El IRS asegura que la investigaci¨®n al Tea Party no ten¨ªa motivaci¨®n pol¨ªtica
El conflicto entre el pensamiento ultraconservador y el IRS es antiguo
Los responsables de la agencia tributaria de Estados Unidos (IRS, por sus siglas en ingl¨¦s) aseguraron ayer ante el Congreso que la inspecci¨®n especial contra grupos vinculados al Tea Party fue un error, pero no estuvo motivada por razones pol¨ªticas. Incr¨¦dulos, varios congresistas calificaron de mentirosos a los funcionarios y advirtieron que seguir¨¢n tirando del hilo hasta comprobar de qui¨¦n es la responsabilidad ¨²ltima.
La peor forma que este caso puede adquirir es la de una conspiraci¨®n pol¨ªtica dirigida por Barack Obama o alguno de sus colaboradores directos para debilitar al Tea Party, que en los a?os pasados fue la punta de la lanza de la oposici¨®n a esta presidencia.
Para comprobar eso, se celebr¨® ayer una audiencia en el comit¨¦ de presupuesto de la C¨¢mara de Representantes. La semana pr¨®xima se har¨¢n dos audiencias m¨¢s en el comit¨¦ de Control del Gobierno de la C¨¢mara y en el comit¨¦ de Finanzas del Senado.
Aunque Obama convive estos d¨ªas con otros dos esc¨¢ndalos ¨Cel del ataque del a?o pasado en Bengasi y el del registro secreto de las llamadas de la agencia AP-, el de la agencia tributaria se va confirmando como el m¨¢s peligroso de todos para el presidente. El uso de una agencia p¨²blica de car¨¢cter independiente para hostigar a rivales pol¨ªticos, como hizo en su d¨ªa Richard Nixon, es un asunto grave que puede costarle muy caro a un presidente, hasta su puesto.
El conflicto entre el pensamiento ultraconservador, que recela de toda competencia del estado, y el IRS, su enemigo por excelencia, es antiguo
Estamos actualmente muy lejos de esa fase, y quiz¨¢ nunca se llegue a ella. De momento, nos encontramos ¨²nicamente ante un caso de incompetencia, quiz¨¢ de exceso de celo, de unos inspectores de hacienda que centraron su atenci¨®n en grupos que defienden ideas muy conservadoras con el objetivo formal de comprobar si realizaban la labor social requerida para tener el estatus de organizaci¨®n libre de impuestos.
El conflicto entre el pensamiento ultraconservador, que recela de toda competencia del estado, y el IRS, su enemigo por excelencia, es antiguo. Varios funcionarios del IRS han tenido en el pasado problemas con esos grupos. No es muy extra?o que los funcionarios pusieran especial empe?o en descubrir organizaciones supuestamente caritativas de ese signo ideol¨®gico que, en realidad, realizaban actividad pol¨ªtica.
¡°Yo no he enga?ado al Congreso ni al pueblo norteamericano¡±, dijo ayer Steven Miller, que el mi¨¦rcoles fue destituido como director en funciones del IRS. ¡°Creo que lo que ha ocurrido aqu¨ª es un error est¨²pido cometido por gente que trataba de ser m¨¢s eficiente¡±.
Algunos congresistas republicanos no lo creen as¨ª. ¡°Eso es mentira¡±, le dijo el presidente del comit¨¦, Dave Camp. La conducta del IRS es, para la derecha, la ¨²ltima prueba de que este Gobierno no tiene l¨ªmites en cuanto a inmiscuirse en la vida de los ciudadanos ni escr¨²pulos en el uso de su poder. ¡°?Es esto todav¨ªa EE UU?¡±, lleg¨® a preguntarse el congresista Kevin Brady.
A diferencia de los otros dos esc¨¢ndalos que hoy le acechan, a los que Obama no concede credibilidad, en este ha actuado con diligencia y ha recriminado p¨²blicamente la conducta de los funcionarios que investigaron a los grupos del Tea Party. Pero el presidente ha negado cualquier conocimiento previo del asunto, ni directa ni indirectamente.
El Partido Republicano tiene ahora que calcular con mucho cuidado hasta d¨®nde llega en su presi¨®n. Como sabe muy bien por la experiencia contra Bill Clinton, a quien se someti¨® a un proceso de destituci¨®n ('impeachment') por el episodio de Monica Lewinsky, una reacci¨®n desproporcionada puede acabar favoreciendo a su rival.
Algunos republicanos m¨¢s extremistas est¨¢n hablando ya de impeachment, pero los dirigentes del partido saben que no tienen a¨²n las cartas como para apostar tan fuerte. De momento, su objetivo es mantener el asunto vivo todo el tiempo que sea posible ¨Cy, si es posible, de forma simult¨¢nea a Bengasi y la agencia AP-, con la esperanza de que, mientras tanto, surja la pistola humeante o el presidente se debilite en el trayecto.
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