El lado humano de Cunhal
Un reportaje repasa la vida de ?lvaro Cunhal, hist¨®rico l¨ªder comunista portugu¨¦s, del que se celebra el centenario de su nacimiento
Portugal conmemora este a?o el nacimiento de uno de sus l¨ªderes pol¨ªticos m¨¢s singulares: el hist¨®rico dirigente del Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP) ?lvaro Cunhal, cuya vida se funde con la convulsa marcha del siglo XX: naci¨® en una familia burguesa de Coimbra, milit¨® desde muy joven en el PCP, vivi¨® los sobresaltos de la clandestinidad en un Portugal aplastado por la dictadura de Salazar, fue encarcelado, escap¨® de la c¨¢rcel con una cuerda, se exili¨® en Mosc¨² y en Par¨ªs, regres¨® despu¨¦s del 25 de Abril de 1974 y muri¨®, en 2005, con noventa a?os, convencido de las teor¨ªas marxistas y derrotado por la historia. El martes, un documental elaborado por la periodista Judite de Sousa, titulado ?lvaro, Eug¨¦nia y Ana: los 100 a?os de Cunhal y emitido en horario de m¨¢xima audiencia por la cadena TVI (del grupo Media Digital, participado por PRISA), abord¨® el lado humano del pol¨ªtico, precisamente la parte menos conocida de Cunhal, celoso hasta el paroxismo de su vida personal.
Para eso, la periodista habla con la anciana hermana de Cunhal, Eug¨¦nia, que abre las puertas de su casa y de su memoria para recordar, entre otras cosas, c¨®mo su hermano, una vez, cuando ella era una ni?a y ¨¦l ya militaba clandestinamente en el PCP, le dijo: ¡°Si alg¨²n d¨ªa no ves esa gabardina en el perchero, es que me han cogido preso¡±. Y c¨®mo despu¨¦s de que se cumpliera esa advertencia, cuando ?lvaro ya estaba en la c¨¢rcel de Peniche, la madre, ahogada por la desgracia, se neg¨® a ir a verlo: ¡°Ya no aguanto m¨¢s verte preso¡±, cuenta la hermana que dijo la madre.
El documental, adem¨¢s de presentar fotograf¨ªas in¨¦ditas y de trazar la trayectoria pol¨ªtica de Cunhal, investiga otra de las figuras centrales en la vida del pol¨ªtico portugu¨¦s, muy poco conocida: su hija Ana, nacida un a?o despu¨¦s de la fuga de la c¨¢rcel, en 1960. El v¨ªdeo rescata fotograf¨ªas in¨¦ditas y rastrea su estancia en el Liceo Cam?es, en Lisboa, donde una profesora la recuerda ¡°por lo general sola en el patio¡±. Ana naci¨® en Portugal pero vivi¨® en el exilio: primero en Mosc¨², con sus padres, y despu¨¦s en Bucarest, con su madre, tras la separaci¨®n del matrimonio. Regres¨® a Lisboa despu¨¦s de 1974. La ¨²nica hija del l¨ªder comunista portugu¨¦s siempre ha rehuido las c¨¢maras. Actualmente vive en Estados Unidos. Los portugueses la recuerdan, sobre todo, por ser la mujer rubia vestida de negro, que no levant¨® el pu?o, situada al lado de la t¨ªa Eug¨¦nia, el d¨ªa del multitudinario entierro de Cunhal en Lisboa. La imagen tambi¨¦n aparece en el reportaje.
Asimismo, por la filmaci¨®n desfilan viejos conocidos del hist¨®rico dirigente comunista: Domingos Abrantes, el compa?ero del exilio que le acompa?¨® el d¨ªa en que regres¨® a Lisboa despu¨¦s de la Revoluci¨®n de los Claveles. Y recuerda que era tal el tumulto que se form¨® en el vest¨ªbulo de una de las salas del aeropuerto que una de las puertas de cristal salt¨® hecha pedazos por los empujones de la muchedumbre. Eug¨¦nia Cunhal, que tambi¨¦n acudi¨® esa ma?ana al aeropuerto, prefiri¨® quedarse apartada. No hab¨ªa visto a su hermano desde hac¨ªa casi quince a?os. ¡°Pero el recuentro fue f¨¢cil, porque siempre nos hab¨ªamos llevado bien¡±, dice.
Tambi¨¦n habla el m¨¦dico que lo atendi¨® en los ¨²ltimos a?os de su vida, Joshua Ruah, que destaca la disciplina de hierro de Cunhal a la hora de seguir el tratamiento. A?ade que, en contra de su fama de hura?o, displicente e intransigente, ¨¦l se encontr¨® una persona ¡°cort¨¦s, amable y con mucho sentido del humor¡±. El documental, pues, deja claro que Cunhal era un hombre multifac¨¦tico, de muchas y aparentemente contradictorias actitudes: un l¨ªder pol¨ªtico de doctrina f¨¦rrea, testarudo, incapaz de doblegarse y determinado siempre a exigir a los dem¨¢s lo que se exig¨ªa a s¨ª mismo, austero a rajatabla (se neg¨® a utilizar el Volvo que el partido le hab¨ªa procurado y que tuvo que ser vendido por falta de uso) pero tambi¨¦n, como recuerda su hermana, un gran bailar¨ªn.
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