Argentina cambia la c¨²pula militar
El nuevo jefe del Ej¨¦rcito est¨¢ investigado por supuestas violaciones de los derechos humanos
La presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, decidi¨® este mi¨¦rcoles renovar toda la c¨²pula militar de su pa¨ªs. En diez a?os de kirchnerismo en el poder ha habido algunos cambios de jefes castrenses, pero solo en 2003, apenas asumi¨® la presidencia N¨¦stor Kirchner, se hab¨ªa dispuesto un recambio de mandos en las tres fuerzas armadas, como ahora. La renovaci¨®n responde al cambio de ministro de Defensa, cargo que antes ocupaba Arturo Puricelli, un peronista tradicional de estrechos v¨ªnculos con EE UU, y que ahora est¨¢ en manos de Agust¨ªn Rossi, un correligionario m¨¢s volcado a la izquierda.
La remoci¨®n de los anteriores jefes del Ej¨¦rcito, la Marina, la Fuerza A¨¦rea y el Estado Mayor Conjunto no hubiera llamado mucho la atenci¨®n si no fuera por uno de los nuevos nombramientos. Al frente del Ej¨¦rcito ha quedado C¨¦sar Milani, un general que est¨¢ siendo investigado por su supuesta participaci¨®n en violaciones a los derechos humanos en la represi¨®n de la guerrilla en el Gobierno de Isabel Per¨®n (1973-1976). El terrorismo de Estado hab¨ªa comenzado antes del golpe militar de 1976. En marzo pasado un fiscal de la provincia de Tucum¨¢n, donde las Fuerzas Armadas desplegaron en 1975 el Operativo Independencia contra el marxista Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP), pidi¨® el legajo de Milani. All¨ª consta que en aquel a?o Milani estuvo destinado a Tucum¨¢n. No obstante, nunca ha sido imputado por ning¨²n crimen en particular. Milani adem¨¢s es conocido por sus buenos contactos con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), una organizaci¨®n de defensa de los derechos humanos que participa como querellante en numerosos juicios por delitos de lesa humanidad de la ¨²ltima dictadura militar de Argentina (1976-1983) y que entre sus miembros figuran varios personajes p¨²blicos que apoyan al kirchnerismo. Fue Kirchner quien impuls¨® que los criminales del r¨¦gimen militar fueran condenados, despu¨¦s de las amnist¨ªas que los hab¨ªan dejado libres entre 1986 y 1990.
La oposici¨®n reaccion¨® con cr¨ªticas a la designaci¨®n de Milani. ¡°Es un personaje nefasto¡±, opin¨® el senador radical Gerardo Morales, que augur¨® que los colectivos de derechos humanos van a rechazar su nombramiento. Fernando Pino Solanas, diputado del centroizquierdista Proyecto Sur, nuevo aliado del radicalismo, dijo que ¡°alarma la orientaci¨®n en pol¨ªtica de defensa que est¨¢ tomando el Gobierno: Milani est¨¢ sospechado de haber actuado en el Operativo Independencia¡±. Solanas critic¨® que "el desmantelamiento y abandono material de las Fuerzas Armadas es sistem¨¢tico y constante, con las m¨¢s bajos niveles hist¨®ricos de inversi¨®n y de relaci¨®n entre el PBI y el gasto¡±.
El ministro de Defensa defendi¨® a Milani: "Tiene, como el resto de los otros tres jefes que fueron designados, una foja de servicios m¨¢s que importante. Obviamente los legajos personales de cada uno de los jefes de las fuerzas designados son minuciosamente analizados. Y en el caso espec¨ªfico de Milani todo esto fue debatido en su ¨²ltimo ascenso (a general), que tuvo el acuerdo necesario del Senado¡±. Rossi, exjefe del grupo de diputados kirchneristas, tambi¨¦n justific¨® el recambio de jefes por una necesidad de ¡°oxigenaci¨®n¡± y ¡°nuevo perfil¡± del ¨¢rea de Defensa a partir de su designaci¨®n como ministro: ¡°La renovaci¨®n de los cuadros dirigenciales es una cuesti¨®n indispensable y esa rotaci¨®n se da porque gran parte de la carrera militar est¨¢ asentada en la posibilidad de ir cumpliendo y ascendiendo en cada uno de los pelda?os". Rossi a?adi¨® que en una estructura "tan r¨ªgida" y "piramidal" como la militar estos cambios ¡°permiten que los ascensos se vayan consolidando y as¨ª se encuentren espacios que se liberen¡±.
En 2003, la anterior vez en que un Gobierno argentino hab¨ªa cambiado toda la c¨²pula militar, Kirchner acaba de asumir la presidencia y desconfiaba de los jefes que hab¨ªa heredado de su antecesor, el tambi¨¦n peronista Eduardo Duhalde. Kirchner iba a emprender entonces una embestida contra los criminales de la dictadura y necesitaba contar con jefes de m¨¢xima lealtad para evitar insurrecciones como las que sufrieron los presidentes argentinos Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989) y Carlos Menem (1989-1999). El contexto del cambio actual es muy distinto. Las Fuerzas Armadas se encuentran subordinadas a la autoridad civil y han aceptado los juicios contra los responsables del terrorismo de Estado. Habr¨¢ que ver qu¨¦ sucede con la cooperaci¨®n militar con EE UU, que el anterior ministro Puricelli, ahora a cargo de la cartera de Seguridad, hab¨ªa vuelto a cultivar entre 2010 y 2013.
El Estado argentino dedica al gasto militar el 0,9% del PIB, frente al 6% en educaci¨®n, el 4,4% en sanidad y el 3,8% en deuda p¨²blica. Su presupuesto de defensa es relativamente menor que el de Chile (3,2% del PIB), Per¨² (1,3%), Brasil (1,6%) y Colombia (3,6%), pero mayor que el de M¨¦xico (0,5%) e igual que el de Venezuela (0,9%).
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