Ch¨¢vez no ser¨¢ embalsamado
La dificultad de llevar los restos a Rusia y dejarlos all¨ª siete meses para aplicar el procedimiento aborta la operaci¨®n Despu¨¦s de haber sido exhibido en p¨²blico desde el pasado d¨ªa 6, el f¨¦retro con los restos del l¨ªder bolivariano es trasladado desde la Academia Militar al Museo de la Revoluci¨®n hasta que se decida su destino final
El ministro de Comunicaci¨®n e Informaci¨®n de Venezuela, Ernesto Villegas, afirm¨® que el cuerpo del presidente Hugo Ch¨¢vez no ser¨¢ embalsamado, como hab¨ªa sugerido d¨ªas antes el jefe de Estado encargado Nicol¨¢s Maduro. La noticia se ha producido tras el sepelio del comandante presidente, cuyos restos mortales descansan de momento en el Museo de la Revoluci¨®n, el sitio donde dirigi¨® el golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 contra Carlos Andr¨¦s P¨¦rez reconvertido en un santuario.
La noticia descarta que el caudillo bolivariano, fallecido de c¨¢ncer el pasado 5 de marzo, pueda ser expuesto en una urna transparente, como Lenin o Mao. Lo que no ha sido olvidado del todo es que los restos sean mudados hacia el Pante¨®n Nacional, donde est¨¢ la urna del Libertador Sim¨®n Bol¨ªvar, de quien Ch¨¢vez fue un devoto seguidor. Para que ese deseo, que fue escuchado en el ¨¦pico velatorio de diez d¨ªas, se cumpla de inmediato, deber¨ªa solicitarse una enmienda a la Constituci¨®n, que establece que la petici¨®n s¨®lo proceder¨ªa transcurridos 25 a?os del fallecimiento.
¡°Una comisi¨®n m¨¦dica rusa estableci¨® que para practicar el procedimiento el cuerpo deb¨ªa ser trasladado a Rusia por un lapso de siete a ocho meses. Tras ese informe qued¨® descartado el embalsamamiento, que era una aspiraci¨®n sentida de numerosos compatriotas¡±, escribi¨® Villegas en su cuenta de Twitter.
El mi¨¦rcoles pasado Nicol¨¢s Maduro casi hab¨ªa cerrado esa opci¨®n cuando anunci¨® que era bastante dif¨ªcil que los restos pudieran ser embalsamados, porque no se hab¨ªan tomado las previsiones a tiempo para preservar el cuerpo.
Tras la muerte del l¨ªder bolivariano, y siguiendo lo dispuesto en la Constituci¨®n, el Consejo Nacional Electoral ha convocado a elecciones presidenciales para escoger a su sucesor, que deber¨¢ terminar el per¨ªodo presidencial iniciado el pasado 10 de enero, para el cual el comandante presidente nunca pudo tomar juramento. El presidente encargado Nicol¨¢s Maduro y el gobernador del Estado de Miranda, Henrique Capriles Radonski, ser¨¢n los contendientes principales.
Maduro ha aprovechado el sepelio para seguir haciendo su campa?a pol¨ªtica. Frente al cuerpo de Ch¨¢vez, que reposa en el hall central del Museo de la Revoluci¨®n rodeado de fotograf¨ªas alusivas a su vida pol¨ªtica, el presidente encargado ha ensalzado las distintas etapas de la vida del comandante presidente y ha hecho un balance de su paso por el poder. ¡°Misi¨®n cumplida, comandante, vaya en paz. Ahora nos toca a nosotros tomar su bandera, su causa, practicar la causa de los pobres y construir el socialismo. Juntos vamos a ser Ch¨¢vez¡±.
En un emocionado discurso, Ad¨¢n Ch¨¢vez, el hermano mayor del caudillo bolivariano, tambi¨¦n se hab¨ªa referido a la obra inconclusa de gobierno y al camino que a¨²n queda ¡°para que la revoluci¨®n sea irreversible¡±. Son dos muestras claras de que un eventual gobierno de Maduro tratar¨¢ de seguir abriendo el camino transitado por Ch¨¢vez: una fuerte concentraci¨®n de la actividad econ¨®mica a cargo del Estado, la reducci¨®n de la influencia de la empresa privada en la producci¨®n y la utilizaci¨®n de Petr¨®leos de Venezuela como polea para mover los programas sociales.
Maduro prometi¨® visitar el santuario el 15 de abril, al d¨ªa siguiente de las elecciones presidenciales, ya como presidente de la Rep¨²blica, si se concreta su victoria. ¡°Aqu¨ª vendremos a dar parte de las tareas cumplidas¡±, agreg¨® entre los aplausos de los asistentes al sepelio. Henrique Capriles le ha plantado cara con una estrategia que tambi¨¦n parte de la impronta del fallecido l¨ªder. Se trata de una idea que Ch¨¢vez suger¨ªa en sus discursos y que los suyos siempre creyeron: que la culpa de los errores cometidos en los 14 a?os de gobierno era de los ministros y no de ¨¦l. Capriles ha entendido que la alta popularidad del caudillo resid¨ªa en que sus seguidores lo exim¨ªan de responsabilidades en los fallos. Por eso ha repetido varias veces que Maduro no es Ch¨¢vez, tratando de disminuir el impacto que tuvo la unci¨®n del entonces vicepresidente en la ¨²ltima comparecencia p¨²blica del comandante presidente. Ya lo dijo el director de la encuestadora Datanalisis, Luis Vicente Le¨®n, en una reciente declaraci¨®n. ¡°Maduro no es el candidato sino el veh¨ªculo para volver a votar por Ch¨¢vez¡±.
La oposici¨®n ha guardado silencio mientras dur¨® el sepelio, un d¨ªa muy triste para la feligres¨ªa chavista. La salsa de pronto troc¨® en tango y el cielo azul del Caribe estaba encapotado. En el parque infantil 4 de febrero, detr¨¢s del Museo Hist¨®rico Militar, un ni?o disfrazado de Hugo Ch¨¢vez ¡ªtraje de campa?a, boina roja ladeada¡ª se lanzaba por el tobog¨¢n. Lugare?os y extra?os trataban de acercarse para ganar una vista privilegiada del lugar. Aquellos eran rostros melanc¨®licos, al igual que los de la grey concentrada frente a la pantalla ubicada al comienzo del Paseo Los S¨ªmbolos.
El silencio m¨¢s triste lo encarnaba la familia de Jos¨¦ Lamas, un motorizado que ha llegado hasta las exequias junto a su esposa y a su hija. Mientras la familia del l¨ªder bolivariano transportaba el f¨¦retro en hombros para depositarlo en el veh¨ªculo que lo trasladar¨ªa hasta su morada transitoria, Jos¨¦ consolaba a la ni?a, que lloraba con tal sentimiento que todos alrededor tienen que ver con su dolor. ?l cerraba los ojos y mira hacia el cielo como si se preguntara por qu¨¦ ha muerto el comandante presidente. Durante la capilla ardiente, razona Jos¨¦, Ch¨¢vez parec¨ªa seguir entre todos. Ahora que han cerrado el ata¨²d para siempre Jos¨¦ tiene la certeza de que ha ca¨ªdo el tel¨®n de la obra de Hugo Ch¨¢vez. Nunca su recuerdo.
Ch¨¢vez est¨¢ en la mente de todos los venezolanos. Nadie es indiferente a su legado, para odiarlo o para amarlo. Era evidente que para los hombres y mujeres que se apostaron alrededor del Museo de la Revoluci¨®n, el comandante ya merece un lugar en el pante¨®n de los revolucionarios del siglo XX. Una camioneta modelo Ford llevaba inscrito en el vidrio trasero la frase ¡°Seremos como Ch¨¢vez¡±, que alud¨ªa, quiz¨¢s sin saberlo, a aquella que repiti¨® Fidel Castro despu¨¦s de la muerte del Che Guevara. Ofelia P¨¦rez esperaba el paso del cortejo. Asegura que, en lo sucesivo, le ense?ar¨ªa a sus hijos a ser como el presidente. ¡°Lo juro por esta cruz¡±, dijo, despu¨¦s de besar la uni¨®n de sus dedos ¨ªndices cruzados en forma perpendicular. Y de pronto comenz¨® a llorar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.