1945) hacia el hombre que le arrebat¨® la posibilidad de gobernar tras las elecciones de marzo de 2010. Tras un ajustado recuento, el Tribunal Supremo confirm¨® que Iraquiya, la lista que encabezaba Alaui, hab¨ªa quedado en cabeza con 91 esca?os, dos m¨¢s que su inmediata seguidora, el Estado de la Ley de Al Maliki. Ninguno de los dos ten¨ªa mayor¨ªa suficiente para formar Gobierno. Y ah¨ª jug¨® la astucia, y la ventaja de estar en ese momento en el poder, de Al Maliki.
¡°Se ten¨ªa que haber respetado la Constituci¨®n y la democracia, y permitido formar Gobierno al ganador¡±, defiende Alaui en su oficina de la calle Zeit¨²n, dentro de un recinto fortificado fuera de la Zona Verde.
Nuestros amigos de EEUU han guardado silencio sobre la intromisi¨®n de Ir¨¢n
Pero no fue as¨ª. Al c¨¢lculo pol¨ªtico, se a?ad¨ªa en Irak el elemento sectario. Al Maliki es un chi¨ª que se presentaba al frente de un bloque pol¨ªtico chi¨ª en un pa¨ªs donde dos tercios de la poblaci¨®n siguen esa rama del islam. Mientras que Alaui, un chi¨ª laico, lo hizo con una lista pluriconfesional que sus rivales vieron como una tapadera para los simpatizantes del antiguo r¨¦gimen, ya para entonces estereotipados en la minor¨ªa ¨¢rabe sun¨ª. Solo hizo falta la purga, acusados de baazistas, de media docena de sus electos para que la balanza se inclinara claramente del lado del primer ministro. El Baaz (en ¨¢rabe, renacimiento) era el partido de Sadam, de ah¨ª que ser acusado de simpat¨ªas con el Baaz se convirtiera en anatema en el nuevo Irak.
¡°Por respeto a los iraqu¨ªes, decidimos renunciar a nuestros derechos y aceptamos compartir el poder. Al Maliki, [el l¨ªder kurdo Masud] Barzani y yo mismo firmamos el acuerdo y nos comprometimos a llevar a cabo una reforma pol¨ªtica, de acuerdo con la Constituci¨®n. Pero nada de aquello se ha ejecutado¡±, constata atribuyendo la responsabilidad al primer ministro. Aunque a?ade: ¡°Nuestros amigos estadounidenses tampoco mantuvieron sus promesas. Han guardado silencio sobre la intromisi¨®n de Ir¨¢n en la pol¨ªtica iraqu¨ª¡±. Ahora le preocupa que se hable de que los intereses de Washington y Teher¨¢n en Irak coinciden. ¡°Espero que no¡±.
Alaui, que dirigi¨® el Gobierno provisional entre junio de 2004 y mayo de 2005, atribuye la situaci¨®n actual tanto a la herencia de la dictadura como a los errores de la ocupaci¨®n. ¡°Se desmantelaron las instituciones del Estado y el nuevo proceso pol¨ªtico dividi¨® a la gente, utilizando la desbaazificaci¨®n como un instrumento pol¨ªtico. Los ocupantes decidieron que hab¨ªa gente a la que etiquetaron como terroristas, sin distinguir entre resistencia y terrorismo¡±, declara remitiendo a la casilla de salida.
¡°Lo que empez¨® de forma equivocada, sigue estando equivocado¡±, dice. En su opini¨®n, eso ¡°ha impedido la reconstrucci¨®n del Estado sobre la base de instituciones s¨®lidas y de integridad; y lo que se ha creado han sido instituciones sectarias incapaces de facilitar servicios, asegurar el pa¨ªs o garantizar la estabilidad¡±. De ah¨ª que subraye que ¡°la comunidad internacional, a pesar de todos los sacrificios realizados, tiene una responsabilidad moral hacia lo que est¨¢ ocurriendo en Irak¡±.
Los ocupantes decidieron que solo hab¨ªa terroristas, no distinguieron entre resistencia y terrorismo
Alaui denuncia una operaci¨®n de acoso y derribo ¡°contra destacados dirigentes pol¨ªticos de grupos que no son parte de la Alianza Nacional [la coalici¨®n que apoya a Al Maliki]. Aunque entre ellos menciona a M¨²qtada al Sadr, el resto son l¨ªderes sun¨ªes que siguen atrapados en el embrollo de la poco transparente Comisi¨®n de Desbaazificaci¨®n o que, como el vicepresidente Tarek al Hashemi, han sido vinculados a asesinatos pol¨ªticos. El ¨²ltimo, el reci¨¦n dimitido ministro de Hacienda Rafi al Essawi, cuyo intento de detenci¨®n en diciembre desat¨® un movimiento de protesta sun¨ª que amenaza con reactivar la violencia sectaria que llev¨® al pa¨ªs al borde de la guerra civil entre 2006 y 2008.
¡°Por supuesto que apoyo a los manifestantes. Solo en Irak, no s¨¦ si tal vez en Corea del Norte, existe una ley de informantes secretos [que fomenta la delaci¨®n]. Mucha gente es encarcelada, torturada y amenazada con esa ley¡±, se indigna Alaui.
Sin embargo, este neur¨®logo de formaci¨®n y pol¨ªtico por tradici¨®n familiar (su abuelo particip¨® en la negociaci¨®n de la independencia de Reino Unido y su padre fue diputado) trata de enmarcar las manifestaciones en un marco m¨¢s amplio que el descontento sun¨ª. Sin mencionarla hace referencia a la primavera ¨¢rabe cuando asegura que empezaron ¡°hace dos a?os, el 25 de febrero de 2011, en Bagdad¡±. Y asegura que trascienden las zonas sun¨ªes, pero que en las chi¨ªes ¡°el Ej¨¦rcito las reprime¡±.
Lo que nadie puede negarle es que las medidas policiales son insuficientes para acabar con el terrorismo que al hilo del descontento (y de las elecciones provinciales del pr¨®ximo abril) est¨¢ resurgiendo.
Lo que empez¨® de modo equivocado, sigue estando equivocado, dice en referencia a la ocupaci¨®n
¡°Eso exige acabar con el sectarismo, desarrollar el Estado, crear puestos de trabajo, mejorar la econom¨ªa y tener un poder judicial fuerte e independiente, lo que no es nuestro caso¡±, defiende. Adem¨¢s, se muestra convencido de que las ¡°fuerzas de seguridad est¨¢n formadas por gente muy capaz, pero est¨¢n construidas sobre bases sectarias¡±. ¡°No es normal que a un a?o de las pr¨®ximas legislativas sigamos sin ministro de Defensa, sin ministro de Interior, sin jefe de Seguridad Nacional y sin jefe de los servicios secretos¡±, a?ade apuntando de nuevo a Al Maliki, que concentra todos esos cargos.
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