La justicia dirime la disputa familiar de los Mandela sobre el destino de sus restos
La justicia ordena al nieto mayor que devuelva los restos de tres parientes a Qunu, donde el l¨ªder 'anti-apartheid' quiere ser enterrado
Los Mandela andan a la gre?a y aireando sus trapos sucios a la vista de todos, mientras el viejo patriarca permanece hospitalizado en el Mediclinic Heart de Pretoria en estado cr¨ªtico pero estable, seg¨²n el ¨²ltimo parte m¨¦dico que dio el lunes la presidencia de Sud¨¢frica.
Ni el delicado estado de salud de Nelson Mandela priva a sus descendientes de volver a los tribunales, ahora a cuenta de d¨®nde instalar el mausoleo familiar, si en Mvezo, la aldea natal de Madiba (como se conoce en Sud¨¢frica a Mandela), o en Qunu. En esta ¨²ltima localidad es donde el expresidente sudafricano pas¨® su infancia y habr¨ªa dejado escrito que quiere ser enterrado. No es un tema gratuito ni se est¨¢ debatiendo s¨®lo alrededor de una ubicaci¨®n. Entre los dos municipios, en el sureste del pa¨ªs, apenas distan una treintena de kil¨®metros pero la decisi¨®n final puede reportar beneficios y poder a quien se salga con la suya.
En 2011 Mandla Mandela, nieto del expresidente y jefe actual del clan, decidi¨® sin consultar a nadie trasladar los cuerpos de varios miembros de la familia de Qunu a Mvezo, la aldea donde vive y construye un hotel de lujo, que tambi¨¦n est¨¢ cuestionado porque pesa una denuncia de que se alzar¨ªa encima de una fosa com¨²n. Pero Mandla ha sufrido un serio rev¨¦s con el fallo de la justicia, que este mi¨¦rcoles ha confirmado que los restos de tres de los hijos del l¨ªder anti-apartheid deben ser inmediatamente exhumados y devueltos a Qunu.
M¨¢s all¨¢ del destino final de los despojos, lo que est¨¢ en juego es la explotaci¨®n p¨®stuma del expresidente sudafricano. As¨ª que si una vez muerto el abuelo se entierra en su t¨¦rmino municipal, el negocio est¨¢ asegurado porque la peque?a poblaci¨®n se convertir¨ªa en un destino tur¨ªstico o de peregrinaci¨®n de los muchos admiradores que tiene Mandela.
Pero el resto de la familia se opone a los planes del jefe del clan. Y le est¨¢n plantando cara. La cabeza visible de este grupo es Makaziwe, la hija mayor de Mandela, y la que m¨¢s papel p¨²blico est¨¢ teniendo durante la hospitalizaci¨®n de su padre. Makaziwe es fruto del primer matrimonio del expresidente, t¨ªa de Mandla y hermana de Makghato, el primog¨¦nito del h¨¦roe anti apartheid fallecido en 2005 de sida y a su vez padre de Mandla. Entre los cuerpos trasladados se encuentra el de Makghato y otros dos hijos del patriarca, muertos en 1948 y 1969, respectivamente.
Los ancianos del clan atribuyen a esta disputa que ¡°el alma de Mandela no est¨¢ en paz¡±
Makaziwe, junto a otros 15 familiares, llev¨® a Mandla a los tribunales para reclamar que los cad¨¢veres vuelvan al cementerio de Qunu. La semana pasada, un juzgado les dio la raz¨®n y, en principio, el jefe del clan anunci¨® que no pondr¨ªa obst¨¢culos. Sin embargo, no ha sido as¨ª y ahora ser¨¢ la justicia la que decida y se imponga en esta disputa familiar. Despu¨¦s de un aplazamiento, las dos partes enfrentadas se ver¨¢n las caras en el Tribunal Superior del Cabo Oriental en una vista p¨²blica, ya que los magistrados han desatendido la petici¨®n de Mandla de que fuera a puerta cerrada.
Por su parte, los ancianos del clan atribuyen a esta disputa que ¡°el alma de Mandela no est¨¢ en paz¡± y aseguran, seg¨²n sus creencias, que ¡°Tata (padre, otro apelativo para el Premio Nobel de la Paz de 1993) s¨®lo podr¨¢ ser liberado cuando sus antepasados se calmen porque los restos han vuelto a Qunu¡±, recoge el local Times.
Adem¨¢s, el conflicto entre t¨ªa y sobrino disgusta a los sudafricanos. En las puertas del hospital de Pretoria donde est¨¢ ingresado Mandela, la mayor¨ªa recrimina el comportamiento poco edificante de la familia, muy lejos de la bondad y generosidad que siempre ha transmitido Madiba. ¡°Se creen que Tata es suyo, y no. Mandela es de todos los sudafricanos¡±, dice una mujer que lleva unas flores ante el muro exterior que sirve de altar. ¡°Los buitres son ellos, no los periodistas¡±, se queja otra mujer en relaci¨®n a las palabras que Makaziwe dedic¨® a la prensa extranjera en su queja de que esperaban la muerte de su padre como ¡°buitres que esperan al b¨²falo¡±.
La tensi¨®n entre Makaziwe y Mandla no es ninguna novedad. Hace apenas tres meses y medio se significaron en bandos separados. La primog¨¦nita se alz¨® en contra de tres camaradas de Mandela anti apartheid que dirigen dos empresas que gestionan los derechos de imagen de Madiba. Las firmas las constituy¨® Mandela al salir de la c¨¢rcel tras 27 a?os preso para de alguna manera compensar a sus descendientes y asegurarles unos ingresos que se han revelado millonarios. Makaziwe, sus dos hermanas y parte de los numerosos nietos y bisnietos pelean para mantener el control y expulsar a los tres viejos amigos, a los que han llamado ¡°ladrones¡±, a pesar de que uno de ellos, Georges Bizos, fue el abogado defensor de Mandela que consigui¨® salvarlo de la cadena perpetua.
En este conflicto, Mandla se mantuvo al margen y, en una comparecencia en su poblado, se desmarc¨® de su t¨ªa asegurando que nadie le hab¨ªa informado sobre las denuncia. La misma argumentaci¨®n que Makaziwe utiliza ahora en su contra. El jefe del clan Mandela es un habitual en titulares de esc¨¢ndalos. Se le acus¨® de haber vendido en 2008 los derechos de retransmisi¨®n del funeral de su abuelo y aprovecharse del apellido durante la construcci¨®n del Museo Mandela en Mvezo. En la prensa rosa, apareci¨® cuando se supo que hab¨ªa repudiado a su hijo de 11 meses cuando se enter¨® de que en realidad era hijo de su hermano menor, con el que la esposa hab¨ªa mantenido una relaci¨®n extramatrimonial.
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