El Gobierno portugu¨¦s supera su quinta moci¨®n de censura de la legislatura
El Ejecutivo de Passos Coelho negocia con la oposici¨®n un acuerdo ¡°de salvaci¨®n nacional¡±
Hace unos d¨ªas un diputado asegur¨® que desde hace dos semanas el caos est¨¢ institucionalizado en Portugal. Es una frase muy repetida desde entonces. El Gobierno se encuentra, en una suerte de estado en funciones, con una renovaci¨®n pendiente solicitada por el primer ministro, Pedro Passos Coelho, y todav¨ªa no refrendada por el presidente de la Rep¨²blica, An¨ªbal Cavaco Silva. ?ste, a su vez, exigi¨®, para refrendarla, hace una semana, a los tres partidos con posibilidades de gobernar (los conservadores y los democristianos que forman la coalici¨®n del Gobierno y los socialistas, en la oposici¨®n) que lleguen a un acuerdo de ¡°salvaci¨®n nacional¡± encaminado a garantizar una estabilidad necesaria a medio plazo para superar la crisis econ¨®mica. Para ilustrar la esquizofrenia pol¨ªtica que vive el pa¨ªs, hoy se ha desarrollado una moci¨®n de censura ¡ªla quinta de la legislatura¡ª impulsada por los Verdes en la que el Partido Socialista vot¨® afirmativamente. Es decir: por un lado, los diputados socialistas y conservadores se acusan mutuamente de incompetencia a la hora de conducir la crisis en el parlamento mientras, por otro, tratan de llegar a un acuerdo de alcance que evite el marasmo institucional.
Desde que el presidente de la Rep¨²blica pusiera al pa¨ªs en estado de choque al paralizar la renovaci¨®n del Gobierno, los representantes de las formaciones comprometidas en ese acuerdo se han reunido en cinco ocasiones sin alcanzar todav¨ªa ninguna soluci¨®n. No son reuniones de palabras vanas, seg¨²n lo poco que ha transcendido de las discusiones. Cavaco Silva exige que los tres partidos se juramenten en que har¨¢n lo posible para que termine de forma adecuada la tutela de la troika en junio de 2014, que para entonces se convoquen elecciones y que ciertas cuestiones claves de Estado que no sean puestas en duda una vez pasados los comicios (determinados compromisos con el d¨¦ficit y la deuda, entre otros...). El conservador PSD del primer ministro Passos Coelho no est¨¢ de acuerdo con adelantar las elecciones y quiere terminar la legislatura. El Partido Socialista se niega a aceptar que la reforma del Estado ¡ªprometida por el Gobierno hace meses y ya pactada con la troika¡ª pase por una nueva oleada de recortes equivalentes a 4.700 millones de euros, centrados, sobre todo, en el despido de funcionarios y en el ahorro en ministerios como el de Educaci¨®n o Sanidad.
En el debate de hoy, Passos Coelho ha tentado en varias ocasiones a los socialistas para que se sumen al acuerdo. Pero el principal partido de la oposici¨®n y formaci¨®n por delante en todos los sondeos, sabe que esta invitaci¨®n es un regalo envenenado y que el mismo acuerdo acarrea unos riesgos inmensos. Varios hist¨®ricos l¨ªderes socialistas ya se lo han advertido. El exprimer ministro y expresidente de la Rep¨²blica, M¨¢rio Soares, referencia de toda la izquierda portuguesa, ha asegurado que conf¨ªa en que el secretario general del PS, Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, no firme ning¨²n acuerdo con el centro derecha. ¡°Esto podr¨ªa dar lugar a una escisi¨®n del Partido Socialista¡±, ha advertido. Desde el otro lado de la tenaza, grupos de empresarios urgen a los tres partidos a que lleguen cuanto antes a una soluci¨®n a fin de acabar con una crisis pol¨ªtica que est¨¢ durando mucho y que cuartea m¨¢s a la econom¨ªa.
Los intereses de los bonos portugueses a 10 a?os del mercado secundario se dispararon el pasado mi¨¦rcoles 3 de julio, un d¨ªa despu¨¦s de la dimisi¨®n del ministro de Asuntos Exteriores y l¨ªder de los democristianos del CDS (la segunda pata del Gobierno), detonante de la crisis. La dimisi¨®n, por cierto, nunca aceptada por Passos Coelho. Esta semana, en una subasta del tesoro portugu¨¦s, la deuda nacional tambi¨¦n alcanz¨® niveles m¨¢s altos que en las pujas anteriores, celebradas hace meses. Es decir: la crisis pol¨ªtica y el impasse en el que est¨¢ sumido el pa¨ªs est¨¢ saliendo caro a los portugueses.
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