Un ¡®software¡¯ revolucionario que revela los secretos de las grandes bases de datos
Las revelaciones de Edward Snowden rompen la idea preconcebida de que nadie es capaz de vigilar todo lo que sucede en Internet
Seg¨²n la empresa inform¨¢tica Cisco, las redes IP, la columna vertebral de Internet, transportan algo m¨¢s de 1,4 exabytes de informaci¨®n cada d¨ªa, una cifra equivalente a casi 300 millones de discos DVD. Hasta ahora, ese colosal volumen de datos parec¨ªa inabarcable para cualquier persona o entidad que quisiera controlarlo. Pero las revelaciones acerca del sistema ideado por Estados Unidos para pescar informaci¨®n en Internet sugieren que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) puede efectivamente vigilar una parte sustanciosa de ese torrente, mucho m¨¢s de lo que se cre¨ªa.
"Hace cinco a?os, hubiera dicho que la NSA no tiene la capacidad de vigilar una cantidad significativa del tr¨¢fico en internet", afirma Herbert S. Lin, un experto en inform¨¢tica y comunicaciones en el Consejo Nacional de Investigaci¨®n de EE UU. "Ahora parece que cada vez se acercan m¨¢s a ese objetivo". El s¨¢bado, los documentos publicados por The Guardian dejaron claro cu¨¢nto: en marzo de 2013 los servidores de la agencia estadounidense recogieron 97.000 millones de muestras en todo el mundo. Algo m¨¢s de una cuarta parte de esos datos se captaron a partes iguales entre Ir¨¢n y Pakist¨¢n: un 14% en cada uno de esos pa¨ªses. Solo un 3% de esa informaci¨®n se intercept¨® en Estados Unidos, aunque no se sabe si tiene origen en ese pa¨ªs o simplemente pasaba por servidores alojados all¨ª.
Lo dif¨ªcil para Estados Unidos no es captar los datos: es encontrar la informaci¨®n que el pa¨ªs dice necesitar para la lucha antiterrorista en medio de tama?o marem¨¢gnum digital. Para ello, la NSA recurri¨® a Silicon Valley, que respondi¨® con una revoluci¨®n en la tecnolog¨ªa de software que permite analizar de forma casi autom¨¢tica e instant¨¢nea inmensas cantidades de informaci¨®n. Con ello, por primera vez, los esp¨ªas de Estados Unidos tienen la capacidad de rastrear las actividades y movimientos de una persona en casi cualquier lugar del mundo sin necesidad de vigilarla directamente o de escuchar sus conversaciones. Una transacci¨®n con una tarjeta de cr¨¦dito, una llamada de tel¨¦fono, el uso de un peaje electr¨®nico - todo permite poner en el mapa a cualquier sospechoso de forma casi instant¨¢nea.
La utilidad de la captaci¨®n masiva de datos para la lucha antiterrorista tuvo su prueba de fuego en Irak, seg¨²n Mark Urban, un periodista de la BBC especializado en defensa. A petici¨®n del ej¨¦rcito estadounidense, la NSA empez¨® a registrar todas las llamadas de tel¨¦fono hechas en el pa¨ªs. Su utilidad no era el contenido de las llamadas: el ej¨¦rcito no ten¨ªa suficientes traductores, de todas maneras. M¨¢s importante para los militares era saber cu¨¢ndo se hab¨ªan hecho las llamadas, y, sobre todo, a qui¨¦n. Porque en el momento en el que un tel¨¦fono en manos de un sospechoso de terrorismo ca¨ªa en las manos de las fuerzas especiales, estas pod¨ªan saber de inmediato con qui¨¦n hab¨ªa hablado y cu¨¢ndo, lo que permiti¨® desarticular redes terroristas enteras a gran velocidad.
El potencial de este sistema aparentemente ha llevado a EE UU a intentar implantarlo a escala global. La NSA ha construido una inmensa instalaci¨®n de almacenamiento de datos en una monta?a en el estado de Utah, al oeste del pa¨ªs, con un coste aproximado de 2.000 millones de d¨®lares - 1.512 millones de euros. Tambi¨¦n ha creado estaciones de interceptaci¨®n de datos a lo largo y ancho del pa¨ªs, as¨ª como ha ayudado a construir uno de los ordenadores m¨¢s r¨¢pidos del mundo para romper la encriptaci¨®n de informaci¨®n codificada.
La legislaci¨®n estadounidense proh¨ªbe a las agencias de seguridad como la CIA o la NSA escuchar las conversaciones de ciudadanos de ese pa¨ªs, pero no dice nada acerca de la fecha, la hora o el destinatario de las conversaciones. Esto, sumado al secretismo con el que las agencias de informaci¨®n tratan los detalles del funcionamiento del sistema, despiertan la preocupaci¨®n de las asociaciones especializadas en derechos civiles. "Las leyes estadounidenses tratan el contenido de las conversaciones como lo m¨¢s valioso y privado", afirma Marc Rotemberg, del Centro de Informaci¨®n para la Privacidad Electr¨®nica, un grupo con sede en Washington, "pero la informaci¨®n asociada con esas conversaciones a veces son m¨¢s significativas que las propias conversaciones, y la gente que capta datos lo sabe".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Edward Snowden
- Caso espionaje EE UU
- Ciberespionaje
- NSA
- Delitos inform¨¢ticos
- Servicios inteligencia
- Departamento Defensa EEUU
- Privacidad internet
- Estados Unidos
- Fuerzas seguridad
- Seguridad nacional
- Seguridad internet
- Espionaje
- Norteam¨¦rica
- Internet
- Delitos
- Am¨¦rica
- Defensa
- Telecomunicaciones
- Pol¨ªtica
- Comunicaciones
- Justicia