El gobierno egipcio estrecha el cerco sobre los Hermanos Musulmanes
Se le acusa de incitar a la violencia en la carga del lunes en la que murieron 51 islamistas Los Hermanos Musulmanes se niegan a tomar parte en el nuevo gobierno
Estrechando su cerco sobre los l¨ªderes de los Hermanos Musulmanes, que hasta la semana pasada gobernaron el pa¨ªs, la fiscal¨ªa del nuevo gobierno de Egipto orden¨® el mi¨¦rcoles el arresto del gu¨ªa supremo, Mohamed Badie, y otros nueve cabecillas de esa sociedad isl¨¢mica, acus¨¢ndoles de haber instigado la violencia en una carga policial y militar ocurrida en la madrugada del lunes, en la que fallecieron 55 islamistas partidarios del presidente depuesto Mohamed Morsi. Con Morsi y su c¨ªrculo m¨¢s estrecho de colaboradores bajo arresto militar, y las nuevas ¨®rdenes de detenci¨®n, la organizaci¨®n islamista corre el riesgo de quedar descabezada, tan acosada y perseguida como en los a?os de r¨¦gimen de Hosni Mubarak, cuando se ve¨ªa obligada a operar en clandestinidad.
Adem¨¢s de a Badie, la fiscal¨ªa orden¨® detener a su lugarteniente, Mahmud Ezzat, y dos de los l¨ªderes del Partido Libertad y Justicia, brazo pol¨ªtico de la hermandad, Essam el Eriam y Mohamed Beltagy. El mi¨¦rcoles, seg¨²n fuentes gubernamentales, segu¨ªan detenidos 206 islamistas y miembros de la hermandad detenidos tras la matanza. A otros 464 se les puso en libertad despu¨¦s de haber sido interrogados. El incidente ocurri¨® durante el rezo de la madrugada del lunes, frente al cuartel general de la Guardia Republicana, donde las fuerzas armadas retienen a Morsi. Los soldados y agentes de polic¨ªa cargaron desde dos puntos distintos, primero con gas lacrim¨®geno y luego con perdigones y abriendo fuego con sus fusiles.
El portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad el Haddad, dijo el mi¨¦rcoles que en su opini¨®n las ¨®rdenes de arresto obedecen a ¡°una campa?a de persecuci¨®n religiosa¡±. ¡°Este estado policial creado por el golpe de estado militar quiere acallar las protestas a favor de Morsi, quiere que desaparezcan nuestros campamentos. El gobierno militar ha acudido al poder judicial a pedirle que presente cargos con pruebas que le ha exigido a la polic¨ªa, para crear su propia narrativa. As¨ª funcionan los golpes¡±, a?adi¨®. Los simpatizantes de los Hermanos Musulmanes han acampado a miles en el distrito cairota de Ciudad Nasser, donde dicen que permanecer¨¢n hasta que se restituya en el poder a Morsi.
El inicio, el mi¨¦rcoles, del mes sagrado del Ramad¨¢n se recibi¨® en ese campamento con amargura y tensi¨®n. En el intenso calor de la tarde, y en pleno ayuno, el ¨¢nimo segu¨ªa siendo beligerante, las fotograf¨ªas de Morsi ubicuas. ¡°Aunque nos detengan a miles, esto no va a acabar. Piensan que pueden hacernos desaparecer¡±, dec¨ªa, nervioso, Abdul Raman Gani, un simpatizante de Morsi de 43 a?os. ¡°Primero nos matan a decenas y luego ordenan que detengan a nuestros l¨ªderes por las muertes. ?En qu¨¦ mente cabe que eso sea justicia?¡±.
El nuevo gobierno interino sigue buscando estabilizarse con decisiones de urgencia. El mi¨¦rcoles jur¨® su cargo el nuevo fiscal general, el juez Hisham Barakat, que sustituye a Talaat Abdul¨¢, elegido por Morsi. Un tribunal hab¨ªa declarado nulo el nombramiento de este ¨²ltimo la semana pasada, en las ¨²ltimas horas del anterior gobierno. Sobre Barakat recae ahora la responsabilidad de investigar tanto a Morsi y sus colaboradores m¨¢s cercanos, sobre quienes la fiscal¨ªa ha dicho recientemente que tiene indicios de que han cometido la falta de ¡°insultar al poder judicial¡±, como a los l¨ªderes de los Hermanos Musulmanes a los que se pueda detener por la carga frente al cuartel de la Guardia Republicana.
Las primeras decisiones del presidente han creado divisi¨®n entre los colectivos que apoyaron el golpe. Sobre todo, ha generado tensi¨®n el decreto emitido en la medianoche del martes en el que Masur se atribuye poderes casi plenos, con capacidad de declarar el estado de emergencia. Para muchos analistas, es la consumaci¨®n del golpe. ¡°Si esto no es un golpe de estado, no s¨¦ que puede serlo¡±, opina Nathan Brown, experto en Oriente Pr¨®ximo en la universidad de George Washington. ¡°Un golpe que tiene el apoyo popular, que se anuncia previamente, que se produce porque el presidente no ha obrado bien o que implica un regreso a un gobierno civil, sigue siendo un golpe¡±.
El movimiento juvenil Tamarod, que dijo haber recabado m¨¢s de 22 millones de firmas pidiendo que Morsi abandonara la presidencia y que organiz¨® las manifestaciones previas al golpe, ha sido muy cr¨ªtico con el decreto de Mansur. En un comunicado dijo que esa orden ejecutiva sienta las bases ¡°para una nueva dictadura¡±, porque ¡°establece que los principios de la sharia [ley isl¨¢mica] y sus normas, doctrina, jurisprudencia y fuentes, tal y como los entiende el islam sun¨ª, son las fuentes principales de legislaci¨®n¡±.
El gobierno interino, apoyado por los militares, se ha visto obligado a hacer concesiones al islamismo para poder mantener la imagen de unidad nacional frente a los Hermanos Musulmanes. El nuevo gobierno cuenta con el apoyo del partido salafista Nur, m¨¢s extremo en su interpretaci¨®n del islam que la hermandad. ¡°El nuevo gobierno quiere a toda costa que el levantamiento del 30 de junio no se entienda como una revuelta contra el islam, sino contra el gobierno autocr¨¢tico de los Hermanos Musulmanes¡±, explica el analista pol¨ªtico egipcio Bassem Sabry. ¡°Por eso, en ese decreto, el presidente ha hecho notables concesiones a los salafistas¡±.
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