Le Guen, un yihadista franc¨¦s quincuagenario apresado en Mal¨ª

Gilles Le Guen o Abdel Jelil, su nombre musulm¨¢n, es un caso at¨ªpico. Los yihadistas que fueron a luchar a Mal¨ª con Al Qaeda eran j¨®venes nacidos en pa¨ªses musulmanes o educados en esa religi¨®n. Le Guen tiene 57 a?os, es franc¨¦s y se convirti¨® al islam en 1985 en T¨²nez.

El titular franc¨¦s de Defensa, Jean-Yves Le Drian, ha confirmado este mi¨¦rcoles en la emisora de radio Europe 1, que el Ej¨¦rcito franc¨¦s le hab¨ªa capturado, en la noche del domingo al lunes, en Tombuct¨², donde Le Guen se instal¨® con su familia ¡ªsu mujer marroqu¨ª y su prole¡ª en 2011. Ahora ser¨¢ enviado a Francia donde ser¨¢, probablemente, imputado por pertenencia a una ¡°asociaci¨®n de malhechores en relaci¨®n con actividades terroristas¡±.

¡°Es una evoluci¨®n individual hacia el fanatismo¡±, ha explicado el ministro. ¡°No hay que imaginarse que hay muchos franceses que siguen esta pauta fan¨¢tica, pero cuando surgen hay que se?alarlo y tomar las medidas necesarias (¡­)¡±, ha proseguido Le Drian. ¡°Hay una conversi¨®n [al islam], un itinerario personal y un perdedor se convierte en terrorista¡±. ¡°(¡­) combati¨® con los grupos yihadistas¡±, ha asegurado el ministro.

?Era Le Guen un perdedor? Nacido en Nantes (Loira-Atl¨¢ntico), en 1955, fue marino mercante y recorri¨® el mundo antes de echar el ancla en ?frica, donde trabaj¨® para la ONG M¨¦dicos Sin Fronteras. Se cas¨® despu¨¦s con una marroqu¨ª ¡ªsu segunda esposa¡ª con la que tuvo cinco hijos que se a?aden a otros dos de su primer matrimonio. Salt¨® a la fama el 9 de octubre pasado cuando, con barba, vestido con una chilaba caqui y un turbante negro, apareci¨® en un v¨ªdeo debajo de las siglas de Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI).

Le Guen advirti¨® entonces a Francia de las consecuencias de un ataque militar contra los islamistas que se hab¨ªan adue?ado, en marzo de 2012, del norte de Mal¨ª. Para que no cupieran dudas sobre sus intenciones mostr¨® a su lado un fusil de asalto kalashnikov. Se hab¨ªa entrenado a manejar esa y otras armas en el campamento de Abu Hareta, un antiguo cuartel de la polic¨ªa militar maliense del que se apoder¨® AQMI y que la aviaci¨®n francesa destruy¨® en enero.

Tres meses despu¨¦s de la pr¨¦dica audiovisual de Le Guen, Francia desencaden¨® la operaci¨®n Serval para desalojar de all¨ª a los terroristas. La arenga del musulm¨¢n franc¨¦s no debi¨® acabar de convencer de su lealtad a AQMI, el nuevo amo de Tombuct¨². Lo detuvo en noviembre de 2012, lo encarcel¨® durante un mes y fue interrogado ¡ªjunto con su esposa¡ª por el propio Abdelhamid Abu Zeid, el cabecilla de Al Qaeda ca¨ªdo a finales de febrero en el norte de Mal¨ª. Sospechaba que era un esp¨ªa.

La revista estadounidense Foreign Policy encontr¨® en Tombuct¨² diez folios manuscritos en ¨¢rabe que resum¨ªan los interrogatorios a los que fue sometido Le Guen despu¨¦s de haber recibido una llamada telef¨®nica de la Embajada de Francia en Bamako de la que inform¨®, ingenuamente, a otros yihadistas.

Abu Zeid quiso recabar otras opiniones y llam¨® a Abu al Dardaa al Shanquiti, un yihadista mauritano con el que Le Guen hab¨ªa tenido mucho trato. Describi¨® al franc¨¦s como un hombre bueno, pero desconocedor de algunos aspectos del islam. Cont¨® adem¨¢s que recib¨ªa con regularidad dinero de su madre en Francia y dej¨® entrever su sorpresa porque le hac¨ªa preguntas sobre los rehenes europeos en manos de AQMI o de otros grupos terroristas.

Al final Al Shanquiti dio una clave de la trayectoria de Le Guen: ¡°He observado que a veces parec¨ªa afectado por una enfermedad psicol¨®gica¡±. Aun as¨ª Abu Zeid consider¨® que era apto para el servicio. Liber¨® al franc¨¦s que se incorpor¨® con su motocicleta a la nueva polic¨ªa isl¨¢mica de Tombuct¨².

Sin llegar a afirmar que era un perturbado, Bosri Thiolay, el ¨²nico periodista que le entrevist¨®, por tel¨¦fono, sostiene que Le Guen era m¨¢s bien una especie de ¡°altermundialista¡± que viv¨ªa en una peque?a granja con un pu?ado de cabras.