Am¨¦rica Latina: Crecimiento con los dictadores tras las rejas
La verdad, la justicia y la reparaci¨®n son esenciales en la construcci¨®n de un tejido social sano
Cosas que se consideraban antes impensables en Am¨¦rica Latina, est¨¢n ocurriendo. Crecimiento econ¨®mico acumulado de 80% y disminuci¨®n de la pobreza de 30 % en los ¨²ltimos diez a?os; la ¨²nica regi¨®n del mundo en la que la desigualdad ha disminuido. Pero m¨¢s all¨¢ de indicadores, desarrollos notables en materia de democracia y derechos humanos hacia una gradual integraci¨®n regional en torno a valores fundamentales como esos.
Se est¨¢ construyendo una interacci¨®n entre varios Estados nacionales y las obligaciones internacionales de ¨¦stos en derechos humanos; en particular, con las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Se ha llegado a un punto en el que no s¨®lo las sentencias del tribunal b¨¢sicamente se cumplen, sino que los criterios all¨ª contenidos sirven crecientemente de gu¨ªa interpretaci¨®n en los aparatos de justicia nacionales. Una nueva cultura jur¨ªdica est¨¢ naciendo.
Un tema ¨C urticante para algunos - en el que esto se aprecia con nitidez, es el de qu¨¦ hacer con las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por reg¨ªmenes autoritarios o dictatoriales del pasado. "Voltear la p¨¢gina" ha sido tentaci¨®n recurrente en diferentes lugares del planeta. Algo est¨¢ cambiando. En los ¨²ltimos doce a?os se han dado pasos trascendentales que est¨¢n cambiando el curso inercial de ciclos de impunidad. Factor clave ha sido el impacto de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en las que las amnist¨ªas y ¡°autoamnist¨ªas¡± han sido un tema de relevancia.
El caso considerado ¡°emblem¨¢tico¡± fue la sentencia dictada sobre un caso peruano (Barrios Altos, 2001). All¨ª se declararon inadmisibles y carentes de valor las disposiciones de amnist¨ªa que pretendieran impedir la investigaci¨®n y sanci¨®n de violaciones graves a los derechos humanos. Esta sentencia puso en marcha en los tribunales peruanos, procesos que tuvieron, entre otros efectos, la condena por cr¨ªmenes de lesa humanidad contra el ex-presidente Fujimori. Con posterioridad a ¡°Barrios Altos¡±, el tribunal interamericano se pronunci¨® de manera semejante en varios otros casos (Chile, Brasil y Uruguay).
Los efectos se han ido irradiando en varios pa¨ªses. En Argentina, la Corte Suprema determin¨® en el 2005 dejar sin efecto las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida abriendo paso al procesamiento de quienes condujeron la dictadura militar en ese pa¨ªs. En otros pa¨ªses, la subsistencia formal de leyes de amnist¨ªa no ha sido impedimento para que se abran procesos de investigaci¨®n, que han llegado en algunos casos a condenas firmes. En Chile, decenas de casos de graves violaciones durante la dictadura de Pinochet est¨¢n siendo vistos por la justicia ordinaria. En Guatemala, R¨ªos Montt condenado en primera instancia. Incluso en Brasil, la Fiscal¨ªa Federal vienen abriendo en las ¨²ltimas semanas procesos sobre atropellos durante la dictadura en los 70.
La justicia, la verdad y la reparaci¨®n, pues, no s¨®lo son compatibles con la estabilidad y el crecimiento econ¨®mico, sino que son esenciales en la construcci¨®n de un tejido social sano y de Estados que asumen seriamente sus obligaciones. Tiempos en los que el ma?ana suena prometedor pues el pasado no permanecer¨¢ oscuro ni en la sombra.
Diego Garc¨ªa-Say¨¢n es presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
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