La polic¨ªa cree que los sospechosos actuaron solos
La captura de Dzhokhar pone fin a una larga semana que se iniciaba el lunes en Boston con tres muertos y m¨¢s de 170 heridos
Una vez concluida la caza al hombre, que moviliz¨® a m¨¢s de 9.000 agentes del orden, y con el cad¨¢ver en la morgue del otro sospechoso de haber inoculado el horror en la ciudad con la colocaci¨®n de dos bombas de fabricaci¨®n casera durante el marat¨®n de Boston (Massachusetts), se abre la fase que debe responder a por qu¨¦ Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, 26 y 19 a?os, decidieron dar la espalda a la raz¨®n y a la sociedad que los acogi¨® y transformarse en terroristas. La inc¨®gnita de si alguien ayud¨® a los dos hermanos parec¨ªa despejarse este s¨¢bado cuando el jefe de la polic¨ªa de Watertown dec¨ªa que todo apuntaba a que actuaron solos. En su poder ten¨ªan seis bombas y varios rifles y escopetas.?
Envueltas en una explosi¨®n de j¨²bilo que resultaba todav¨ªa m¨¢s liberador tras un largo viernes vivido bajo el cerrojazo que se impuso a la ciudad, las autoridades se congratulaban en rueda de prensa de que el peque?o de los Tsarnaev hubiera sido capturado vivo ¡ªaunque su estado m¨¦dico es considerado ¡°serio¡± por los facultativos debido a diversas heridas¡ª porque as¨ª podr¨ªa responder a muchas cuestiones.
A Tsarnaev no se le leyeron en la noche del viernes sus derechos al ser detenido ¡ªcomo obliga la ley y se conoce por derechos Miranda, aquello de guardar silencio o de lo contrario puede ser usado en tu contra, etc. Seg¨²n explicaba una fuente del Departamento de Justicia, la fiscal invoc¨® la excepci¨®n de ¡°seguridad p¨²blica¡± para obviar Miranda y as¨ª poder interrogar al sospechoso a fondo sobre si existen otros explosivos en otra parte de la ciudad o hubo c¨®mplices en su plan.
Al conocerse la procedencia rusa de los sospechosos, con fuertes lazos con la zona del C¨¢ucaso sur cercana a Chechenia, saltaron todas las alarmas y se recurri¨® al islamismo yihadista como explicaci¨®n de lo sucedido, tesis a la que ayud¨® el dato de que el mayor de los Tsarnaev hab¨ªa estado el a?o pasado m¨¢s de seis meses en Rusia. Quienes conoc¨ªan a Tamerlan hablaban de sus profundas convicciones religiosas y su reciente radicalizaci¨®n ideol¨®gica, pero tambi¨¦n dec¨ªan que el crimen cometido no cuadraba con los recuerdos que ten¨ªan de los hermanos.
Mary Ellen O?Toole, antigua analista de conducta del FBI, aportaba la tesis de que el hermano mayor hubiera manipulado al peque?o pero sin motivo ideol¨®gico concreto, sencillamente porque estaba enfadado con el mundo ya que su vida no se hab¨ªa desarrollado como planific¨®. ¡°No le inspir¨® nada m¨¢s que ira¡±, dijo O?Toole.
El presidente Barack Obama pon¨ªa el foco sobre lo mismo en su comparecencia en la Casa Blanca tras saberse la captura de Dzhokhar Tsarnaev. ¡°Evidentemente quedan muchas cuestiones sin respuesta¡±, dijo. ¡°?Por qu¨¦ hombres j¨®venes que crecen y estudian aqu¨ª y son parte de su comunidad y nuestro pa¨ªs [el peque?o se nacionalizaba norteamericano el a?o pasado] recurren a semejante violencia?¡± ¡°?C¨®mo planificaron y llevaron a cabo los ataques? ?Recibieron ayuda?".
La captura de Dzhokhar pon¨ªa fin a una larga semana que se iniciaba el lunes en Boston con tres muertos y m¨¢s de 170 heridos en el ataque contra el marat¨®n y se cerraba el viernes con otro brote de violencia que dej¨® muerto a un polic¨ªa ¡ªotro est¨¢ en estado cr¨ªtico¡ª y a uno de los sospechosos. La noche del jueves conclu¨ªa entre decenas de r¨¢fagas de disparos. Bajo ese fuego cay¨® el agente del MIT Sean Collier, 26 a?os. Ya en la madrugada del viernes, los hermanos iniciaron una fren¨¦tica huida en la que caus¨® baja el mayor de los Tsarnaev. Tras un intercambio de tiros, el cuerpo mal herido de Tamerlan yac¨ªa en la carretera. En un giro cruel, el hermano peque?o arrollaba al mayor en su veloz huida en un coche que previamente hab¨ªan robado. Tamerlan era declarado cad¨¢ver al llegar al hospital. La madrugada solo acababa de comenzar.
Lo que sigui¨® fue un desarrollo propio de un gui¨®n de Hollywood ¡ªlo dec¨ªan los vecinos de Watertown, ¡°es como ver una pel¨ªcula por la ventana¡±¡ª que moviliz¨® todos los recursos policiales disponibles y sell¨® la ciudad de Boston, paralizando la vida de cerca de un mill¨®n de personas que no tuvieron ni metro, ni autobuses, ni tren ni tan siquiera taxis. Las universidades ¡ªla prestigiosa Harvard¡ª echaban el cierre y los comercios tuvieron su peor d¨ªa en d¨¦cadas. Se calcula que la ciudad perdi¨® 333 millones de d¨®lares y gast¨® casi 1.000 en el brutal dispositivo de seguridad y la paralela caza y captura.
Cuando alcalde, gobernador, jefe de polic¨ªa y agente especial del FBI al frente del caso bajaban la mirada e informaban a la prensa al caer la noche del viernes de que se levantaba el cerco y que no ten¨ªan buena nueva que contar ¡ª¡°no le tenemos pero le tendremos¡±¡ª, un vecino de Watertown dio un giro inesperado a la historia. La primavera ya hab¨ªa llegado y era hora de comprobar el estado del barco que hab¨ªa pasado varado en secano el largo invierno en el jard¨ªn trasero de la casa del n¨²mero 67 de la calle Franklin. Al aproximarse, vio una mancha de sangre en el suelo. Al acercarse un poco m¨¢s, observ¨® que las cuerdas que amarraban la lona que cubr¨ªa el bote hab¨ªan sido cortadas. Y a¨²n as¨ª se arrim¨® m¨¢s, para ver en el interior un cuerpo agazapado y cubierto de sangre.
De vuelta a Watertown volvieron las tanquetas, los equipos de artificieros, los helic¨®pteros, la polic¨ªa y el FBI. Tras un rato ¡ªbreve o eterno, depende de qu¨¦ papel se tuviera en la escena¡ª, la polic¨ªa capturaba vivo a Dzhokhar Tsarnaev, que fue escoltado esposado hasta una ambulancia que le traslad¨® al hospital donde este s¨¢bado se le leer¨ªan los cargos de los que se le acusa. La gente celebraba el ?feliz? final.?
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