¡°Snowden puede tener m¨¢s suerte que otros perseguidos¡±

Si Edward Snowden recibe el estatus de refugiado en Rusia ser¨¢ ¡°mucho m¨¢s afortunado que otros extranjeros necesitados de protecci¨®n, que son rechazados por las autoridades rusas y en los que nadie se fija¡±, en opini¨®n de Svetlana G¨¢nnushkina, presidenta de Ayuda Ciudadana, una ONG dedicada a asistir a los emigrantes y perseguidos que llegan a Rusia.

?¡°El asilo pol¨ªtico propiamente dicho es una prerrogativa del jefe del Estado y, que yo recuerde, solo se ha concedido una sola vez, y fue a Ayaz Mutal¨ªbov¡±, dice G¨¢nnushkina, por tel¨¦fono desde Mosc¨², refiri¨¦ndose al primer presidente de Azerbay¨¢n, a quien los ¨®rganos de seguridad de su pa¨ªs intentaron secuestrar mientras viv¨ªa en la capital rusa. Tras un largo periodo de ausencia, Mutal¨ªbov renunci¨® a toda actividad pol¨ªtica y regres¨® finalmente a Azerbay¨¢n en 2012. El ¡°asilo pol¨ªtico¡± est¨¢ reglamentado por un decreto del presidente Bor¨ªs Yeltsin que data de 1997 y seg¨²n el cual el solicitante de asilo pol¨ªtico tiene siete d¨ªas de plazo desde su llegada a Rusia para dirigir su solicitud al Ministerio del Interior.

Snowden podr¨ªa intentar acogerse a la categor¨ªa de ¡°refugiado¡±, estatus que el norteamericano podr¨ªa conseguir en un plazo de seis meses a partir de la fecha de solicitud, se?ala G¨¢nnushkina. En este caso, la petici¨®n debe ser efectuada al Servicio Federal de Emigraci¨®n, que tendr¨ªa tres meses para decidir. Si la respuesta fuera negativa, Snowden podr¨ªa apelar y su situaci¨®n deber¨ªa ser resuelta en otros tres meses. Pero si lo que solicita Snowden es ¡°asilo temporal¡±, entonces estar¨ªa pidiendo que le aplicaran una categor¨ªa que se concede por ¡°razones humanitarias¡± a personas que huyen de conflictos que ponen en peligro su vida, como la guerra civil de Siria, por ejemplo. Este asilo, que se otorga por un a?o, no implica que el solicitante est¨¦ ¡°personalmente¡± perseguido y puede concederse a aquellos que podr¨ªan aspirar al estatus de refugiado, pero no quieren hacerlo, explica G¨¢nnushkina.

En todo caso, ¡°darle o no darle el estatus de refugiado a Snowden depender¨¢ de si le resulta beneficioso o no a Rusia,¡±. Las autoridades rusas no se prodigan precisamente a la hora de aceptar ¡°refugiados¡±. La activista calcula que quienes son aceptados como tales suponen entre un 3% y un 10% del total de solicitantes. A mediados de 2013 en Rusia hay 740 personas con ese estatus, se?ala la activista, seg¨²n la cual, esta es ¡°una cifra insignificante si se compara con 2.000 refugiados de Suiza, los 12.000 de la India y un mill¨®n en EE UU¡±. La mayor¨ªa de ¡°refugiados¡± en Rusia son de origen afgano, y hay tambi¨¦n un contingente menor de personas procedentes de Georgia.

Las puertas de Rusia estuvieron mucho m¨¢s abiertas en el pasado, seg¨²n muestran las estad¨ªsticas del SFE. En 1997 resid¨ªan en el pa¨ªs m¨¢s de 239.300 refugiados, pero en 1998, esta cifra se hab¨ªa reducido a 128.000. En 1999, eran ya 79.000, y en el a?o 2000, el primero de la presidencia de Vlad¨ªmir Putin, el n¨²mero de refugiados se contrajo hasta 26.000, de los cuales la mayor¨ªa ven¨ªa de conflictos en el C¨¢ucaso. En 2004 el total de refugiados era de 614, y desde entonces, la cifra m¨¢s alta ha sido de 826 refugiados en 2012. En ese a?o, los acogidos al asilo temporal sumaban casi 3.000 personas.

Por su trabajo, G¨¢nnushkina ha tratado muchos casos de personas que las autoridades de Rusia han rechazado como ¡°refugiados¡±. En funci¨®n de su propia experiencia, la activista dice haber conocido las siguientes categor¨ªas en las ¡°que nadie se fija¡±: Mujeres de pa¨ªses musulmanes que huyen de la violencia de g¨¦nero y de maridos que las han comprado como esposas; Afganos pertenecientes a las estructuras de poder apoyadas por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, entre ellos los que lucharon en la guerra civil;? Ni?os hu¨¦rfanos que han venido de pa¨ªses como Pakist¨¢n o Irak y que no tienen adonde volver;? V¨ªctimas de conflictos en ?frica, perseguidos pol¨ªticos en pa¨ªses como Uzbekist¨¢n y Corea del Norte y? coptos de Egipto.

Cree G¨¢nnushkina que el caso Snowden es importante para reflexionar sobre el control social sobre los ¨®rganos de seguridad y sobre la necesidad de que las pr¨¢cticas de los servicios se ajusten a las ley. ¡°Es posible que en una ¨¦poca de lucha contra el terrorismo sea necesario someter a la poblaci¨®n a una vigilancia total. Pero entonces, esta situaci¨®n debe ser legalizada y los ciudadanos deben saber que los servicios tienen ese derecho¡±, afirma.