El Parlamento brit¨¢nico ordena adecuar la ley que permiti¨® el espionaje

El Comit¨¦ de Seguridad e Inteligencia de la C¨¢mara de los Comunes ha llegado a la conclusi¨®n de que las escuchas realizadas por los servicios secretos brit¨¢nicos a trav¨¦s del programa estadounidense Prisma cumplieron con las obligaciones legales vigentes. Los diputados, sin embargo, han decidido examinar si la actual legislaci¨®n en la materia es adecuada debido a que en algunos aspectos ¡°est¨¢ expresada en t¨¦rminos generales¡±.

De esta manera, el comit¨¦, presidido por el ex ministro conservador sir Malcolm Rifkind e integrado por diputados de todos los partidos y dos miembros de la c¨¢mara de los lores, exonera al Gobierno y a los propios servicios secretos de las acusaciones del diario The Guardian, que al publicar los informes secretos que le hizo llegar Edward Snowden dio a entender que la interceptaci¨®n de ese material se hab¨ªa realizado sorteando la ley brit¨¢nica.

Los diputados no dan ning¨²n detalle de por qu¨¦ han llegado a esa conclusi¨®n y se limitan a describir el potencial problema, dar cuenta de los materiales que han manejado y dar a conocer su dictamen. En concreto, el objetivo de su investigaci¨®n era delimitar si el cuartel general de escuchas brit¨¢nico, conocido por las siglas GCHQ, hab¨ªa accedido ilegalmente al programa Prisma ¡°y en consecuencia a comunicaciones en Reino Unido sin la pertinente autorizaci¨®n¡±. Su conclusi¨®n es que esa acusaci¨®n ¡°es infundada¡±.

Esa conclusi¨®n se ha alcanzado tras escrutar el acceso del GCHQ al contenido de las comunicaciones, el marco legal que gobierna ese acceso y los acuerdos que tiene el GCHQ con sus hom¨®logos de ultramar para compartir esa informaci¨®n. El GCHQ ha suministrado a los investigadores parlamentarios ¡°una lista de operaciones antiterroristas para las que el GCHQ era capaz de obtener inteligencia en cualquier ¨¢rea relevante; una lista de todos los individuos que han sido sometidos a control a trav¨¦s de esos acuerdos que o bien se cre¨ªa que estaban en Reino Unido o bien fueron identificados como nacionales de Reino Unido; una lista de cada selector [como una direcci¨®n de correo electr¨®nico] para esos individuos de la que se solicitaba inteligencia; una lista de ¨®rdenes judiciales y autorizaciones internas activadas para cada uno de los individuos que estaban en el punto de mira; cierto n¨²mero de informes de inteligencia [solicitados por nosotros] que se realizaron como consecuencia de esa actividad; y los acuerdos formales que regulan el acceso a ese material¡±.

En un viaje a EE UU, los miembros del Comit¨¦ de Inteligencia y Seguridad de los Comunes comentaron el programa con la NSA (el equivalente estadounidense al GCHQ) y con el Congreso.

En un ¨²ltimo apartado del informe que lleva el encabezamiento Pr¨®ximos pasos, los parlamentarios se?alan: ¡°Aunque hemos concluido que el GCHQ no ha sorteado o intentado sortear la ley brit¨¢nica, es correcto considerar adem¨¢s si el marco estatutario que en la actualidad gobierna el acceso a las comunicaciones sigue siendo adecuado¡±. ¡°En algunas ¨¢reas¡±, a?ade el texto, ¡°la legislaci¨®n se expresa en t¨¦rminos generales y el GCHQ ha puesto en marcha, con raz¨®n, pol¨ªticas y procedimientos m¨¢s detallados para asegurar que cumple con sus obligaciones estatutarias bajo la ley de Derechos Humanos de 1998¡±. Por eso examinan de ahora la interacci¨®n entre la ley de Servicios de Inteligencia, la ley de Derechos Humanos y la ley de Regulaci¨®n de Poderes Investigadores.