La familia del exdictador Videla elude precisar el paradero de sus restos
Las protestas impiden que el exdictador argentino sea inhumado en Mercedes, su localidad natal
Jorge Rafael Videla muri¨® el viernes 17 de mayo a los 87 a?os en el retrete de su celda. Se hab¨ªa ca¨ªdo el domingo anterior mientras se duchaba, se fractur¨® la pelvis y una costilla y eso le acarre¨® hemorragias internas que desembocaron cinco d¨ªas despu¨¦s en un paro cardiaco. Hasta ah¨ª, los hechos avalados por el informe forense, a falta de los estudios complementarios que concluir¨¢n dentro de unas tres semanas. A partir de entonces comenzaron los rumores relacionados con su entierro. Y se avivaron hace cuatro d¨ªas, despu¨¦s de que el abogado de la familia, Adolfo Casabal El¨ªa, anunciase por televisi¨®n que la intenci¨®n era enterrarlo en Mercedes, el pueblo natal de Videla, a 100 kil¨®metros de Buenos Aires.
Tres vecinos de Mercedes publicaron una carta en medios locales donde se dec¨ªa que el ¡°siniestro asesino¡± no pod¨ªa ser sepultado en el mismo lugar en el que se honran los restos de los asesinados por la dictadura. ¡°El destino final de un genocida, que no se arrepinti¨® de sus delitos, y que morbosamente se llev¨® con su muerte el secreto de sus atrocidades, no puede ni debe ser un cementerio de paz¡±. A ra¨ªz del escrito, cientos de vecinos convocados por organizaciones como el Partido Comunista de Argentina se concentraron el mi¨¦rcoles pasado en la plaza del pueblo para expresar su rechazo a la llegada del cad¨¢ver.
Varios grupos de Mercedes emitieron otro comunicado en el que se?alaban que el municipio ¡°no quiere transformarse en depositario de los restos del mayor genocida argentino, ni en centro de peregrinaje del fascismo argentino¡±. La fachada del cementerio de esta localidad bonaerense de 63.000 habitantes se llen¨® con enormes carteles donde se relataba la vida de 22 vecinos desaparecidos durante la dictadura (1976-1983). Pero las autoridades locales advirtieron de que no podr¨ªan hacer nada si la familia de Videla optaba por enterrarlo en una de las dos b¨®vedas que poseen en el cementerio.
Para entonces, en las redes sociales de Argentina ya circulaba el texto que escribi¨® el periodista Jorge Kostinger dirigido a la familia Videla: ¡°Ah¨ª est¨¢ el cuerpo. Sin h¨¢beas corpus, ah¨ª tienen el cuerpo. Unos papeles y es suyo, ll¨¦vense el envase de su pariente. Cuentan ustedes con un cuerpo. Que les conste que lo reciben sin quemaduras ni moretones. Podr¨ªamos haberlo golpeado al menos, que ya hubiera estado pago. Pero nosotros preferimos no hacerlo, eso que s¨ª hizo este cuerpo que ustedes van a enterrar. No lo tiramos desde un avi¨®n, no lo animamos a cantar con descargas de picana. Que cante, por ejemplo, ad¨®nde est¨¢n nuestros cuerpos, los de nuestros compa?eros. No fue violado. No tuvo un hijo acostado en el pecho mientras le daban m¨¢quina. No lo fusilamos para decir que muri¨® en un enfrentamiento. No lo mezclamos con cemento. No lo enterramos en cualquier parte como NN [ning¨²n nombre]. No le robamos a sus nietos. Ac¨¢ tienen el cuerpo¡±.
Recogido el jueves en la morgue, el cuerpo deber ser enterrado este s¨¢bado
La familia Videla continu¨® en silencio y el cad¨¢ver sigui¨® en la morgue hasta el jueves. Esa ma?ana sus hijos retiraron sus restos, seg¨²n public¨® el diario P¨¢gina 12. El mismo diario indic¨® que la familia pidi¨® al juez Pablo Salas, responsable del dep¨®sito de cad¨¢veres, que deseaban que todo fuese ¡°muy reservado¡±. El juez les se?al¨® que deber¨ªan informar antes de las 72 horas sobre el lugar en que hab¨ªan enterrado el cad¨¢ver. Los rumores se fueron disparando sobre posibles municipios de la provincia de Buenos Aires donde se podr¨ªa estar celebrando la ceremonia. Pero el cad¨¢ver no terminaba de llegar a Mercedes.
Justo una semana despu¨¦s de su muerte, los Videla se limitaron ayer a publicar un escueto anuncio en la secci¨®n de Sepelios del diario La Naci¨®n en el que apelaban a la pacificaci¨®n y concordia entre los argentinos: ¡°VIDELA, Jorge Rafael, muri¨® en el Penal de Marcos Paz, el 17-5-2013. Su esposa, sus hijos, nietos y bisnietos agradecemos la inmensa cantidad de expresiones de solidaridad y condolencias que hemos recibido de tanta gente, en su gran mayor¨ªa no allegada a nosotros. Hacemos votos y pedimos una oraci¨®n por la pacificaci¨®n de los esp¨ªritus que nos permita la concordia entre los argentinos¡±.
La muerte del hombre que simboliz¨® la dictadura militar provoc¨® un consenso casi generalizado en su pa¨ªs. La mayor parte de pol¨ªticos, activistas de derechos humanos y columnistas coincidieron en destacar que Videla muri¨® donde deb¨ªa: en la c¨¢rcel despu¨¦s de ser juzgado. Sin embargo, el analista Roberto Gargarella se atrevi¨® a se?alar en un art¨ªculo publicado en La Naci¨®n: ¡°Es preocupante que tantos hayan tranquilizado sus conciencias prontamente, encapsulando las culpas de las violaciones masivas en unos pocos, cuando las torturas y desapariciones se hicieron posibles gracias a aplausos, silencios y complicidades socialmente muy extendidas¡±.
Tanto fue el repudio que despert¨® la figura de Videla que en ning¨²n momento se ha suscitado el debate en Argentina sobre si el preso recibi¨® el trato m¨¦dico adecuado tras su ca¨ªda en la ducha.
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