El largo adi¨®s a la troika
Bruselas y el FMI se cruzan acusaciones por el dise?o y la gesti¨®n de los rescates El Fondo anunci¨® su salida del triunvirato y la Comisi¨®n considera agotada la f¨®rmula
Cruce de declaraciones subidas de tono, errores flagrantes, resultados que van de lo mediocre a lo p¨¦simo y, en ¨²ltima instancia, un divorcio seguro en el horizonte. Tres son multitud: la troika, ese complejo artilugio formado por Comisi¨®n Europea, FMI y BCE encargado de los rescates a los pa¨ªses abatidos por la crisis del euro, tiene los d¨ªas contados, seg¨²n una docena de fuentes consultadas en las instituciones europeas y entre acad¨¦micos de primer nivel, muy cr¨ªticos con su funcionamiento.
¡°Muerte a la troika¡±, resume mordaz un alto funcionario en Bruselas tras examinar el desarrollo de los programas de pa¨ªses como Grecia y Chipre, abocados a una depresi¨®n, y en menor medida Portugal e Irlanda, que tienen ante s¨ª una larga traves¨ªa del desierto. El FMI ya ha se?alizado con claridad su futura salida de la troika. La Comisi¨®n cuenta los d¨ªas para que eso ocurra: ¡°Hay condiciones m¨¢s que suficientes, si los Gobiernos lo quieren, para que las instituciones europeas tengan plena responsabilidad sobre los rescates¡±, ha explicado su presidente, Jos¨¦ Manuel Barroso.
El matrimonio entre Europa y el FMI est¨¢ pr¨¢cticamente roto, quiz¨¢ porque nunca hubo verdadero amor. All¨¢ por 2010, con Grecia al borde de la cat¨¢strofe, la Comisi¨®n present¨® a los socios el esbozo de un Fondo Monetario Europeo para gestionar rescates. Alemania lo tumb¨® sin titubear. No se fiaba de la Comisi¨®n, de su nula experiencia en la gesti¨®n de rescates, de los riesgos de politizaci¨®n. Ni la Comisi¨®n ni el BCE quer¨ªan al FMI a bordo, pero Bruselas acab¨® acept¨¢ndolo porque no ten¨ªa m¨¢s remedio, y Fr¨¢ncfort para tener el apoyo de Berl¨ªn en otras cosas, con el convencimiento de que por ese flanco llegaba a la troika una excelencia t¨¦cnica que no ha acabado de aparecer.
Durante un tiempo la troika se escud¨® tras el bucle del pensamiento ut¨®pico: se arm¨® hasta los dientes de estudios acad¨¦micos que se han revelado menos cient¨ªficos de lo que pretend¨ªan o que, simplemente, se sobreinterpretaron. Y cuando se vio que la medicina ¡ªla tijera¡ª no funcionaba, la troika aleg¨® que la dosis hab¨ªa sido escasa y su administraci¨®n demasiado benevolente. Ni la troika se cree ya esa tesis: llega el momento de repartir responsabilidades por los destrozos. Unos y otros han empezado a echarse la culpa. Ese cruce de acusaciones puede volver sobre ellos como un bumer¨¢n: el Parlamento Europeo estudia abrir comisiones de investigaci¨®n sobre todo lo ocurrido.
Hubo problemas desde el primer d¨ªa, pero ahora el ruido es ensordecedor. El BCE siempre estuvo semiausente, pero obsesionado con no perder un euro: Bruselas y Washington le acusan entre bambalinas por su ego¨ªsmo y su falta de implicaci¨®n, ¡°que solo puede ir a m¨¢s por problemas de incompatibilidades cuando sea supervisor bancario ¨²nico¡±, apunta Jakob Kirkegaard, del Peterson Institute. Las cr¨ªticas entre las otras dos instituciones que forman la troika han sido feroces: el FMI ha entonado un curioso mea culpa en Grecia, que funciona como un ataque frontal a la Comisi¨®n. El Fondo viene a decir que es imposible lidiar con una mir¨ªada de primeros ministros, ministros de Finanzas, comisarios, funcionarios del Eurogrupo y halcones del BCE: la cacofon¨ªa es sensacional y la toma de decisiones, desastrosa. De paso, afirma que el ajuste en Atenas se hizo sobre hip¨®tesis irreales ¡ªGrecia ten¨ªa que salir de la recesi¨®n en 2012: este a?o caer¨¢ m¨¢s del 4%¡ª y que no se hizo lo imprescindible: reestructurar la deuda, algo a lo que los europeos se negaron en redondo. ¡°Y se siguen negando, porque ese es el problema de Europa: sigue en un estado de negaci¨®n con Grecia, que no puede salir del pozo sin esa quita, y con Portugal e Irlanda, que necesitan otro empuj¨®n y puede que algo m¨¢s en el caso portugu¨¦s, y desde luego en Chipre, camino del desastre¡±, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al FMI.
La Comisi¨®n mont¨® en c¨®lera tras ese varapalo. Bruselas critica la deslealtad del Fondo, que achaca al creciente protagonismo de los pa¨ªses emergentes. China, Brasil y compa?¨ªa est¨¢n molestos con los riesgos asumidos en Europa, un continente tan rico para ser rescatado (la renta per c¨¢pita irlandesa es la cuarta de la UE: superior a la alemana y muy por encima de la brasile?a) como t¨®xico para la credibilidad del FMI. El comisario Olli Rehn ha acusado al Fondo de ¡°lavarse las manos¡± tras recordar que estuvo all¨ª en todas las decisiones. Pero a la vez insiste en que los programas ¡°van por buen camino¡±. Eso es en p¨²blico: en privado, las fuentes comunitarias consultadas admiten que el rescate a Grecia ¡°no funciona¡±, y prev¨¦n una futura reestructuraci¨®n de la deuda tal como pide el FMI. Y apuntan tambi¨¦n que el rescate portugu¨¦s y el irland¨¦s dejan dudas muy serias, as¨ª como el chipriota, un compendio de todos los males de la gesti¨®n de la crisis.
La troika est¨¢ condenada a una muerte lenta: el FMI pon¨ªa un tercio del rescate en Grecia; en Chipre solo contribuye con el 10%. Pero lo fundamental es que la f¨®rmula parece agotada: ¡°Lo que cabr¨ªa esperar, al menos, es que los rescates acortaran los dolores del parto y la cicatriz que dejar¨¢ la crisis. Lo que est¨¢ sucediendo es lo contrario¡±, concede una alta fuente europea. Aunque no todo son cr¨ªticas: en Luxemburgo, un alto funcionario de una de las instituciones europeas defiende parcialmente su labor. ¡°Hay que pensar qu¨¦ hubiera pasado sin esos programas: un colapso en esas econom¨ªas. Adem¨¢s, sin el FMI los rescates no hubieran sido muy diferentes. Lo sucedido es l¨®gico: tres personalidades fuertes, poco acostumbradas a compartir poder, han tenido los inevitables encontronazos. Pero dise?ar el ajuste era dif¨ªcil: para compensar los recortes no ha habido ni est¨ªmulos en Alemania ni devaluaci¨®n. Eso es lo que cabe achacarle a la troika, incluido el FMI: que solo haya sabido imponer ajustes a los rescatados, cuando el problema es de toda la zona euro, de Berl¨ªn y de Fr¨¢ncfort¡±.
La academia es menos indulgente. ¡°La troika es inc¨®moda para el FMI y Europa. El Fondo critica a la UE por su rechazo a reestructurar deudas insostenibles, su fracaso para recapitalizar bancos y su insistencia en la austeridad. Y los europeos son cr¨ªticos con el Fondo por su deslealtad. As¨ª que lo l¨®gico es que a partir de ahora vayan separando sus caminos. Eso no garantiza el ¨¦xito: si Europa sigue con su negacionismo respecto a la banca o la necesidad de reestructurar deudas all¨¢ donde es imprescindible, y sobre todo si sigue en esa carrera absurda de austeridad y reformas sin que el BCE y Alemania compensen por alg¨²n lado, el desastre es seguro¡±, explica Barry Eichengreen, de Berkeley.
A este lado del Atl¨¢ntico, m¨¢s cera: ¡°La troika es un desastre¡±, dispara Charles Wyplosz, del Graduate Institute. ¡°El FMI no debi¨® aceptar su entrada, pero una vez dentro sobran las excusas. Los programas se dise?aron para proteger a los pa¨ªses que est¨¢n bien, no para salvar a los rescatados. Y en general no habr¨¢ soluci¨®n hasta que los acreedores lleguen a acuerdos con los deudores: hay que acabar con el tab¨² de las reestructuraciones. Lo contrario es recetar grandes dosis de aspirina cuando hay que ir al quir¨®fano¡±. Tal vez el m¨¢s duro sea Paul De Grauwe, de la London School of Economics, que califica la troika de ¡°tremendo error, de forma y de contenido¡±. ¡°La troika ha orquestado una recesi¨®n en toda Europa con esos programas basados en la austeridad sin poner peros a los pa¨ªses acreedores, como Alemania, que debe hacer mucho m¨¢s. Lo malo es que matar a la troika no es la soluci¨®n: los fundamentalistas de la tijera pueblan las instituciones europeas¡±, cierra.
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