Margallo atribuye la crisis diplom¨¢tica con Caracas a un ¡°malentendido¡±

El ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo no pide disculpas, no ve motivo, pero intenta desactivar la crisis con Venezuela asegurando que la irritaci¨®n de Nicol¨¢s Maduro, que llam¨® a consultas a su embajador en Madrid y amenaz¨® con represalias, fue fruto de un ¡°malentendido¡±.

Ayer, el jefe de la diplomacia espa?ola se esforz¨® por aclarar sus pol¨¦micas declaraciones del pasado lunes: ¡°Dije que tomaba nota de que el Consejo Electoral Nacional hab¨ªa proclamado vencedor de las elecciones a Maduro. Dije que tomaba nota de que el candidato opositor, Henrique Capriles, hab¨ªa pedido un recuento y dije que la solicitud deb¨ªa tramitarse y resolverse de acuerdo a la legislaci¨®n venezolana y que, en el supuesto de que hubiese un recuento de votos, deb¨ªa resolverse con rapidez. Acab¨¦ diciendo que las elecciones hab¨ªan demostrado una gran polarizaci¨®n de la sociedad venezolana y que eran tiempos de tender puentes y abrir di¨¢logo. Acab¨¦ diciendo, y es lo que digo ahora, que espero que las relaciones entre los dos gobiernos sean tan fraternales y amistosas como entre los dos pueblos¡±, concluy¨®.

Para disipar recelos, Margallo remiti¨® al embajador espa?ol en Caracas, Antonio P¨¦rez-Hern¨¢ndez, una cinta de v¨ªdeo con sus declaraciones ¨ªntegras, para que la entregase en la canciller¨ªa venezolana.

El ministro fue un paso m¨¢s all¨¢ al subrayar que ayer se produjo una ¡°novedad¡±: la decisi¨®n del Consejo Nacional Electoral de descartar un nuevo recuento convierte a Maduro en ¡°presidente de la Rep¨²blica de acuerdo con el ordenamiento constitucional¡±. Con estas palabras, el Gobierno espa?ol vino a reconocer el triunfo de Maduro, lo que hasta entonces no hab¨ªa hecho.

Los recelos subsisten, no obstante, como evidencian tres s¨ªntomas: que Margallo no hablara con su colega venezolano, El¨ªas Jaua, para aclarar el ¡°malentendido¡±; que Rajoy a¨²n no hubiera remitido ayer un telegrama de felicitaci¨®n a Maduro, y que el Gobierno no haya decidido qui¨¦n le representar¨¢ en la toma de posesi¨®n del nuevo presidente, el pr¨®ximo viernes.

Desde 1996, el Pr¨ªncipe ha asistido a m¨¢s de 60 tomas de posesi¨®n de mandatarios iberoamericanos; es decir, todas salvo aquellas cuya legitimidad democr¨¢tica est¨¢ en duda. No enviar a don Felipe ¡ªque estuvo en el reciente funeral de Ch¨¢vez¡ª equivaldr¨ªa a mantener una reserva sobre el triunfo de Maduro.

Fuentes diplom¨¢ticas sostienen, sin embargo, que no puede premiarse al nuevo presidente venezolano con la presencia del heredero de la Corona espa?ola despu¨¦s de que este haya realizado un gesto abiertamente hostil hacia Espa?a: llamar a consultas a su embajador en Madrid. ¡°Habr¨¢ que esperar al desarrollo de los acontecimientos¡±, alegan.

Los s¨ªntomas no son buenos. Las autoridades venezolanas han llamado a varias de las m¨¢s importantes empresas espa?olas con presencia en su pa¨ªs para advertirles de que sus intereses pueden sufrir si se deterioran las relaciones bilaterales.

Margallo no entiende la desproporcionada reacci¨®n de Maduro ante sus ¡°medidas palabras¡±, coincidentes por otra parte con las valoraciones de la Uni¨®n Europea o la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA). El contraste se da con los pa¨ªses latinoamericanos, que casi sin excepci¨®n ¡ªdesde Chile a Brasil o M¨¦xico, adem¨¢s de los socios del ALBA¡ª han felicitado a Maduro por su victoria.