El Fondo Ana Frank de Basilea recupera los archivos que cedi¨® a Holanda
La justicia holandesa ordena a la Casa de Ana Frank que remita los papeles a Suiza este a?o
La justicia holandesa ha ordenado a la Casa de Ana Frank, en ?msterdam, que devuelva al Fondo de Ana Frank, abierto en Basilea (Suiza), los archivos que le pertenecen. Se trata de miles de documentos, que ocupan 4,5 metros, y pertenecen a Otto Frank, padre de la ni?a jud¨ªa autora del Diario sobre el Holocausto m¨¢s le¨ªdo del mundo. El Fondo los cedi¨® en 2007 y pidi¨® su regreso en 2010. La Casa de Ana Frank, sin embargo, cuestionaba la propiedad de parte de las cartas y fotos de la familia, y el caso acab¨® en los tribunales. Ahora tendr¨¢ que retornarlos antes del 1 de enero de 2014.
¡°No esper¨¢bamos otra cosa. El archivo es de Otto Frank. Las leyes internacionales estaban claras y la situaci¨®n tambi¨¦n¡±, ha dicho Yves Kugelman, miembro de la junta del Fondo, al conocer la sentencia. ¡°La Casa de Ana Frank lamenta que estas dos organizaciones se hayan enfrentado. Ojal¨¢ que podamos seguir colaborando a partir de ahora en inter¨¦s del legado y el esp¨ªritu de Ana Frank¡±, ha replicado Ronald Leopold, su director. La Casa tambi¨¦n subraya que no disputaba la propiedad de todo el archivo, sino su regreso. ¡°Cre¨ªamos que se trataba de una cesi¨®n a largo plazo¡±, dicen.
La pugna no afecta al Diario de Ana Frank, donado por Otto al Estado holand¨¦s despu¨¦s de la II Guerra Mundial. S¨ª ha mostrado, por el contrario, la diferencia de enfoque dado por el Fondo y la Casa a la preservaci¨®n de la memoria del Holocausto. El primero quiere crear, en Fr¨¢ncfort, ciudad natal de Ana, el Centro de la Familia Frank con ayuda del Museo Jud¨ªo y el ayuntamiento. Por eso ped¨ªan la vuelta del archivo. Desde hace d¨¦cadas repudian, por otro lado, lo que llaman uso comercial de la ni?a. Consideran que la han convertido en una marca, ¡°cuando el padre solo quer¨ªa un centro de reuni¨®n para j¨®venes¡±, seg¨²n Kugelman. La Casa-Museo holandesa rechaza la cr¨ªtica. Sus responsables aseguran que la historia de la chica no se presenta fuera del contexto hist¨®rico y promueven la tolerancia con programas educativos.
La familia Frank, jud¨ªos alemanes originarios de Fr¨¢ncfort, emigraron a Holanda entre 1933 y 1934. Ana ten¨ªa entonces cinco a?os. En 1942, dos a?os despu¨¦s de la invasi¨®n nazi, tuvieron que esconderse en la parte de atr¨¢s de las oficinas comerciales del padre, fabricante de pectina. La casa estaba en el n¨²mero 263 de Prinsengracht, uno de los canales de ?msterdam. Delatados en 1944, Ana, su madre Edith, y su hermana, Margot, perecieron en los campos de concentraci¨®n. Tampoco volvieron los cuatro amigos que se ocultaron con ellos. S¨®lo sobrevivi¨® el padre, que a su regreso decidi¨® publicar el Diario escrito por la ni?a en el escondite. La obra, de obliga lectura en muchos colegios, lleva vendidos 30 millones de ejemplares en 60 lenguas.
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