Un padre afgano ejecuta a su hija en p¨²blico por adulterio

Se llamaba Halima y ten¨ªa dos ni?os. El pasado 22 de abril, fue ejecutada de un disparo ante una turba de 300 personas en una aldea de la provincia de Badgis, al noroeste de Afganist¨¢n. Su crimen: ella, una mujer casada, se hab¨ªa fugado con uno de sus primos durante 10 d¨ªas. Aunque su marido hab¨ªa emigrado a Ir¨¢n dej¨¢ndola en su pa¨ªs, el veredicto fue inmediato: adulterio, y la condena, implacable. El verdugo conoc¨ªa muy bien a la v¨ªctima, era su padre.

De nada sirvi¨® que el primo de la joven de entre 18 y 20 a?os se arrepintiera de su gesto y la devolviera a su familia. Su padre pidi¨® consejo a tres l¨ªderes religiosos del pueblo para lavar la afrenta hecha al honor familiar. Los ¡°sabios¡± vinculados con los talibanes lo vieron claro y aplicaron la shar¨ªa ¡ªley isl¨¢mica¡ª: Halima deb¨ªa ser ejecutada en p¨²blico por su propio padre.

La ONG Amnist¨ªa Internacional ha denunciado este martes en un comunicado ¡°la violencia end¨¦mica¡± que sigue golpeando a las mujeres en Afganist¨¢n y la falta de reacci¨®n de las autoridades ante este tipo de actos. El Gobierno afgano aprob¨® en 2009 una Ley de Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer que, en teor¨ªa, deb¨ªa sancionar los matrimonios forzosos, las violaciones, y la violencia f¨ªsica contra las mujeres. En la pr¨¢ctica, la ley ha servido de poco en un pa¨ªs donde, con frecuencia, son los l¨ªderes religiosos o las propias familias quienes ejercen la justicia.

¡°Las mujeres no solo se enfrentan a la violencia de su propia familia por razones de ¡®honor¡¯, sino que, a menudo, sufren violaciones de derechos humanos por decisi¨®n de tribunales tradicionales e informales¡±, explica Horia Mosadiq, experta de Amnist¨ªa Internacional.

La Comisi¨®n Independiente de Derechos Humanos de Afganist¨¢n (CIDHA) ha registrado m¨¢s de 4.000 casos de violencia machista en el pa¨ªs entre marzo y octubre de 2012, un 28% m¨¢s que en el mismo periodo del a?o anterior. Por desgracia, los autores consiguen escapar a menudo sin ser condenados por sus cr¨ªmenes. ¡°Los responsables se enfrentan muy pocas veces a la justicia¡±, lamenta Mosadiq.

El padre de Halima y los tres ¡°jueces¡± que mandaron asesinarla no han esperado a ver si las autoridades les iban a juzgar. Tras haber asegurado el honor de la familia de la joven, huyeron y est¨¢n en paradero desconocido.

Puede que alg¨²n d¨ªa regresen a sus casas e incluso que integren las fuerzas del orden. Seg¨²n la CIDHA, la polic¨ªa afgana de Badgis ha reclutado en varias ocasiones individuos sospechosos de violentar a las mujeres, incluido un comandante talib¨¢n y 20 de sus hombres implicados en la lapidaci¨®n de una viuda de 45 a?os en 2010.