S?o Paulo vive una batalla campal entre polic¨ªas y manifestantes
La ciudad vive una batalla de bombas de humo, gases lacrim¨®genos y pelotas de goma
Las calles del centro de?S?o Paulo se convirtieron en la noche de este jueves en un campo de batalla por la cuarta manifestaci¨®n contra el aumento de la tarifa del transporte p¨²blico. La polic¨ªa militar, que ya hab¨ªa advertido el mi¨¦rcoles de que iba a reprimir duramente a los manifestantes tras varios episodios de vandalismo en los que se rompieron escaparates y se formaron barricadas con fuego, cumpli¨® su palabra. Al menos 55 personas resultaron heridas y el propio alcalde de la ciudad,?Fernando Haddad, afirm¨® que en esta ocasi¨®n la protesta estuvo marcada por la "violencia policial".
El lanzamiento de gas pimienta, bombas de humo, gas lacrim¨®geno y pelotas de goma por parte de los antidisturbios de la polic¨ªa militar comenzaron sobre las ocho de la noche, hora local, cuando la multitud se dirig¨ªa hacia la Avenida Paulista, uno de los centros financieros de la ciudad. La polic¨ªa pretend¨ªa evitar la concentraci¨®n en la avenida y cercaron a los manifestantes en la plaza Roosevelt, a unos tres kil¨®metros de la arteria principal de la urbe.
¡°Nos recibieron con bombas de humo y nos dispersamos en varios grupos. En el m¨ªo nos sentamos en el suelo, en un gesto de pasividad, y lo que recibimos fue una bomba de gas lacrim¨®geno que cay¨® en el pie de una chica. Ella se levant¨® sangrando¡±, relata William Jose Cega, estudiante de historia de 21 a?os. La polic¨ªa arremeti¨® contra los manifestantes incluso cuando se encontraban en grupos peque?os, alejados del tumulto.
La agresividad de la polic¨ªa la sufrieron tambi¨¦n los periodistas. Siete reporteros de la Folha de S. Paulo resultaron heridos y a dos de ellos les dispararon pelotas de goma en el rostro mientras cubr¨ªan las protestas. Giuliana Vallone, reportera de la televisi¨®n del diario, estaba en un aparcamiento, alejada del conflicto, cuando le dispararon en la ceja y tuvieron que llevarla al hospital, donde le dieron 15 puntos de sutura. Su foto con el ojo hinchado y cubierta de sangre recorri¨® las redes sociales como s¨ªmbolo de la desorbitada actuaci¨®n policial.
Otros periodistas fueron detenidos, uno de ellos por llevar vinagre en la mochila. El vinagre, colocado en un pa?uelo sobre la cara, inhibe el efecto del gas lacrim¨®geno y el spray de pimienta. La polic¨ªa, sin embargo, lo consider¨® un arma potencial.
¡°Corr¨ª 500 metros por la acera huyendo de un polic¨ªa que me persegu¨ªa en moto, mientras la gente gritaba: ¡®atrop¨¦llalo¡±. El relato de Rafael Cassio Vitor, estudiante de 24 a?os, refleja c¨®mo la sociedad paulista se mantiene dividida en situaciones como esta.
¡°Nuestra ¨¦lite da asco, es vergonzosa y solo se preocupa por ir bien vestida con su abrigo de piel. He escuchado comentarios horribles de personas cercanas a m¨ª contra los que protestan¡±, lamentaba Adriana Arias, periodista de 47 a?os, una de las pocas manifestantes que superaba la treintena y que dec¨ªa estar en contra del vandalismo de los ¨²ltimos d¨ªas.
¡°Yo romp¨ª muchas cosas porque cuando ves todo ese aparato policial en tu cara y no sabes c¨®mo defenderte, lo ¨²nico que sabes hacer es pisar el callo de quien m¨¢s tiene¡±, reconoce Cassio. ¡°Pero es que el verdadero vandalismo es pasar dos horas en un autob¨²s y la gente solo se preocupa porque rompamos vitrinas y se olvidan de lo que vivimos diariamente en esta ciudad. La discusi¨®n no es por 20 c¨¦ntimos [el aumento del precio del transporte] es por lo que significa la circulaci¨®n de personas. Doy clases a ni?os de la periferia que tienen que elegir un d¨ªa para venir porque no tienen dinero para su transporte. Eso no puede llamarse transporte p¨²blico¡±, clama Cassio en el metro una vez acabada la protesta.
Tanto el gobierno municipal del Partido de los Trabajadores de la presidenta Dilma Rousseff, como el estatal, del PSDB, principal opositor, acordaron aumentar la tarifa de 3 a 3,20 reales (de 1,4 a 1,5 d¨®lares, de 1,05 a 1,10 euros) del autob¨²s, metro y trenes del estado. Ambos edulcoraron la subida, de m¨¢s de un 6%, argumentando que se sit¨²a por debajo de la inflaci¨®n acumulada.
El argumento de Cassio lo repet¨ªan otros manifestantes. ¡°A¨²n tenemos que escuchar que nos estamos manifestando por 20 c¨¦ntimos¡±, lamenta Debora Ungaretti, estudiante de derecho de 23 a?os. ¡°El acto no es solo contra esta subida puntual, es contra un aumento hist¨®rico durante 15 a?os en los que el billete ha subido mucho m¨¢s que la inflaci¨®n¡±, explica Ungaretti.
Tanto el alcalde Haddad como el gobernador Geraldo Alckmin descartaron una reducci¨®n de la tarifa tras la manifestaci¨®n de ayer.
Durante los ¨²ltimos d¨ªas de manifestaci¨®n la prensa brasile?a, en manos de familias de la considerada ¨¦lite, fue duramente criticada en las redes sociales por llamar v¨¢ndalos a los manifestantes brasile?os, mientras se calificaba de activistas a los turcos. Los titulares de este viernes ya son otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.