EE UU emple¨® t¨¦cnicas de tortura tras los atentados del 11-S

Un estudio publicado este martes por la organizaci¨®n independiente Constitution Project, concluye que los interrogatorios y los programas de detenci¨®n que Estados Unidos desarroll¨® tras los atentados del 11-S constituyen, ¡°de manera irrefutable¡±, actos de tortura. El documento tambi¨¦n asegura que la Casa Blanca ten¨ªa conocimiento de esas pr¨¢cticas y es la ¨²ltima responsable por haberlas amparado.

Aunque el informe reconoce que EE UU ya hab¨ªa empleado m¨¦todos violentos en otros conflictos, puntualiza que ¡°nunca antes las discusiones sobre la legalidad, la conveniencia o la sensatez de infligir da?o y torturas a los prisioneros o detenidos hab¨ªan involucrado a la presidencia o a los altos mandos del pa¨ªs como despu¨¦s de los atentados del 11-S¡±.

El estudio es una de los an¨¢lisis m¨¢s serios y completos de las pr¨¢cticas ordenadas por la Administraci¨®n Bush tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. El informe es el fruto de un trabajo de m¨¢s de dos a?os, que comenz¨® cuando el presidente Barack Obama declin¨® investigar las t¨¦cnicas de interrogatorios y los programas de detenciones autorizados por su predecesor y que ha sido liderado por dos excongresistas, el republicano, Assa Hutchinson, y el dem¨®crata, James Jones, as¨ª como generales retirados, jueces, abogados y profesores universitarios.

Los cuestionados m¨¦todos empleados por la CIA tras el 11-S, su calificaci¨®n como torturas o su inclusi¨®n dentro de la legalidad, al haber declarado EE UU una guerra contra el terrorismo, han sido objeto de un encendido debate en la ¨²ltima d¨¦cada, tanto fuera como dentro de los muros del Capitolio. Constitution Project concluye, no s¨®lo que el ahogamiento simulado, la privaci¨®n de sue?o o los encadenamientos en posturas inc¨®modas, no s¨®lo son actos de tortura ¡°injustificables¡±, sino que no fueron eficaces. ¡°No hay evidencias que constaten que el empleo generalizado de estos m¨¦todos hayan facilitado informaci¨®n de valor o verdaderamente ¨²til¡±.

Aunque este es el primer estudio independiente que aborda los mecanismos de tortura empleados durante la presidencia de Geroge W. Bush, no es el ¨²nico informe que analiza las pr¨¢cticas empleadas por la CIA. El Comit¨¦ de Inteligencia del Senado tiene otro documento de m¨¢s de 6.000 p¨¢ginas, elaborado por la propia Agencia federal, sobre los m¨¦todos empleados tras los atentados del 11-S en los interrogatorios y en sus centros de detenciones. La diferencia entre ambos textos, adem¨¢s de que este segundo sea secreto, es que el de Constitution Project se basa en entrevistas y visitas a Guant¨¢namo, las prisiones militares de EE UU en Afganist¨¢n e Irak y los centros de detenci¨®n ocultos de la CIA, mientras que el que obra en poder del Senado se ha elaborado exclusivamente en informaci¨®n clasificada de la Agencia de Inteligencia.

El documento que se ha conocido este martes incluye entrevistas con Albert Shimkus, el primer comandante al cargo del hospital de Guant¨¢namo, Christophe Girod, uno de los primeros responsables de del Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja en la misma base de EE UU en Cuba o tres miembros de la insurgencia libia que ayudaron a derrocar el r¨¦gimen de Muamar el Gadafi.

El estudio cita el caso de Alberto Mora, miembro de la Armada, uno de los primeros oficiales en mostrar sus reparos ante las t¨¦cnicas de interrogaci¨®n empleadas. Mora pregunt¨® a John Yoo, miembro del la Oficina de Asesoramiento Legal del Departamento de Justicia, si el presidente ten¨ªa facultades para ordenar que un detenido fuera torturado. ¡°Claro que puede autorizar torturas¡±, le respondi¨® Yoo, de acuerdo con el informe. ¡°Yoo indic¨® que la pregunta sobre el uso de esos m¨¦todos no era tanto una cuesti¨®n legal como pol¨ªtica¡±, se?ala el documento.

Aunque el informe analiza en mayor profundidad las t¨¦cnicas autorizadas durante la Administraci¨®n Bush, no escatima las cr¨ªticas hacia algunas de las decisiones del actual Gobierno, en concreto, su decisi¨®n de no hacer p¨²blicas las investigaciones sobre los m¨¦todos utilizados por la CIA, alegando ¡°razones de seguridad nacional¡±.