Argelia busca un sucesor al enfermo presidente Buteflika
Los militares tendr¨¢n un papel clave en la designaci¨®n del nuevo presidente

Con un jefe de Estado de 76 a?os hospitalizado desde hace m¨¢s de un mes en Par¨ªs, del que no se ha visto una imagen durante su convalecencia, Argelia prepara ya la era post-Abdelaziz Buteflika en el pa¨ªs m¨¢s poblado y con m¨¢s peso econ¨®mico del Magreb, sobre el que la llamada primavera ¨¢rabe pas¨® de puntillas.
Antes de padecer un ictus y de ser trasladado de urgencia, el 27 de abril, al hospital Val-de-Gr?ce, Buteflika acariciaba la idea de solicitar un cuarto mandato presidencial, a partir de abril del a?o pr¨®ximo, pero ahora hay serias dudas de que pueda acabar el actual, que expira en diez meses. De sus 14 a?os al frente de la Rep¨²blica, los argelinos guardan ya el recuerdo de que supusieron la pacificaci¨®n del pa¨ªs.
Buteflika fue aupado al poder en 1999 por la jerarqu¨ªa castrense, que buscaba una figura civil de prestigio para dar una nueva imagen de Argelia tras una guerra civil larvada, en los noventa, entre el Ej¨¦rcito y los islamistas que se cobr¨® unos 200.000 muertos. Pero el veterano pol¨ªtico maniobr¨® h¨¢bilmente para recortar en su provecho parte del poder que ostentaban los militares.
?Qui¨¦n decidir¨¢ ahora qui¨¦n sustituye a Buteflika? ¡°El DRS [servicio secreto militar] sigue siendo la columna vertebral del sistema, especialmente en lo concerniente a la designaci¨®n de los m¨¢s altos cargos del Estado, pero no es el ¨²nico¡±, explica Mohamed Hennad, profesor en la Escuela Nacional de Ciencias Pol¨ªticas de Argel. El general Mohamed M¨¦diene, de 74 a?os, apodado Toufik, dirige el DRS desde 1990.
A Toufik se le a?aden, seg¨²n Hennad, ¡°algunos generales con peso como los jefes de Estado Mayor y de las regiones militares¡±, as¨ª como la ¡°familia revolucionaria¡±, es decir, civiles que jugaron un gran papel en la guerra de independencia contra Francia, pero todos de edades muy avanzadas. Por ¨²ltimo, han irrumpido los ¡°lobbies cuyo peso no para de crecer gracias a la privatizaci¨®n¡± de una parte de la econom¨ªa.
Entre toda esa oligarqu¨ªa deben encontrar ¡°el rara avis¡±, recalca Pierre Vermeren, profesor de historia del Magreb en la Universidad de la Sorbona de Par¨ªs. ¡°Debe ser compatible con las fuerzas islamistas moderadas; los nacionalistas, el expartido ¨²nico Frente Nacional de Liberaci¨®n; contar con el visto bueno del servicio secreto; de la c¨²pula militar; apaciguar a los c¨ªrculos econ¨®micos emergentes; llevarse bien con Par¨ªs y con Washington y saber dirigirse al pueblo¡±, concluye recopilando los requisitos.
?Hay liberales entre aquellos que, detr¨¢s de las bambalinas, ejercen el poder? ¡°Tiendo a pensar que s¨ª, que hay dem¨®cratas", responde Hennad. ¡°Est¨¢ en el orden de las cosas de lo que sucede en Argelia desde 1988 y de la reciente din¨¢mica regional y mundial¡±, prosigue. ¡°Se dice que el DRS cuenta con un buen n¨²mero de intelectuales, entre ellos algunos oficiales que seguramente pasaron por mi escuela¡±.
Acaso a¨²n asustados por el ba?o de sangre con el que acab¨®, en 1992, su incipiente experiencia democr¨¢tica, el grueso del pueblo no parece, por ahora, ansioso de conseguir m¨¢s libertades. Prueba de ello fue la escasa afluencia a las manifestaciones de 2011 coincidiendo con la revoluci¨®n tunecina. Pero los argelinos s¨ª est¨¢n hartos de los cortes de luz, de agua y anhelan conseguir un trabajo, una vivienda, una sanidad digna y acabar con la corrupci¨®n end¨¦mica de la que se hace eco la prensa.
Las protestas sociales ¡ªcon sus manifestaciones, sentadas, apedreamiento de edificios p¨²blicos, huelgas¡ª son contin¨²as en todo el pa¨ªs. Aquellos que las protagonizan ¡°piden su parte del man¨¢ de los hidrocarburos porque creen que los que mandan ya se han servido en abundancia¡±, explica Hennad. ¡°Las autoridades les dan, a grandes rasgos, satisfacci¨®n so pretexto de que la paz social no tiene precio¡±, a?ade.
¡°El problema es que a la larga esas reivindicaciones ser¨¢n imposibles de satisfacer¡±, vaticina Hennad. ¡°Ese d¨ªa se coaligar¨¢n de un extremo a otro del pa¨ªs para convertirse en una fuerza pol¨ªtica¡±, concluye. ¡°La sociedad argelina es un volc¨¢n¡±, escribe Zoubid Arous, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de Bouzarea. ¡°Todos los ingredientes de una deflagraci¨®n est¨¢n reunidos¡±.
A sus acostumbradas protestas se a?ade ahora la irritaci¨®n de los argelinos por la opacidad que rodea la salud del jefe del Estado. ¡°El pueblo quiere ver al presidente¡±, titulaba en portada el diario popular Al Khabar recogiendo el sentir popular.
Imperturbables, los dirigentes de Argelia, empezando por el primer ministro, Abdelmalek Sellal, multiplican las declaraciones apaciguadoras sobre la ¡°constante mejor¨ªa¡± de la salud del presidente, sin dar nunca detalles.
Enrico Macias, un c¨¦lebre cantante franco-argelino, de 75 a?os, que le visit¨® en el hospital militar, declar¨® a continuaci¨®n al diario catar¨ª Al Arab que su estado era ¡°grave¡± hasta el punto de ¡°no poder hablar¡±. D¨ªas despu¨¦s se desminti¨® a s¨ª mismo.
Buteflika ya fue operado de urgencia, en 2005 en Par¨ªs, de una ¨²lcera sangrante ¡ªentonces s¨ª se le vio en televisi¨®n a los pocos d¨ªas¡ª pero la Embajada de EE UU en Argel sospechaba m¨¢s bien, seg¨²n se?al¨® en algunos telegramas desvelados por Wikileaks, que padeci¨® un c¨¢ncer de est¨®mago. Ahora se le ha a?adido el ictus que, seg¨²n fuentes argelinas en Par¨ªs, merma su movilidad y su capacidad de hablar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Abdelaziz Buteflika
- Sucesiones
- Par¨ªs
- Primavera ¨¢rabe
- Argelia
- Francia
- Magreb
- Hospitales
- Enfermedades neurol¨®gicas
- Revoluciones
- ?frica
- Enfermedades
- Asistencia sanitaria
- Conflictos pol¨ªticos
- Medicina
- Europa occidental
- Sanidad
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica
- Europa
- Salud
- Protestas sociales
- Malestar social
- Problemas sociales
- Sociedad