Capriles choca con el poder del chavismo
El candidato de la oposici¨®n renuncia a una campa?a casa por casa y lucha contra el reloj a tres semanas de los comicios
Venezuela, que fue gobernada durante casi tres meses por un presidente que no estaba, ahora vive una campa?a presidencial no declarada. Las normas anunciadas el 9 de marzo pasado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para las elecciones del 14 de abril ¡ªen las que se escoger¨¢ al sucesor del fallecido presidente Hugo Ch¨¢vez¡ª prescrib¨ªan solo 10 d¨ªas de propaganda, del 2 de abril al 11 de abril a la medianoche.
Sin embargo, este s¨¢bado, los dos principales candidatos en liza coincidieron en la ciudad de Maracay, en el Estado de Aragua, a unos 100 kil¨®metros al oeste de Caracas. El presidente en funciones de Venezuela y heredero designado por Ch¨¢vez del liderazgo oficialista, Nicol¨¢s Maduro, cerr¨® un acto convocado para lanzar un movimiento juvenil contra la delincuencia.
Mientras tanto, en el sector El Lim¨®n de la misma ciudad, el gobernador del Estado de Miranda y candidato presidencial de la oposici¨®n, Henrique Capriles, presid¨ªa bajo un intenso aguacero lo que denomin¨® una ¡°asamblea de ciudadanos¡±.
No hay tiempo que perder. Se trata de una campa?a muy corta y, si no imprevista, s¨ª sobrevenida, como la propia muerte del l¨ªder despu¨¦s de una larga y todav¨ªa misteriosa agon¨ªa.
Su plazo no es la ¨²nica singularidad de la campa?a. El principal cartel de la campa?a de Maduro, por ejemplo, no muestra una imagen del candidato: en su lugar aparece un plano del difunto comandante. El lema que acompa?a a la fotograf¨ªa, ¡°Maduro, desde mi coraz¨®n¡±, est¨¢ impreso en unos caracteres que remedan la caligraf¨ªa de Ch¨¢vez, como queriendo certificar con un manuscrito la voluntad expresa de viva voz por el propio caudillo, a trav¨¦s de todas las televisiones en cadena nacional en diciembre de 2012, de que Maduro fuera candidato.
Ambos competidores van a trabajar contra el reloj durante la Semana Santa. Del triunfo de cualquiera de los dos surgir¨¢, adem¨¢s, el primer presidente caraque?o desde que Edgar Sanabria ocupara el cargo en la Junta Provisional de Gobierno en 1959, tras el derrocamiento de la dictadura militar de Marcos P¨¦rez Jim¨¦nez.
La at¨ªpica campa?a ha forzado a Capriles a deshacerse de su estrategia de visitas casa por casa
Tambi¨¦n estos d¨ªas se ha hecho notar una coincidencia en el origen de sus apellidos, pues tanto Capriles como Maduro proceden de la comunidad sefard¨ª que se asent¨® en las vecinas Antillas Holandesas antes de pasar a tierra firme venezolana.
Estas similitudes no consiguen ocultar, sin embargo, las diferencias abismales en las condiciones con las que cada contrincante aborda la campa?a. Amparado por el aval p¨®stumo de Ch¨¢vez, Maduro todav¨ªa no duda en usar el aparato del Estado. Seg¨²n denuncia de Carlos Ocariz, director nacional del Comando Opositor, desde que los candidatos se postularon ante el CNE el 11 de marzo, el principal canal del Estado, Venezolana de Televisi¨®n ¡ªfuente de la se?al de los dem¨¢s medios radioel¨¦ctricos oficiales en determinadas ocasiones¡ª, hab¨ªa dedicado 21 horas de cobertura a los actos de Maduro. De ese tiempo, casi cinco horas y media correspondieron a transmisiones en cadena nacional de radio y televisi¨®n. Mientras tanto, no se hab¨ªa registrado cobertura alguna de eventos de Capriles. ¡°Las ¨²nicas veces que Capriles sale en el llamado canal de todos los venezolanos¡±, denunci¨® Ocariz en una rueda de prensa que ofreci¨® el s¨¢bado en Caracas, ¡°son para ridiculizarlo¡±.
A la sombra del doble papel de Maduro como presidente en funciones y candidato gubernamental, la confusi¨®n entre sus comparecencias oficiales y las de la campa?a electoral propicia el trasvase de recursos p¨²blicos para la financiaci¨®n de sus actividades pol¨ªticas de propaganda. El pormenorizado registro en bases de datos gubernamentales del censo electoral ¡ªel censo de votantes se utiliza con frecuencia para cuestiones de asistencia social¡ª se convierte en una eficaz herramienta de inteligencia electoral para las opciones de Maduro y, en algunos casos, hasta de presi¨®n clientelar.
La vigente Constituci¨®n de 1999, impulsada por Ch¨¢vez, prohibi¨® los mecanismos de financiaci¨®n p¨²blica de las campa?as electorales. Capriles podr¨ªa buscar entonces fondos entre potenciales donantes privados, por lo general, empresarios que temen verse sometidos al control del Estado como fuente de negocios o exponerse al acoso interesado de las agencias reguladoras.
Para colmo, la at¨ªpica campa?a ha forzado a Capriles a deshacerse de su estrategia de visitas casa por casa que, durante la pasada campa?a para las elecciones de octubre de 2012, le gener¨® tantos beneficios. En una carrera corta, apuesta ahora por realizar actos de masas en diversas localidades que puedan convertirse en acontecimientos noticiosos. Seg¨²n Ocariz, durante la semana pasada Capriles ha visitado 11 ciudades del interior del pa¨ªs.
No obstante, las oportunidades de que el mensaje del candidato opositor se difundan parecen escasas. Globovisi¨®n, un canal de informaci¨®n continua de tendencia claramente opositora, que est¨¢ a punto de ser vendida a capitales privados cercanos al chavismo, sigue haciendo por ahora las veces de emisora oficial de la campa?a de Capriles. Pero se trata de una voz solitaria en el desierto radioel¨¦ctrico.
El propio Ocariz se quejaba desde la sede del Comando Opositor de Capriles de que muchas radioemisoras privadas, cercadas econ¨®micamente por el Gobierno, est¨¢n buscando ya abiertamente un acercamiento al chavismo y reh¨²san difundir los anuncios de campa?a del candidato de la oposici¨®n.
Sin nombrarla, Ocariz acus¨® a la presidenta de la C¨¢mara Venezolana de la Radiodifusi¨®n, Enza Carbone, de coordinar una labor de filtro y censura de los mensajes que la campa?a de Capriles intenta difundir a trav¨¦s de los medios. ¡°Usted no es la que debe revisar el contenido de las cu?as¡±, exhort¨® Ocariz, antes de exigirle a la ejecutiva del gremio privado de televisi¨®n que abandone ¡°ese mecanismo de intimidaci¨®n¡±.
No solo contrarreloj sino, adem¨¢s, contracorriente, Capriles se juega sus opciones para el pr¨®ximo 14 de abril. Ligero, astuto y perseverante, se enfrenta al poder inclemente de un Estado mastod¨®ntico y multimillonario. La situaci¨®n se asemeja a las f¨¢bulas criollas de T¨ªo Tigre y T¨ªo Conejo, cuyas moralejas suelen recalcar la superioridad de la astucia frente al poder. Con la diferencia de que, si se atiende lo que hasta ahora dicen las encuestas y parece refrendar el escaso tiempo disponible, en esta historia no parece que T¨ªo Conejo vaya a ganar.
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