¡°Hoy ya no se puede hacer invisibles a los pobres como hace 50 a?os¡±
En dos a?os en el poder, el presidente peruano ha sido criticado tanto por su fe en la econom¨ªa de mercado como por la inversi¨®n en programas sociales. Son pol¨ªticas para consolidar una clase media y dejar un legado de estabilidad
Dif¨ªcilmente adivinar¨ªa uno solo con saludarle que Ollanta Humala es militar ¡ªpor el porte ligeramente retra¨ªdo con el que se presenta, m¨¢s bien timidez seg¨²n los que le conocen, la sonrisa que aflorar¨¢ con facilidad a medida que avance la conversaci¨®n, en ocasiones risa franca¡ª; militar al menos de la manera en la que estos han solido practicar la pol¨ªtica en casi cualquier parte del mundo, por desgracia Am¨¦rica Latina no ha sido en esto una excepci¨®n. Pero dif¨ªcilmente tambi¨¦n concluye uno la conversaci¨®n con el presidente del Per¨² sin la convicci¨®n de que, en el fondo, es un militar, por c¨®mo describe sus objetivos, analiza sus posibilidades, ahora un paso, luego otro, mantiene la vigilancia de todos los flancos, conserva la mente fr¨ªa y recurre una y otra vez en su discurso a las virtudes castrenses, disciplina, jerarqu¨ªa, respeto, estrategia.
Dos a?os han pasado ya desde que el 5 de junio de 2011 derrotara en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del Per¨² a la hija de Fujimori, tras lo cual la Bolsa de Lima se desplom¨®, seg¨²n ¨¦l mismo me recuerda, y el dinero, siempre temeroso, busc¨® refugio tras juzgar que un militar de ret¨®rica izquierdista y agenda oculta se hab¨ªa alzado con la jefatura del Estado para alinear el pa¨ªs con el eje bolivariano del presidente Ch¨¢vez, hoy fallecido, y poner quiz¨¢ en riesgo la democracia.
Han pasado dos a?os, afloran las acusaciones de que Humala est¨¢ abandonando sus promesas a los m¨¢s desfavorecidos, digo, y ni en los hechos ni en los discursos se muestra el presidente del Per¨² como un extremista, pese a lo cual me da la sensaci¨®n de que los recelos iniciales no se han disipado, le comento.
¡ªNo. Yo creo que los recelos persistir¨¢n.
¡°La construcci¨®n de un Estado moderno implica disciplina¡±
Esos recelos conforman el subtexto de las cr¨ªticas de la derecha de su pa¨ªs que recibe el gobernante peruano, as¨ª como de no pocos medios de comunicaci¨®n, mientras que la mayor¨ªa de observadores internacionales convienen sin embargo en unos hechos que desdicen con hartos datos el relato anterior. Lo cierto es que en estos dos a?os el Per¨² ha culminado bajo el mandato de Humala uno de los cap¨ªtulos de m¨¢s ¨¦xito en Am¨¦rica Latina, con crecimientos superiores a la mayor¨ªa (este a?o se espera m¨¢s de un 6%), inflaci¨®n controlada (poco m¨¢s del 2%) y un enorme esfuerzo en la reducci¨®n de las desigualdades, la consolidaci¨®n de la estabilidad pol¨ªtica e institucional, as¨ª como la lucha contra el atraso secular de un pa¨ªs devastado durante d¨¦cadas por el desgobierno, la corrupci¨®n, la violencia iluminista de la ultraizquierda y, finalmente, la calamidad de un Alberto Fujimori convertido en caudillo y sus secuaces, que solo tras la ca¨ªda de este comenz¨® a enderezarse con los presidentes Alejandro Toledo y Alan Garc¨ªa.
La persistencia?de los recelos
Pero tiene raz¨®n el presidente sobre la persistencia de los recelos, le comento la sorpresa que me produjo un v¨ªdeo de un evento esta misma semana en el que ¨¦l pide confianza a un grupo de empresarios ¡ª¡°s¨¦ que muchos de ustedes no votaron por m¨ª¡±¡ª, al tiempo que les asegura que no va a tomar decisiones que generen incertidumbre, declaraci¨®n que extra?a, cuando menos, siendo as¨ª que la moderaci¨®n ha presidido toda su acci¨®n de Gobierno durante ese periodo en el que ha alineado el Per¨² no con Venezuela, como algunos temieron, sino con Chile, Colombia y M¨¦xico en la Alianza del Pac¨ªfico, las econom¨ªas que, junto a Brasil, con m¨¢s claridad se han decantado por el libre mercado, la separaci¨®n de poderes y las pol¨ªticas de estabilidad en todo el continente.
¡ª Me refer¨ªa yo a que hoy la econom¨ªa global est¨¢ pasando por un mal momento. Y el Per¨², dentro de Am¨¦rica Latina, viene liderando el crecimiento econ¨®mico y esto a trav¨¦s de un esfuerzo que nos ha costado a todos los peruanos y que nos ha llevado d¨¦cadas remontar la mala situaci¨®n econ¨®mica que vivimos en la d¨¦cada de los ochenta y parte de los noventa. Nosotros queremos generar un clima de confianza. Y les hice recordar a los empresarios peruanos que mi elecci¨®n como presidente de la Rep¨²blica trajo a los sectores empresariales ciertas dudas, ciertos miedos, porque en la campa?a ellos no me conoc¨ªan y cre¨ªan que el Per¨² se iba a alinear en el bloque de los pa¨ªses del ALBA, cosa que no hemos hecho ni vamos a hacer. Nosotros estamos trabajando por un modelo de econom¨ªa abierta, de mercado, pero tambi¨¦n con un concepto nuevo, de la mano van el crecimiento y la distribuci¨®n de la riqueza. A veces planteamos programas sociales que a determinados sectores no les suena como que la cosa est¨¢ yendo bien e inmediatamente salen a cuestionar que nos estamos yendo para el otro lado.
De la disciplina?en la pol¨ªtica
La conversaci¨®n se desarrolla a lo largo de casi dos horas el jueves pasado en el sal¨®n dorado de la Casa de Gobierno en Lima, cuya construcci¨®n y recubrimiento con pan de oro, inspirado en el palacio de Versalles, le convierten en uno de los espacios m¨¢s impresionantes de palacio. Humala, de 50 a?os, viste traje azul marino, camisa blanca y corbata azul el¨¦ctrico. Es mediod¨ªa y bien entrada la charla me permito se?alarle al presidente, a prop¨®sito de sus alusiones a la importancia de la disciplina ¡ª¡°sin disciplina no hay Ej¨¦rcito¡±¡ª dos paradojas en las que ¨¦l se explayar¨¢ y que ilustran de forma extraordinaria por qu¨¦ Humala, aun siendo un militar, se ha convertido en una especie de socialdem¨®crata en los Andes, empe?ado en asentar las instituciones, consciente siempre de la fragilidad de los avances sociales y de la necesidad de cimentarlos con amplios consensos, en la estela de Lula o de Mujica, a los que citar¨¢ m¨¢s adelante cuando hablemos de sus alineaciones pol¨ªticas.
¡°Las instituciones se construyen
con confianza y respeto
a las reglas de juego¡±
La primera consiste en que la seguridad no constituye un asunto ¨²nicamente de orden p¨²blico. Es este, naturalmente, un concepto muy extendido, con matices, entre las izquierdas pol¨ªticas de todo el mundo (lo que las distingue de las derechas que, tambi¨¦n con matices, suelen preferir soluciones m¨¢s expeditivas), pero que no deja de sorprender en quien pasara m¨¢s de 20 a?os en el Ej¨¦rcito, de donde se retir¨® en 2004 con el grado de teniente coronel, poco antes de dedicarse de forma abierta a la pol¨ªtica.
¡ªLa inseguridad es un problema muy grave. Pero no podemos creer que la seguridad consiste en un problema que se resuelve con poner un sheriff. Este es un problema estructural y en buena hora que hay un presidente militar que lo entiende, porque si no fueras militar no lo hubieras entendido, y creer¨ªas solamente que se trata de elevar penas, como muchos quer¨ªan. Pena de muerte. Creen que as¨ª se resuelve el problema, creen que es solamente un tema de m¨¢s polic¨ªas. Es un problema de valores, de falta de oportunidad de los j¨®venes. Lo que pasa es que ac¨¢ todo lo relacionamos con polic¨ªa. Entonces, hay un problema de seguridad, que vaya el ministro del Interior. Por eso yo digo en el Consejo de Ministros: ¡°Todos ustedes tienen que contribuir a la seguridad porque es injusto que, por un problema que debi¨® haberlo resuelto un sector, hoy d¨ªa el ministro del Interior tiene que ir al Congreso a explicar o a asumir el costo pol¨ªtico¡±.
La otra paradoja, le se?alo, consiste en que esa misma disciplina militar, aplicada a la pol¨ªtica, es la que ha llevado a la izquierda al poder en el Per¨² por primera vez, si se descuentan las dos experiencias del APRA con Alan Garc¨ªa en el Gobierno, que no parecen contar como izquierda en el relato de Humala.
¡ª Claro. Ellos han llegado al Gobierno con nosotros. Primera vez en su historia que llegan al Gobierno, con nosotros; que son ministros, con nosotros. Porque la izquierda cometi¨® errores estrat¨¦gicos en el Per¨². Era una izquierda que ac¨¢, dec¨ªan, cuando llov¨ªa en Mosc¨² sal¨ªan con sus paraguas. Eso lo he escuchado yo, mis padres son de izquierdas. Muy encasillada, ten¨ªan la soberbia de creerse los ¨²nicos intelectuales del pa¨ªs y despreciaban al resto porque no eran marxistas, una izquierda acartonada. Mientras otras izquierdas en Am¨¦rica Latina llegaron al poder, en el Per¨² a lo m¨¢ximo que llegaron fue a la alcald¨ªa de Lima. Por sus propios errores. Hay intelectuales destacados y rescatables entre ellos, pero esto es as¨ª.
Izquierda, derecha, nacionalismo
Esa experiencia en el poder ha durado poco, en sucesivas crisis de Gobierno los ministros m¨¢s claramente izquierdistas han terminado fuera del Ejecutivo, lo que ha a?adido confusi¨®n al ya de por s¨ª fragmentado panorama pol¨ªtico peruano y ha contribuido al relato de que Humala se est¨¢ alejando de las posiciones que le llevaron al triunfo electoral.
¡°La izquierda del Per¨² era soberbia, se cre¨ªan los ¨²nicos intelectuales¡±
¡ª Los participantes en [la coalici¨®n electoral] Gana Per¨² que eran de izquierdas y que los colocamos ah¨ª no aguantaron ni seis meses en el Gobierno, se salieron y ahora est¨¢n con la derecha. Es una cosa de locos, se r¨ªe el presidente. Hay una bancada que agrupa congresistas de derecha y congresistas de izquierda, o sea, la necesidad de tener una comisi¨®n, cosas menudas juntando a grupos de izquierdas y grupos de derechas en el Congreso.
¡ª ?C¨®mo define entonces usted el nacionalismo que vertebra su formaci¨®n pol¨ªtica, el Partido Nacionalista Peruano?
¡ª Creo que uno de los problemas, uno de los errores estrat¨¦gicos de la izquierda fue que abandon¨® la bandera de la lucha, de la justicia social, y esa es la que hemos retomado con el nacionalismo. Entonces, en el panorama latinoamericano ?d¨®nde se ubica el nacionalismo? En la izquierda latinoamericana, con Lula, con Mujica¡ Provenimos de un nacionalismo que se nutre de Jos¨¦ Carlos Mari¨¢tegui, y el socialismo andino, del antiimperialismo de Haya de la Torre, que tambi¨¦n lo tenemos en nuestras bases ideol¨®gicas, porque Haya de la Torre ser¨¢ aprista, pero es peruano¡
¡ª Hay un busto de V¨ªctor Haya de la Torre en el sal¨®n de al lado.
¡°Hemos retomado la bandera de la justicia social que dej¨® la izquierda¡±
¡ª Son las fuentes de inspiraci¨®n que tiene el nacionalismo, que busca justamente integrar a la naci¨®n como naci¨®n. Todas las etnias, comunidades, culturas, de un pa¨ªs multicultural y diverso. No buscamos separar, sino buscamos unir, integrar. Tiene un sentido muy distinto al que tiene en Espa?a.
La tarea y los l¨ªmites?del gobernante
Ser Gobierno, efectivamente, resulta tarea harto complicada y dos a?os han bastado, seguramente menos aun, le sucede siempre a todo gobernante, para que el presidente haya descubierto los l¨ªmites del poder; la inevitable frustraci¨®n que produce comprobar que la maquinaria del Estado no alcanza para las ingentes necesidades del pa¨ªs, no llega con eficacia al conjunto del territorio, los problemas se acumulan sin resolver. Se imagin¨®, le pregunto al gobernante, que gobernar era esto, que ni toda la disciplina ni toda la voluntad ni todas las ideas logran cambiar la realidad al ritmo que uno desear¨ªa o al que uno se hab¨ªa comprometido.
¡ª Uno siempre quiere que las cosas vayan m¨¢s r¨¢pidas y lo que hemos encontrado es un ritmo del Estado muy lento a nuestro querer, a nuestros deseos. Ten¨ªa la disyuntiva de si respetamos los pasos para llevar el Estado a un proyecto determinado o los obviamos. Hemos visto c¨®mo en el pasado por obviar pasos, no respetar procedimientos se llega a la corrupci¨®n. Entonces nosotros lo que hemos hecho es acelerar las cosas, pero respetando los procesos, de tal manera que cuando dejemos el Gobierno tengamos obras bien hechas, con sostenibilidad y que no vengan cuestionamientos posteriores a que hubo actos oscuros.
Citando todas las cifras de memoria, mostrando que est¨¢ en todos los detalles, Humala enumera una lista, siquiera parcial, de los proyectos que le preocupan. Demuestra paciencia, pero la enumeraci¨®n revela no solo la envergadura de la tarea, sino tambi¨¦n la imperiosa necesidad del presidente de sacar adelante un programa que comprometi¨® con los m¨¢s desfavorecidos y por el que sabe que, al final, ser¨¢ juzgado; que tras colocar sus logros y sus fracasos en los platillos de la balanza, la historia o la memoria del Per¨² le salvar¨¢ o le condenar¨¢. ¡°[El programa para j¨®venes con buen rendimiento econ¨®mico y escasos recursos econ¨®micos] Beca 18, que ya tiene 14.000 becarios; hab¨ªa 300 becarios cuando llegamos al Gobierno y pr¨¢cticamente el 95% eran becados dentro del pa¨ªs, no fuera del pa¨ªs; hoy d¨ªa tenemos m¨¢s de 14.000 becarios y la meta es superar los 40.000 en 2016¡±; programas de atenci¨®n a la familia, la ley del seguro m¨¦dico a todos los ni?os de las escuelas p¨²blicas para el correcto seguimiento de su estado de salud, ¡°llegan el primer d¨ªa a clase y los pesamos, los medimos, los ojos, la visi¨®n, porque muchos de estos chicos tienen necesidad de lentes¡±. El presidente a?ade m¨¢s cifras, m¨¢s datos, m¨¢s programas, pasan cinco minutos, obras de mediano plazo y obras de corto plazo; el metro para la ciudad de Lima, el desarrollo de la petroqu¨ªmica, transcurren otros 10 minutos, la construcci¨®n del gasoducto, el tren costero, el tren de cercan¨ªas para Lima, la longitudinal de la sierra ¡°y una serie de obras as¨ª; hoy hemos entregado las transferencias de fondos para proyectos inmediatos, todos orientados a agua y desag¨¹e por un valor aproximadamente de 800 millones de d¨®lares (610 millones de euros). Estamos transfiriendo ya pr¨¢cticamente 3.000 millones de soles (820 millones de euros) en este tipo de obras de corto plazo¡±. Finalmente se detiene, aunque no lo har¨ªa, si el formato de la conversaci¨®n no se lo impusiese.
¡°Estados Unidos nos ve como uno de los pa¨ªses m¨¢s estables¡±
¡ª Pese a todo ello se oyen voces de aquellos que le votaron que ahora se sienten decepcionados; mientras que algunos de los que m¨¢s desconfiaron comienzan a sentirse m¨¢s a gusto. No s¨¦ si esto es bueno o malo, le digo.
¡ª Nosotros somos un partido joven que ha tenido unos aliados y que en muchos casos esos aliados pueden sentirse un poco alejados porque tal vez ellos quisieran una cuota de poder m¨¢s de la que se les dio. Ese es un tema. Otro puede ser el tema ideol¨®gico porque muchos aliados o mucha gente que apoy¨® tiene determinada ideolog¨ªa y entonces para ellos la relaci¨®n que estamos construyendo con los empresarios pueda sonar contraria a su ideolog¨ªa. Pero es que cuando asum¨ª la presidencia jur¨¦ gobernar para los 30 millones de peruanos, no solamente para los que votaron por m¨ª, sino tambi¨¦n para los que no votaron por m¨ª, para los partidos de oposici¨®n tambi¨¦n. Tambi¨¦n puede haber el tema de la ansiedad, todo el mundo quiere que se le resuelva su problema en el d¨ªa y en el d¨ªa tienes que resolv¨¦rselo. El Estado no tiene tanta capacidad para resolver en el d¨ªa los problemas del pa¨ªs.
¡ª ?C¨®mo se siente cuando en algunos de esos conflictos sociales, como los mineros, se producen muertos civiles a manos de las fuerzas del orden p¨²blico?
¡ª Mal. Me siento p¨¦simo. Porque yo digo, podemos discutir, debatir acaloradamente, pero hay l¨ªmites y cuando se traspasan esos l¨ªmites y se llega a la p¨¦rdida de vidas ya no hay marcha atr¨¢s.
El descubrimiento?de la clase media
Con ser grandes los desaf¨ªos de sacar de la pobreza a millones de personas, la izquierda en el poder en Am¨¦rica Latina hace tiempo que descubri¨® tambi¨¦n la importancia de la consolidaci¨®n de las clases medias, un proceso que acelera el crecimiento econ¨®mico, consolida las instituciones y fortalece la adhesi¨®n a la democracia, siempre necesitada de creyentes en el continente. Tambi¨¦n Humala ha venido a esta convicci¨®n, lo que seguramente espole¨® a los cr¨ªticos que le reprochan su viraje hacia la moderaci¨®n.
¡ª Creo que hemos logrado avanzar en la consolidaci¨®n de una clase media, que fue disuelta en la d¨¦cada de los ochenta. Y esta clase media hoy d¨ªa est¨¢ cerca del 65% de la poblaci¨®n peruana y eso es algo in¨¦dito en nuestra historia. Esta clase media tambi¨¦n ayuda a dinamizar la econom¨ªa porque demanda calidad en los servicios, no solamente demanda servicios, sino calidad en los mismos y esto obliga a las empresas a ser m¨¢s competitivas y a invertir en capacitaci¨®n, e invertir en capacitaci¨®n involucra tambi¨¦n intervenir o coadyuvar en pol¨ªticas educativas que benefician a los j¨®venes de las clases populares.
¡ª ?Ha recibido usted muchas presiones desde que comenz¨® a gobernar?
¡ª Presiones tengo de todos, hasta de mi mayordomo, se r¨ªe. Tengo ac¨¢ un sindicato. El Gobierno saliente antes de salir me dej¨® un sindicato de presiones por todos los lados. Yo creo que el gobernar involucra paciencia, todos los d¨ªas damos miles de batallas y no se van a acabar, cuando me vaya el que venga va a tener que ir dando miles de batallas. Presiones en la calle, en las fuerzas pol¨ªticas por cuotas de poder, presiones en el mismo equipo o grupo de Gobierno. Las relaciones interpersonales son siempre delicadas y cuanto m¨¢s arriba son m¨¢s delicadas todav¨ªa. Y con todo eso uno tiene que vivir, es como una mochila que uno lleva. En los momentos m¨¢s dif¨ªciles cuando me encuentro as¨ª me ayuda el tener el soporte de la familia, creo que eso tambi¨¦n es importante.
Batallas de resultado incierto
Resulta conocida la aversi¨®n de Humala, el militar, por los enfrentamientos in¨²tiles. Alguna vez declar¨® que le disgusta dar batallas de cuya victoria no est¨¦ convencido. No s¨¦ si se trata de una idea cuya aplicaci¨®n en la pol¨ªtica pueda conducir a la par¨¢lisis, especialmente en un pa¨ªs como el Per¨², en el que los partidos pol¨ªticos padecen de una fragmentaci¨®n y una debilidad que los vuelve inoperantes; donde, con mucha probabilidad, los pol¨ªticos, al emprender un proyecto, est¨¢n menos seguros de poderlo culminar con ¨¦xito que en otros pa¨ªses de mayor trabaz¨®n institucional. As¨ª que le pregunto al presidente si, bas¨¢ndose en esa aversi¨®n suya a los choques est¨¦riles en resultados, lamenta ya las batallas que ha renunciado a dar.
¡ª Todav¨ªa no he cumplido dos a?os de Gobierno. Entonces yo todav¨ªa no dir¨ªa que lamento no haber dado batalla alguna, porque eso lo tendr¨ªa que decir al t¨¦rmino del mandato, cuando ya no hay la oportunidad de darla.
¡ª ?Y la m¨¢s importante para usted ahora?
¡ª Una batalla importante que se tiene que dar, y que espero que la ganemos, es la reforma del Estado. Y la estamos dando por partes porque hay batallas que se pueden dar y aportar y poner todo tu capital en la batalla; o sea la ganas o la pierdes; no hay t¨¦rmino medio. Y hay otras que se dan por etapas. Uno va midiendo y cuidando sus fuerzas y sobre todo las reservas. En t¨¦rminos militares, siempre un comandante debe guardar sus reservas, que son las que le permiten cambiar el rumbo de la batalla en un momento determinado. Entonces, yo creo que la reforma del Estado la estamos dando por partes. Hemos empezado con la reforma tributaria; hemos hecho la reforma de la educaci¨®n, hemos hecho la reforma de las fuerzas armadas y las fuerzas policiales, hemos hecho la reforma del sistema de pensiones. Estamos hoy d¨ªa trabajando en la reforma en el sector salud porque es una batalla tan grande que uno no puede entrar y poner todo su capital, porque es una fuerza muy grande a la que uno se enfrenta; son cuotas de poder. Por ejemplo hoy d¨ªa estamos avanzando en lo que es la reforma del Servicio Civil, que es la Administraci¨®n p¨²blica. Algo que el 80% o 90% de la poblaci¨®n quiere. Si usted pregunta en la calle, ?est¨¢ usted conforme en c¨®mo le atienden en un ministerio? Pues no ?En el Poder Judicial? No. ?En el Congreso? No. La gente quiere un cambio. Pero hay sectores de poder que no quieren ese cambio. Hay presiones de los sindicatos. La batalla se va a ver en el Congreso, pero tambi¨¦n los sindicatos del Congreso presionan a los propios parlamentarios. Es una de las batallas fundamentales que tenemos que dar.
¡ª Esa reflexi¨®n se inserta en una m¨¢s amplia en la que usted siempre insiste mucho: la necesidad de las instituciones, la debilidad de las cuales, efectivamente, es la debilidad de Am¨¦rica Latina. ?C¨®mo se construyen y se consolidan las instituciones? ?C¨®mo se est¨¢ haciendo en el Per¨²? ?Cu¨¢les son las trabas?
¡°En Venezuela no hay ninguna prueba que nos haga dudar del resultado¡±
¡ª Las instituciones se construyen con confianza y con respeto a las reglas de juego, de tal manera que se puedan institucionalizar usos y costumbres, se puede institucionalizar todo lo que se viene actuando y no venga otro y lo cambie. El problema en Am¨¦rica Latina es que somos una regi¨®n, adem¨¢s de muy desigual, poco formalizada, somos muy informales, y eso es una dificultad para el Estado, no solamente en el ¨¢rea tributaria, sino en el ¨¢rea de gobernabilidad y paz social, porque, como dec¨ªa, para reclamar algo es m¨¢s f¨¢cil encadenarse en la calle que llevar su solicitud a trav¨¦s de un ministerio, a trav¨¦s de un municipio. ?Qu¨¦ tenemos que hacer? Yo creo que tiene que haber un cambio cultural, tenemos que trabajar el tema de educaci¨®n, tenemos que trabajar valores, pero tambi¨¦n tenemos que generar, que construir un Estado moderno por eso es importante la reforma del Estado, que la gente vea que se le resuelve su problema. Yo creo que eso implica disciplina y es algo que yo lo valoro mucho porque yo vengo del Ej¨¦rcito. Sin disciplina no hay Ej¨¦rcito.
El gran viraje exterior
Si en pol¨ªtica interior, especialmente en el tema econ¨®mico, el giro ha sido profundo, en asuntos extranjeros resulta sencillamente copernicano. Humala ha forjado lazos estrechos con la mayor¨ªa de presidentes de la regi¨®n, pero su protagonismo ha resultado fundamental en la consolidaci¨®n y funcionamiento de la Alianza del Pac¨ªfico junto con Chile, Colombia y M¨¦xico, todas ellas econom¨ªas abiertas y de libre comercio, que en lo pol¨ªtico constituyen ya un contrapeso al Mercosur. Tampoco ha sido menor su papel en Unasur (Uni¨®n de Naciones Suramericanas), un foro de reciente creaci¨®n en 2011, pero que ya destaca como uno de los m¨¢s eficaces de la regi¨®n. El presidente Mujica de Uruguay, le digo a Humala, me coment¨® recientemente que estaba muy contento de c¨®mo funcionaba Unasur, de su operatividad, se llaman entre ustedes y en 24 horas pueden organizar una reuni¨®n en caso de crisis, que antes no ten¨ªan un mecanismo de parecida agilidad.
¡ª Eso es as¨ª. Fue en el tema de Venezuela tambi¨¦n que de un d¨ªa para otro convoqu¨¦ ac¨¢ a los jefes de Estado y estaba no solamente Mujica, han estado [Juan Manuel] Santos, Dilma [Rousseff], todos los presidentes han dejado lo que estaban haciendo y han venido, y se lo agradezco bastante. Nos hemos sentado ac¨¢, hemos conversado entre nosotros sin c¨¢maras, sin grabaciones, como amigos, nos hemos dicho las cosas claras. Ha habido momentos duros, ha habido momentos jocosos, nos hemos matado de risa de varias cosas. Es una relaci¨®n que para m¨ª la coloco como una relaci¨®n de amigos, y eso nos ayuda a resolver las cosas. La vez pasada Evo [Morales] me llam¨® por un tema determinado, con Santos nos hablamos con frecuencia, resolvemos las cosas. Los problemas que tienen los ministros al final los resolvemos nosotros. A m¨ª me parece una forma moderna e innovadora, menos encorsetada y m¨¢s efectiva de hacer pol¨ªtica.
¡ª En alg¨²n momento sugiri¨® usted que Unasur se puede convertir en una alternativa a la OEA. ?Es un aviso a la tradicional influencia de Estados Unidos en la OEA? O, dicho de otra manera, ?cree usted que EE UU tiene un peso excesivo en la OEA?
¡°La gente quiere un cambio, pero hay sectores de poder que no quieren¡±
¡ª Bueno, definitivamente lo que tenemos es un continente americano con una Am¨¦rica Latina y Estados Unidos y Canad¨¢. Obviamente, Estados Unidos y Canad¨¢ tienen un peso estrat¨¦gico en Am¨¦rica Latina y tambi¨¦n en la OEA. El tema es que muchas veces la OEA no tiene esa agilidad y rapidez que a veces los acontecimientos requieren y que en estos casos Unasur ha tenido una mayor prontitud en tomar decisiones como es el caso de Paraguay o de Honduras.
¡ª De haber tenido Unasur observadores electorales propios, como usted ha sugerido, ?hubiera ello evitado el conflicto poselectoral en Venezuela?
¡ª No, porque yo creo que en Venezuela hay un proceso de polarizaci¨®n del pa¨ªs que ya lleva tiempo y que el resultado tan ajustado de las elecciones de todas maneras gener¨® suspicacias, gener¨® dudas particularmente en el candidato que perdi¨® y obviamente los observadores no hubieran podido dar la raz¨®n a uno u a otro si es que no hay una investigaci¨®n, etc¨¦tera. Lo que han hecho los pa¨ªses miembros de Unasur, como gran parte de la comunidad mundial, por otra parte, es reconocer el resultado oficial dado por el Colegio Nacional Electoral. Y ha instado al nuevo Gobierno venezolano a que se resuelvan estas preocupaciones que tiene el lado opositor dentro de los cauces democr¨¢ticos porque cualquier problema de inestabilidad en Venezuela nos afecta a todos.
¡ª Justo de la reuni¨®n que hubo aqu¨ª en Lima sali¨® un firme apoyo al triunfo de [Nicol¨¢s] Maduro en Venezuela, pero tambi¨¦n esa petici¨®n de auditor¨ªa y tambi¨¦n un compromiso de monitorear cu¨¢l era la evoluci¨®n del clima pol¨ªtico en las semanas siguientes. ?C¨®mo eval¨²a usted ahora la situaci¨®n? ?Cree que las elecciones fueron suficientemente limpias?
¡ª Yo creo que el resultado que dio el Colegio Nacional Electoral es el resultado. No tenemos ning¨²n indicio de que haya habido una tergiversaci¨®n del mandato popular, por lo tanto para nosotros ya es un resultado definitivo. Siempre habr¨¢ dentro de la pol¨ªtica interna gente que no lo reconozca o que lo critique, como quieran; pero ya hay un resultado y hasta ahora no hemos visto ninguna prueba objetiva que nos haga dudar de ese resultado. Lo que queremos, creo, es que hoy d¨ªa lo que tiene que hacer el Gobierno venezolano, y esperemos que lo est¨¦ haciendo, es pasar la p¨¢gina lo m¨¢s r¨¢pido posible y establecer un estilo de gobierno que permita tender un puente hacia las fuerzas pol¨ªticas venezolanas que no est¨¢n conformes a fin de hacer un acuerdo nacional o una hoja de ruta que permita darle estabilidad a la econom¨ªa venezolana y darle mayor bienestar al pueblo venezolano. La estabilidad de Venezuela es tambi¨¦n la estabilidad de la regi¨®n.
¡ª ?Cree que el r¨¦gimen de Venezuela est¨¢ tratando a [Henrique] Capriles de forma adecuada en una democracia?
¡ª Yo creo que lo que hay son posiciones duras por ambos lados y en tanto hay esas posiciones duras siempre habr¨¢ la polarizaci¨®n. Yo creo que en el caso peruano lo que he tratado es tender puentes con la oposici¨®n. No tenemos una polarizaci¨®n tan fuerte como en Venezuela; pero si yo la tuviera tan fuerte con la oposici¨®n, yo ser¨ªa el primero en tender los puentes.
Cita en Washington
La culminaci¨®n del giro en pol¨ªtica exterior, desde las supuestas adscripciones bolivarianas iniciales a la moderaci¨®n pragm¨¢tica de la mayor¨ªa de naciones del continente se produjo la semana pasada cuando Humala vol¨® a Washington para entrevistarse con Barack Obama. El presidente de EE UU afirm¨® que el Per¨² se ha convertido en uno de los socios m¨¢s estables y fiables en la regi¨®n. La visita supuso un respaldo claro a Humala, pero de nuevo suscit¨® cr¨ªticas entre los sectores que ven con desconfianza las alianzas que el presidente peruano est¨¢ tejiendo con los empresarios, con Estados Unidos y con amplias capas de las clases medias. Pero el Per¨² sigue siendo el segundo productor del mundo de coca y EE UU el primer consumidor de coca¨ªna, y Humala necesita que la relaci¨®n entre ambos pa¨ªses se ampl¨ªe m¨¢s all¨¢ del siempre espinoso problema del combate al narcotr¨¢fico. Si buscaba un certificado cum laude al gran viraje moderador de su mandato, no cabe duda de que lo ha conseguido, le digo.
¡ª Yo creo que era importante reforzar la relaci¨®n con Estados Unidos. Me congratulo de que Washington vea en el Per¨² un socio estable, un socio importante en Am¨¦rica Latina porque eso no se consigue de la noche a la ma?ana. No es un tema de suerte, es un tema de trabajo. Y esto qu¨¦ involucra, un mayor acercamiento comercial, un mayor acercamiento cultural, con todas las ventajas que trae esto, con Estados Unidos; pero tambi¨¦n era importante para nosotros fortalecer la relaci¨®n con Estados Unidos para que tambi¨¦n ellos asuman su responsabilidad, las responsabilidades compartidas con el Per¨² en la lucha contra el tr¨¢fico il¨ªcito de drogas. Pero nosotros hemos querido hacer con la visita, armar o tener, hacer una agenda m¨¢s ambiciosa. Hemos hablado de temas de educaci¨®n, del tema de becas de estudio, capacitaciones, peque?as y microempresas, porque normalmente lo tradicional de la relaci¨®n del Per¨² con Estados Unidos es la lucha contra las drogas, eso es lo normal. Hoy d¨ªa lo hemos abierto a otras ¨¢reas y esto gracias a que nos convertimos con Estados Unidos en socios, en mejores socios, y Estados Unidos nos ve como uno de los pa¨ªses m¨¢s estables. Esa es la ventaja que nos da esto.
El poder y sus exigencias
¡°[Denegar el indulto al expresidente Fujimori] hace creer en el Estado¡±
Una madrugada a finales de octubre del a?o 2000 Humala y su hermano Antauro protagonizaron un pronunciamiento militar contra el presidente Fujimori, convertido desde a?os antes en r¨¦gimen corrupto y dictatorial y hoy preso por cr¨ªmenes de lesa humanidad, entre otros desmanes. Tanto Ollanta como Antauro fueron amnistiados por el Congreso. Tiempo despu¨¦s, Antauro protagoniz¨® otra asonada, por la que a¨²n sigue en la c¨¢rcel. Humala viene ahora de denegar una petici¨®n de indulto al expresidente, asunto doblemente delicado porque una parte de la pol¨ªtica peruana mantiene en consideraci¨®n al antiguo mandatario, como se puso de manifiesto en los votos cosechados por su hija Keiko en las ¨²ltimas elecciones, y porque, naturalmente, quien hab¨ªa de conceder o denegar la gracia protagoniz¨® un levantamiento militar contra el hoy preso, lo que acaba de trenzar de forma inextricable todas las cuestiones que subyacen al ejercicio del poder desde tiempo inmemorial: el mando, la moral, el Estado, las relaciones personales.
¡ª Eso lo he puesto a un costado, eso no ha pesado absolutamente nada sobre mi decisi¨®n. Primero yo lo que he hecho es abstraerme como persona en lo posible para tomar una decisi¨®n lo m¨¢s descarnada posible, lo m¨¢s objetiva posible, pero tambi¨¦n lo que no puedo abstraerme es de la ¨¦tica y la moral.
¡ª Usted ha manifestado que comprende el dolor de una familia cuando uno de sus miembros est¨¢ en la c¨¢rcel. Pero al final en el caso de Fujimori se impuso la raz¨®n de Estado, con el agravante de que este jam¨¢s expreso arrepentimiento por los desmanes cometidos. Hay quien considera que esa decisi¨®n suya le ha costado a usted algunos puntos en las encuestas.
¡ª Como le digo, a m¨ª no me han elegido para ser miss Simpat¨ªa. Eso ha sido lo m¨¢s irrelevante de mi decisi¨®n. Ni siquiera me he puesto a pensar en eso, porque yo estoy primero tranquilo con mi conciencia, puedo mirar a la gente tranquilo, y a mi familia la puedo mirar tranquilo, y en segundo lugar creo que he dado confianza en el Estado. Mi pol¨ªtica tambi¨¦n es consolidar el Estado. Hoy d¨ªa dentro del tema que est¨¢bamos hablando de informalidad, hay un problema que es la gente que no respeta al Estado, no respeta a las instituciones como la presidencia de la Rep¨²blica, el Congreso, etc¨¦tera, no se respeta; entonces no habr¨¢ institucionalidad si no creamos respeto en los poderes del Estado. Acciones de esta naturaleza hacen creer en el Estado y est¨¢ por encima de encuestas, qu¨¦ tiene que ver una encuesta si le ponen tanto o no, eso es lo m¨¢s irrelevante. El Estado no funciona por encuestas, no funciona por la presi¨®n medi¨¢tica, por la presi¨®n de los internos, la cosa se resuelve ac¨¢, no funciona sobre la base de cartas, audios, v¨ªdeos, no, no, eso es irrelevante; eso es como yo digo, para la Lima criolla y jaranera como dice el vals; pero para el jefe del Estado, eso no funciona.
¡ª Hablando del respeto a la presidencia y a las instituciones en general, no debe ayudar tampoco a la imagen del Per¨², dentro y fuera, la situaci¨®n de los exmandatarios: Fujimori est¨¢ en la c¨¢rcel, los expresidentes Alan Garc¨ªa y Alejandro Toledo est¨¢n siendo investigados por alegaciones de corrupci¨®n. Son asuntos de distinta gravedad, naturalmente, nada que ver con los excesos de Fujimori, aun as¨ª no debe resultar f¨¢cil.
¡°Los presidentes de Unasur tenemos una relaci¨®n de amigos. Eso ayuda¡±
¡ª En el Ej¨¦rcito decimos que el grado conlleva honores, pero conlleva obligaciones tambi¨¦n. Uno no puede arrastrar el bast¨®n de general, uno no puede arrastrar la banda presidencial. Como presidente, uno no es un ciudadano libre, porque representa al Estado. No es lo mismo una persona en la calle que puede hacer lo que quiera y si comete un delito lo meten preso. Como jefe de Estado uno representa a la naci¨®n y no puede darse el lujo de arrastrar la banda presidencial. Uno debe cuidarse en eso y, como decimos en el Per¨², toco madera para que no pasen las cosas que otros pasan, a aprender en pellejo ajeno, como decimos con el refr¨¢n lime?o. El primer responsable del respeto a la instituci¨®n presidencial son los expresidentes y yo entiendo, porque as¨ª como es dif¨ªcil ser presidente, tal vez sea m¨¢s dif¨ªcil ser expresidente. Ahora, lo que nosotros, lo que yo hago, es, primero, repudio cualquier tipo de persecuci¨®n pol¨ªtica. Que funcione el Estado de derecho. En el caso del expresidente Toledo creo que ¨¦l tiene que aclarar las denuncias que est¨¢n en su entorno o que giran en torno a ¨¦l, mejor dicho, y creo que mientras m¨¢s r¨¢pido lo haga va a ser mejor para ¨¦l. En el caso del expresidente Garc¨ªa, lo mismo. Si hay una investigaci¨®n que se le est¨¢ haciendo sobre el tema, varios temas, pero el tema delicado es el tema de los narcoindultos [narcotraficantes que salieron en libertad supuestamente tras pagar por sus indultos]; yo creo que hay que darle todo el respeto porque ¨¦l ha sido expresidente, y dos veces. Pero que tambi¨¦n tenga que explicar. Lo que no puede ser es una falta de explicaci¨®n.
La conversaci¨®n se acerca a su fin. En el sal¨®n dorado del palacio presidencial resuenan todav¨ªa las cifras, los planes, han sido tantas las ambiciones para el Per¨² que el presidente ha ido desgranando a lo largo de la charla que resulta inevitable, a modo de coda, preguntarle por la continuidad de sus proyectos cuando acabe su mandato en 2016. La posibilidad de un segundo mandato consecutivo, que se ha ido extendiendo en toda Am¨¦rica Latina en los ¨²ltimos a?os, no es una posibilidad en el Per¨² y la fragmentaci¨®n pol¨ªtica, tanto del oficialismo como de la oposici¨®n no auguran un panorama despejado o de continuismo dentro de tres a?os.
¡ª Yo creo mucho en la institucionalidad en el sentido de que estos proyectos que estamos construyendo hay que compartirlos con las principales fuerzas pol¨ªticas. No sabemos qui¨¦n va a ser el que me suceda en 2016. Sabemos que ya hay algunos candidatos que adelantaron su campa?a. Nosotros lo que creemos es que a los principales proyectos tenemos que ponerles una especie de rango de ley compartido con las fuerzas pol¨ªticas para que sea respetado. Para que el que llegue siga la obra.
¡ª ?Ve riesgos para su obra de gobierno en 2016?
¡ª No. No ser¨ªa un riesgo porque tenemos una fuerza pol¨ªtica [Partido Nacionalista Peruano], que es la columna vertebral de [la alianza electoral] Gana Per¨². Yo creo que el partido se va a presentar al proceso y veremos la respuesta del pueblo, ?no? Eso es importante para darle continuidad a todo¡ a este proyecto. Y en la trinchera que me encuentre defenderemos este proyecto.
Las preguntas formales han acabado, pero las reflexiones sobre el poder, el Gobierno, el Estado, los ciudadanos se alargan mientras recogemos las grabadoras y las luces de las c¨¢maras est¨¢n por apagarse. ¡°Yo siento que el poder me quiere aislar de la gente¡±, dice Humala, y su pensamiento suena extra?amente veraz en la inmensidad del sal¨®n dorado en el que estamos, con su extra?o e inquietante parecido al sal¨®n de los espejos de Versalles, seguramente la met¨¢fora m¨¢s potente en toda la historia de la lejan¨ªa entre el gobernante y los gobernados. ¡°Me quieren poner un carro con seguridad, con ch¨®fer; nadie me toca; no huelo a la gente. Entonces yo no uso ch¨®fer, seguridad al m¨ªnimo, muchas veces salgo sin seguridad y cuando llego a un pueblo saludo a todos¡±.
¡ª ?Cree que eso ayuda a ser mejor gobernante?
¡ª Me ayuda a mantener la sensibilidad y creo que s¨ª, tambi¨¦n a ser mejor gobernarte. Yo le digo, entro en un pueblo y me paso 10 minutos, 20 minutos saludando a todos, a todos los que puedo ?no? y despu¨¦s subo al estrado. Hace 50 a?os pod¨ªas invisibilizar a los pobres; hoy d¨ªa no. Hoy d¨ªa ellos son una fuerza y por eso ellos tambi¨¦n deben de estar considerados en el presupuesto de la Rep¨²blica.
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