Capriles cambia de estrategia y pasa al ataque
El candidato opositor emplea un discurso m¨¢s agresivo y denuncia la posibilidad de un fraude electoral por parte del r¨¦gimen chavista
Las elecciones presidenciales venezolanas del pr¨®ximo domingo son una suerte de segunda vuelta de las celebradas el pasado 7 de octubre con dos notables diferencias: la ausencia f¨ªsica del presidente Hugo Ch¨¢vez y el cambio de estrategia del candidato opositor, Henrique Capriles, mucho m¨¢s agresivo en esta ocasi¨®n. ¡°Al ser una campa?a tan corta, de tan solo 10 d¨ªas de duraci¨®n, se ha convertido en un combate de boxeo, en el que se gana por KO en el ¨²ltimo round m¨¢s que con propuestas. De ah¨ª que Capriles haya cambiado su discurso y pasado al ataque directo¡°, afirma el analista pol¨ªtico Manuel Felipe Sierra. La oposici¨®n ha decidido jugar mucho m¨¢s fuerte esta vez sin temerle a la palabra fraude.
En octubre, el candidato de la oposici¨®n evit¨® el enfrentamiento con el r¨¦gimen chavista y trat¨® de ganarse a parte de su p¨²blico electoral garantizando sus conquistas sociales al tiempo que denunciaba sus fracasos ¡ªapagones, desabastecimiento, carest¨ªa, violencia¡¡ª y promet¨ªa una mejor gesti¨®n. Esa fue la actitud decidida entonces por la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD), la alianza opositora formada por m¨¢s de 20 peque?os partidos, en la que probablemente tambi¨¦n pes¨® el efecto contraproducente que podr¨ªa tener atacar a un rival enfermo como era el caudillo bolivariano.
La derrota de octubre, a la que sigui¨® la debacle de las elecciones regionales de diciembre, en las que la oposici¨®n perdi¨® los gobiernos de varios Estados, hizo que esa estrategia fuera considerada un error por la mayor¨ªa de los enemigos del chavismo, que hoy exigen que el ¡°flaco ataque¡±, como dice la canci¨®n de Willie Col¨®n convertida casi en la banda sonora de la campa?a.
Capriles ha tomado nota y pasado a denunciar la p¨¦rdida de soberan¨ªa nacional a favor de los cubanos, que se han incrustado en buena parte del aparato del Estado ¡ªhay m¨¢s de 40.000 cubanos trabajando actualmente en Venezuela, cifra que fuentes independientes elevan hasta 100.000¡ª, la parcialidad de los altos mandos militares, las mentiras y corrupci¨®n del r¨¦gimen, la falta de experiencia y capacidad para gobernar del presidente encargado, Nicol¨¢s Maduro, y, sobre todo, la actitud del Consejo Nacional Electoral (CNE) permitiendo los abusos del poder como el dominio absoluto de los espacios en radio y televisi¨®n o el hecho de que miembros del partido del Gobierno tuviesen la clave de acceso de 45.000 m¨¢quinas de votaci¨®n. Es m¨¢s, Capriles ha llegado a denunciar la existencia del Plan Jos¨¦ Stalin ideado por el Gobierno ¡°para torcer la voluntad de los electores¡±.
La nueva firmeza del candidato opositor ha logrado galvanizar a sus partidarios y empieza a dar resultados a tenor de las encuestas internas de los institutos de opini¨®n que apuntan un estancamiento de Maduro y el ascenso de Capriles. Sin embargo, est¨¢ a¨²n por ver si la noche del 14 abril ¨¦ste aceptar¨¢ el resultado electoral como hizo el 7 de octubre o llamar¨¢ a la movilizaci¨®n contra un posible fraude con todas sus consecuencias. ¡°Depender¨¢ de cu¨¢n apretada sea la votaci¨®n¡±, comenta Manuel Felipe Sierra. ¡°Me pregunto hasta qu¨¦ punto se sentir¨¢ fuerte para desatar una crisis de ingobernabilidad, cuando todo el proceso est¨¢ controlado por un Ej¨¦rcito ideologizado¡±.
La segunda parte de la ecuaci¨®n de estas elecciones es que son las primeras sin el l¨ªder bolivariano o para ser m¨¢s precisos como dice el antiguo dirigente democristiano, Marcos Villasmil, ¡°las ¨²ltimas de Ch¨¢vez, ya que Maduro act¨²a como una especie de m¨¦dium¡±. El candidato oficialista, que carece de su carisma y nunca se ha sometido a la prueba de las urnas, ha planteado la campa?a como un voto de lealtad al comandante. Ha citado miles de veces a su mentor pol¨ªtico, convertido en eslogan la frase: ¡°Ch¨¢vez, te lo juro, voto por Maduro¡±, y dado un perfil religioso a su propaganda electoral como ungido por el ¡°Cristo de los pobres¡± que, cursiler¨ªas aparte, es ajena a la tradici¨®n de Venezuela, un pa¨ªs donde la Iglesia cat¨®lica nunca tuvo un papel pol¨ªtico protagonista.
La oposici¨®n conf¨ªa en que la mediocridad de Maduro como candidato y la ausencia de Ch¨¢vez desmovilice a sus simpatizantes, como ocurri¨® en el pasado. En los comicios en los que Ch¨¢vez no era candidato, la abstenci¨®n sub¨ªa y eso beneficiaba a sus adversarios pol¨ªticos. As¨ª lo ha se?alado el propio ministro de Exteriores, El¨ªas Jaua, cuando recientemente afirm¨®: ¡°Nuestro principal enemigo es la abstenci¨®n¡±.
A esas inc¨®gnitas se suma el marasmo econ¨®mico en el que se encuentra el pa¨ªs con dos devaluaciones en los ¨²ltimos meses ¡ªsi en octubre un d¨®lar se cambiaba en el mercado negro por 11 bol¨ªvares, ahora pasa de los 20¡ª, alta inflaci¨®n, una industria petrolera en crisis de producci¨®n y de beneficios, y escasez de productos b¨¢sicos como leche, caf¨¦, harina y aceite en amplias regiones del pa¨ªs. Los venezolanos vuelven el domingo a las urnas en medio de una fuerte polarizaci¨®n pol¨ªtica para decidir o no la continuidad durante seis a?os m¨¢s de un r¨¦gimen autoritario y populista.
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