Las protestas en R¨ªo llevan miedo y violencia al Maracan¨¢

Tres mil manifestantes, en su gran mayor¨ªa j¨®venes, fueron rechazados la tarde de ayer con violencia por la fuerza de choque de la Polic¨ªa Militar, cuando intentaron llegar al estadio de Maracan¨¢ en R¨ªo de Janeiro donde se estaba jugando el partido M¨¦xico-Italia de la Copa de las Confederaciones. Mientras los manifestantes gritaban ¡°no a la violencia¡± y ¡°preferimos educaci¨®n y sanidad a la Copa¡±, la Fuerza de Choque con miedo a que los manifestantes pudieran llegar hasta las puertas del estadio, arremetieron con gases lacrim¨®genos, espray de pimienta, balas de goma y golpes de porra.

La polic¨ªa estaba equipada con un helic¨®ptero, perros y elementos a caballo. A¨²n sin datos oficiales, se sabe que hubo heridos y detenidos. Los manifestantes alzaban pancartas con los n¨²meros de los miles de millones de reales que a Brasil le han costado la Copa de las Confederaciones y el Mundial.

Ante la violencia de las fuerzas del orden, los manifestantes corrieron hacia el Parque de Boa Vista donde fueron cercados para que no volvieran al estadio. En el parque hab¨ªa familias con ni?os y turistas que fueron alcanzados por los gases lacrim¨®genos.

Cuando los aficionados empezaron a salir del estadio, se cruzaron con grupos de manifestantes que hu¨ªan del acoso de las fuerzas policiales. Las reacciones fueron de varios tipos. Muchos corrieron asustados. Otros les aplaudieron, como el mexicano Rafael Hern¨¢ndez que lleg¨® a decir que hasta le daba verg¨¹enza haber ido al partido viendo a aquellos j¨®venes jugarse el tipo para pedir mejor educaci¨®n y mejores servicios de salud. ¡°Me gustar¨ªa que en M¨¦xico ocurriera algo as¨ª¡±, les dijo en espa?ol.

Los manifestantes que ante los polic¨ªas que les cargaban gritaban ¡°No queremos violencia¡± -y hasta intentaron darles flores-, cuentan que en segundos se vieron envueltos como en una guerra.

Seg¨²n contaron los reporteros del portal Terra, la tropa de Choque de la Polic¨ªa Militar ¡°actu¨® con violencia, demostrando una falta total de profesionalidad para lidiar con multitudes y cr¨ªticas de la poblaci¨®n¡±. Las protestas callejeras, cuyos manifestantes iniciaron en S?o Paulo reivindicando mejores servicios de transportes p¨²blicos y m¨¢s baratos, ahora se est¨¢n diversificando y concentrando en los gastos del Gobierno con los compromisos deportivos.

Critican el que, seg¨²n informaciones de prensa, para construir casi todos los estadios las autoridades gastaron en obras el doble de lo presupuestado, con la sospecha de supuestas corrupciones pol¨ªticas. El s¨¢bado la violencia alcanz¨® el estadio de Brasilia en la inauguraci¨®n de la Copa Confederaciones, alcanzando la protesta a la presidenta Dilma Rousseff, y hoy se traslad¨® a R¨ªo de Janeiro. ?Seguir¨¢ peregrinando por los otros estadios y resistir¨¢ la protesta hasta el Mundial del a?o pr¨®ximo? Esa es la inc¨®gnita y el miedo del Gobierno y de la FIFA.

Mientras tanto, se intenta conocer mejor qu¨¦ grupos han estado en el origen de la protesta, cu¨¢nto hay en ellos de politizaci¨®n y por qu¨¦ esta vez la sociedad civil les est¨¢ secundando y siguiendo en sus reivindicaciones. El gran suspense de la manifestaci¨®n en S?o Paulo llena de inc¨®gnitas a la que parece empiezan a querer sumarse fuerzas pol¨ªticas y sindicales. Los j¨®venes no protestan porque Brasil est¨¦ mal, y han hecho suyo el eslogan de la oposici¨®n pol¨ªtica que dice "Brasil no va mal, pero puede ir mejor".