Dilma Rousseff propone un refer¨¦ndum para reformar la Constituci¨®n

Nadie lo esperaba. Despu¨¦s de 18 d¨ªas actuando a remolque de la calle, Dilma Rousseff sorprendi¨® a la clase pol¨ªtica, a la prensa y, quiz¨¢s, tambi¨¦n a la calle. Se sab¨ªa que iba a reunirse con representantes del Movimiento por el Pase Libre, la organizaci¨®n que consigui¨® la anulaci¨®n de la subida en las tarifas del transporte p¨²blico. Y que despu¨¦s recibir¨ªa a los 27 gobernadores del pa¨ªs y a 26 alcaldes de las principales ciudades. Pero, entre ambos encuentros, la presidenta dej¨® pasar las c¨¢maras al palacio presidencial de Planalto y advirti¨®: ¡°Las calles nos est¨¢n diciendo que quieren que el ciudadano, y no el poder econ¨®mico, est¨¦ en primer lugar. [¡­] La energ¨ªa que viene de las calles es mayor que cualquier obst¨¢culo. No tenemos que quedarnos inertes, incomodados o divididos. Por eso traigo propuestas concretas y la disposici¨®n para que discutamos al menos cinco pactos¡±.

Los otros cuatro pactos implican acuerdos fiscales, de sanidad, transporte y educaci¨®n. Pero el principal es el que plantea una reforma pol¨ªtica. Muchas veces se hab¨ªa planteado en Brasil sobre esa reforma. Pero las propuestas terminaban siempre frenadas por el Congreso. Ahora Rousseff plantea la convocatoria de un refer¨¦ndum que autorice a convocar una asamblea constituyente. Y que esa asamblea se encargue de abordar la tan ansiada reforma. Era una propuesta a la altura de las mayores manifestaciones que ha vivido Brasil desde los a?os ochenta, cuando tras salir de la dictadura, partidos y sindicatos organizaron movilizaciones para exigir elecciones directas. ¡°Brasil ya est¨¢ maduro para avanzar¡±, se?al¨® Rousseff.

La presidenta no aport¨® detalles ni contenidos sobre la consulta popular. Pero recalc¨® que una de las cuestiones fundamentales de la reforma ser¨ªa la lucha contra la corrupci¨®n, uno de las quejas que m¨¢s se han escuchado en las manifestaciones. ¡°Debemos dar prioridad al combate contra la corrupci¨®n de manera aun m¨¢s contundente¡±, indic¨®. ¡°En ese sentido, una iniciativa fundamental es una nueva legislaci¨®n que clasifique la corrupci¨®n dolosa como delito atroz, con penas mucho m¨¢s severas¡±, indic¨®.

Con esa iniciativa, Rousseff parece atender lo que las calles llevan casi tres semanas reclamando: medidas concretas. Los ciudadanos se han cansado de los discursos h¨¢bilmente elaborados por asesores de imagen. Por eso, las manifestaciones continuaron tras el discurso presidencial que se emiti¨® el viernes en todos los canales del pa¨ªs.

Un d¨ªa despu¨¦s de aquel discurso, 60.000 personas se concentraron en Belo Horizonte para protestar por la gesti¨®n del Mundial de 2014. El domingo se registraron unas 20 marchas en el pa¨ªs, aunque la mayor¨ªa de ellas apenas llegaban a los 5.000 manifestantes. El lunes por la ma?ana murieron dos mujeres atropelladas cuando se manifestaban junto a 400 personas por la mejora de los servicios p¨²blicos en una carretera de la localidad brasile?a de Cristalina, en el estado de Goi¨¢s. Con ellas son ya cuatro las v¨ªctimas mortales de las protestas que comenzaron el 6 de junio.

Aquel discurso del viernes fue acogido entre la expectaci¨®n y el recelo. Dos de cada tres ciudadanos en la ciudad de S?o Paulo eran partidarios de continuar con las protestas. Rousseff prometi¨® que contratar¨ªa m¨¦dicos extranjeros para afrontar los problemas de la sanidad y eso gener¨® muchos rechazo entre las asociaciones brasile?as. Sin embargo el lunes, Rousseff aclar¨® que s¨®lo se recurr¨ªa a los m¨¦dicos de fuera cuando no haya otra opci¨®n.

Los convocantes de las primeras manifestaciones, el Movimiento por el Pase Libre, ya pueden anotarse grandes logros en su historial. Primero, consiguieron la rebaja de los 20 c¨¦ntimos. Y ahora, la propuesta presidencial para emprender una gran reforma pol¨ªtica. Pero no qued¨® ah¨ª la cosa. El lunes por la ma?ana, antes de conocerse el anuncio de Dilma Rousseff, el Gobernador del Estado de S?o Paulo, Geraldo Alckim, miembro del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), escorado al centro derecha a pesar de su nombre, anunci¨® ayer otra gran medida concreta: la cancelaci¨®n durante un a?o la subida en el peaje de las autopistas del Estado prevista para el 1 de julio.

Geraldo Alckmin neg¨® que la suya fuese una medida populista. Y asegur¨® que la suspensi¨®n del aumento ser¨ªa posible gracias a que iba a renegociar las condiciones del contrato con las empresas concesionarias, a implantar multas por el retraso en las obras y a racionalizar el gasto.

Tras el anuncio efectuado el lunes, Dilma Rousseff sigui¨® reunida con los alcaldes y gobernadores. Ahora s¨®lo cabe esperar la respuesta de las calles.