La reforma petrolera en M¨¦xico: argumentos contra sentimientos
Pe?a Nieto tendr¨¢ que advertir que en este tema no habr¨¢ ni consensos, ni unanimidades, tendr¨¢ que haber mayor¨ªas
Los Pinos es la residencia oficial de los presidentes de M¨¦xico desde 1934. El primer presidente que la habit¨® fue el General L¨¢zaro C¨¢rdenas del R¨ªo quien la ocup¨® a partir de marzo de 1935 y hasta el t¨¦rmino de su mandato el 30 de noviembre de 1940. Hoy vive en esa misma residencia el presidente Enrique Pe?a Nieto, quien lleg¨® a ella, el 1 de diciembre de 2012.
Con 75 a?os de diferencia, esos mismos muros, paseos y jardines han sido testigos de dos de las decisiones pol¨ªticas m¨¢s complejas y dif¨ªciles de la historia de M¨¦xico. Y las dos sobre el mismo tema: el petr¨®leo. La primera, la que toma el presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas el 18 de marzo de 1938 con la expropiaci¨®n petrolera. La segunda, la que toma el 12 de agosto de 2013, el presidente Enrique Pe?a Nieto, al presentar una iniciativa para reformar, el m¨ªtico art¨ªculo 27 constitucional, para permitir contratos de utilidad compartida con particulares, nacionales y extranjeros, lo que implica abrir al sector privado la posibilidad de invertir y participar en la industria petrolera mexicana.
Las dos son decisiones duras, para tiempos y mundos muy distintos. Para un M¨¦xico en contextos y condiciones muy diferentes.
Enrique Pe?a (47) se juega con su decisi¨®n buena parte de su capital pol¨ªtico, a una reforma necesaria, impostergable, mitol¨®gica, tab¨² en M¨¦xico, que lleva intent¨¢ndose con m¨¢s o menos decisi¨®n, desde hace por lo menos cinco sexenios.
M¨¦xico es un pa¨ªs con enormes recursos petroleros. Los recursos son y seguir¨¢n siendo de la naci¨®n. Pero hoy por razones hist¨®ricas e inercias pol¨ªticas, existe un solo operador: un monopolio de Estado que es la empresa Petr¨®leos Mexicanos (PEMEX). Ese operador ¨²nico compiti¨® y desarroll¨® una industria petrolera importante durante cuarenta a?os, pero M¨¦xico no era el gran exportador de petr¨®leo, hasta el descubrimiento del famoso yacimiento denominado ¡°Cantarell¡± en 1971 en Campeche. ¡°Un elefante¡±, como se llama en la jerga de los petroleros a los yacimientos gigantes. Un descubrimiento que cambi¨® completamente la din¨¢mica petrolera, industrial y econ¨®mica de M¨¦xico.
Fue como sacarse el premio mayor de una loter¨ªa. Una loter¨ªa de varios miles de millones de d¨®lares, que marc¨® claramente a dos generaciones de mexicanos, por lo menos, de 1976 a 2012. El problema es que ese yacimiento de petr¨®leo f¨¢cil, que se extra¨ªa en aguas someras y que soport¨® y patrocin¨®: varias crisis econ¨®micas, innumerables errores de inversi¨®n de varios gobiernos, que pali¨® en algo la pobreza con soluciones de corto plazo y sistemas rentistas, que sirvi¨® durante tantos a?os para pagar deudas absurdas y soportar irresponsables etapas de d¨¦ficit y gasto gubernamental, sencillamente est¨¢ a punto de acabarse.
M¨¦xico se gast¨® y quiz¨¢ hay que decir se mal gast¨® esos recursos. Algo queda en infraestructura, algo queda en reservas, algo queda en bienestar, pero bien a bien no queda mucho: no hay fondo soberano como en Noruega, no hay otro gran sector de la econom¨ªa especialmente desarrollado con recursos petroleros, no hay una gran ciudad nueva como Dub¨¢i, no hay equidad social, ni los mejores servicios en salud y educaci¨®n.
En 2004 la producci¨®n nacional de crudo alcanz¨® una cifra record de 3.4 millones de barriles diarios (mmdb). Cantarell aportaba m¨¢s del 60% de esa producci¨®n. En 2012 la producci¨®n total de M¨¦xico cay¨® a 2.5 millones de barriles diarios, porque Cantarell pas¨® de 2.12 mmdb en 2004, a 404 mmdb en 2012. La ca¨ªda no fue m¨¢s pronunciada por el crecimiento del sistema de pozos conocido como Ku-Malloob-Zaap, en las costas de Campeche y Tabasco, que han paliado parte importante de la reducci¨®n de producci¨®n de petr¨®leo, pero que tambi¨¦n se encuentran en etapa de madurez o declive.
De todas maneras la ca¨ªda es muy importante y da una idea de la agenda de riesgos energ¨¦ticos a la que M¨¦xico se enfrenta. Recordemos que un tercio de los ingresos fiscales del pa¨ªs corresponden todav¨ªa a ingresos petroleros. Es decir una tercera parte del gasto en pobreza, en la construcci¨®n de carreteras o del pago de servicios p¨²blicos, est¨¢ financiado con un ingreso petrolero en riesgo.
Pero adem¨¢s, el diagn¨®stico se agrava porque el mundo est¨¢ cambiando. La geograf¨ªa del petr¨®leo se ha modificado radicalmente en los ¨²ltimos 20 a?os: hay nuevo petr¨®leo, en nuevas regiones y con formas nuevas de extracci¨®n.
Estados Unidos, nuestro principal socio comercial y econ¨®mico, y nuestro principal comprador de petr¨®leo, le est¨¢ dando la vuelta al mapa del petrolero del mundo y est¨¢ alcanzando niveles de reservas, antes solo imaginadas para pa¨ªses como Arabia Saudita. En paralelo por supuesto, crece en sus capacidades de producci¨®n y se coloca en ruta no solo de la autosuficiencia, sino hasta de exportaci¨®n de hidrocarburos.
En pocas palabras, en M¨¦xico se acab¨® la era del petr¨®leo f¨¢cil y lleg¨® la era del petr¨®leo dif¨ªcil. Este cambio implica pr¨¢cticamente poner un nuevo negocio.
M¨¦xico requiere sobre todo ciencia y tecnolog¨ªa. Como muchas otras industrias, la petrolera es una industria del conocimiento. El verdadero due?o de los recursos, es quien tiene el saber, el conocimiento y los recursos humanos capacitados, para ir por ¨¦l y sacarlo, con respeto al medio ambiente, con velocidad y con seguridad. La industria petrolera de hoy deja de ser un asunto solo de los due?os de la tierra y las piedras, para convertirse en un asunto de los due?os de las patentes y la tecnolog¨ªa.
Para muchos pol¨ªticos mexicanos cuesta mucho trabajo entender y aceptar este nuevo paradigma.
Hay quien dice y cree que la tecnolog¨ªa se compra. Y que solo es una cuesti¨®n de dinero. S¨ª es verdad, siempre hay tecnolog¨ªa que se vende y que est¨¢ en el mercado. Pero tambi¨¦n hay que tener claro que los propietarios de la tecnolog¨ªa no son tontos, y no venden la tecnolog¨ªa de punta. La tecnolog¨ªa que de verdad permite competir, no est¨¢ en un supermercado, a la venta de los pa¨ªses y las empresas que la quieran, a la hora que quieran.
Son miles de patentes, que las grandes petroleras del mundo, de varias nacionalidades, han ido construyendo a lo largo del tiempo y que constituyen sus diferenciadores a la hora de competir, patentes que solo ponen a disposici¨®n de sus socios. Pero adem¨¢s hay todo un tema de manejo gerencial y operaci¨®n, que no se puede improvisar.
Puede no gustar, pero la realidad es muy necia. PEMEX puede ser una empresa entra?able y simb¨®lica, para muchos mexicanos y puede tener sus virtudes, pero hay que verlo como la industria y el negocio que es. Y hoy, ese negocio, monopolio estatal, como miles de monopolios que ha conocido la historia de la econom¨ªa, no est¨¢ acostumbrada a competir y adolece de muchas ineficiencias. La lista es larga y abruma: No solo se cae la producci¨®n de crudo; M¨¦xico importa gasolinas; tenemos gas caro y lo importamos, mientras en varios pozos lo quemamos; gran parte de la infraestructura es obsoleta y peligrosa; tenemos una red de ductos insuficientes y seguimos utilizando pipas y transporte terrestre; tenemos una gran cantidad de accidentes; uno de los m¨¢s altos ¨ªndices de robo de gasolinas en la red de ductos; tenemos una empresa endeudada m¨¢s all¨¢ de sus capacidades financieras; un gran pasivo laboral, entre muchos otros problemas.
Los mexicanos no perdemos dinero, porque dicen los expertos que es imposible hacer quebrar a un negocio petrolero: se dice que el mejor negocio, es el petr¨®leo bien administrado, y el segundo mejor negocio, es el petr¨®leo mal administrado. Pero lo que no vemos es que M¨¦xico ha dejado y est¨¢ dejando de ganar mucho dinero. Es decir perdiendo oportunidades. Hemos perdido o dejado de ganar, en diez a?os, quiz¨¢ casi un tercio de la potencial renta petrolera que deber¨ªamos estar aprovechando.
Hoy ya casi todos los actores pol¨ªticos, p¨²blicamente aceptan m¨¢s o menos esta realidad y casi todos coinciden en la necesidad de reformas. Hasta los m¨¢s conservadores advierten que algo hay que hacer. Es con este sentido de urgencia y con este panorama en el que Pe?a anunci¨® el Los Pinos una ambiciosa y pol¨ªticamente audaz reforma petrolera. Reforma de apertura a inversi¨®n, pero sobre todo, reforma de saber y conocimiento.
Pol¨ªticamente el escenario es muy complejo. Tocar el art¨ªculo 27 constitucional es un tema de sentimientos, contra los que el presidente, su Gobierno, su partido y sus aliados tendr¨¢n que presentar muchos argumentos.
Esta es una reforma llena de pasiones y resistencias. El petr¨®leo en una mesa mexicana, es siempre un tema que desata pol¨¦micas, controversia, di¨¢logos acalorados y puntos de vista divergentes. Es como el tema del rifle en Estados Unidos; el Pe?¨®n de Gibraltar en Espa?a; el aborto en Italia; las Malvinas en Argentina; o el divorcio en Chile. Son de esos temas pol¨ªticos temas l¨ªmite, viejos, controvertidos, recurrentes y que enfrentan a la gente y que los pol¨ªticos evaden.
Pe?a ha construido a lo largo de estos meses un mecanismo de di¨¢logo muy cordial y respetuoso con muchas de las fuerzas pol¨ªticas del pa¨ªs, a trav¨¦s de lo que ha denominado el ¡°Pacto por M¨¦xico¡± y que le ha merecido reconocimiento internacional y buena parte del llamado ¡°Momento Mexicano¡±, que son las expectativas de un M¨¦xico en el que este tipo de reformas son posibles.
Lo anteceden sus primeras reformas en materia educativa, de competencia y telecomunicaciones, que mucho acreditan y abonan para creer en su car¨¢cter de reformador. Pero nada es igual al tema petrolero.
Todo parece indicar que el presidente tiene condiciones para construir en el Congreso una coalici¨®n que vote su reforma: El Partido Revolucionario Institucional (PRI) el partido del presidente, no tiene por s¨ª solo los n¨²meros suficientes en el Congreso. Se trata de una reforma constitucional que requiere un proceso que exige una mayor¨ªa calificada.
En el Senado que ser¨¢ la C¨¢mara de origen, se requieren 86 de 128 votos. El PRI tiene 52 senadores, sus aliados, el Partido Verde y el partido de los maestros, Nueva Alianza juntos tienen 10 votos m¨¢s. La derecha el Partido Acci¨®n Nacional (PAN) tiene 38 votos indispensables para el presidente.
En la C¨¢mara de Diputados se requieren 334 de 500 votos. El PRI tiene 207, sus aliados el Partido Verde 34 y Nueva Alianza 10. El PAN tiene 114 tambi¨¦n muy necesarios para el presidente.
Adem¨¢s por ser reforma constitucional tendr¨¢ que contar con el voto de la mayor¨ªa de las legislaturas de los Estados, donde parece que el PRI no tendr¨¢ problema en conseguir 16 Congresos locales de los Estados Federales.
Es claro que para el presidente y para el PRI es indispensable contar con el voto del PAN. Un PAN dividido y enfrentado, que parece que puede acompa?ar la reforma pero que est¨¢ cobrando por adelantado una reforma pol¨ªtica complicada y dif¨ªcil de sacar antes del tema energ¨¦tico.
Por su parte, las izquierdas han sostenido sistem¨¢ticamente el no. La izquierda que tiene M¨¦xico dif¨ªcilmente votar¨¢ una reforma como la que necesita M¨¦xico.
A pesar de saberlo, el Gobierno de Pe?a ha tenido todos los cuidados y las cortes¨ªas posibles, aunque s¨®lo sea para que el tema transite, en la medida de lo posible, de manera institucional y civilizada por el Congreso.
Pero el gran tema sin duda es la calle, liderada en su mayor¨ªa por el dos veces derrotado candidato a la Presidencia Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que ve en este tema y en esta coyuntura, una oportunidad para reposicionarse y para movilizar a la sociedad.
En M¨¦xico la pregunta pol¨ªtica es: ?De qu¨¦ tama?o ser¨¢ la protesta? ?Cu¨¢ntos d¨ªas durar¨¢? ?Qu¨¦ tan violenta ser¨¢? ?Qui¨¦nes se sumar¨¢n? ?Se acabar¨¢ en unas horas o ser¨¢ un tema de meses? ?Cu¨¢l ser¨¢ su alcance?
La respuesta no es f¨¢cil en un pa¨ªs en el que no se han creado empleos suficientes, en el que la semana pasada bajaron los pron¨®sticos de crecimiento a un rango que estar¨¢ entre 2 y 3% del PIB, y en el que hace unas semanas se reporta un incremento en los ¨ªndices de pobreza que reconocen oficialmente a m¨¢s del 52,3% de la poblaci¨®n en condiciones de pobreza.
Adem¨¢s de varios focos rojos producto del problema de delincuencia e inseguridad y de la existencia de varios grupos de autodefensa populares, que diario retan la institucionalidad, el poder y la autoridad, de los gobiernos locales y del gobierno federal.
En la calle no caben los argumentos, solo los sentimientos. Los gritos ser¨¢n, porque lo han sido en el pasado, una vez m¨¢s: ¡°El petr¨®leo es nuestro¡± y ¡°no a la privatizaci¨®n¡±
El presidente Pe?a tiene que explicar, argumentar, debatir y convencer. No ser¨¢ f¨¢cil. Es un tema cultural y hay muchas resistencias. Puede haber momentos muy fuertes de tensi¨®n. El Ejecutivo tendr¨¢ que administrar el conflicto pol¨ªtico en la calle, al tiempo que consigue los votos en el Congreso y mantener el ¨¢nimo y la confianza de los inversionistas y de los mercados. Tiene las mejores condiciones pol¨ªticas para lograrlo.
El presidente tiene que dar argumentos, hacer pol¨ªtica y ejercer el gobierno en una democracia. Pero sobre todo, Pe?a tendr¨¢ que advertir que, al final, en este tema no habr¨¢ ni consensos, ni unanimidades. Tendr¨¢ que haber mayor¨ªas.
En M¨¦xico se enfrentan hoy los argumentos contra los sentimientos. Y como dec¨ªa Pascal: ¡°El coraz¨®n tiene razones, que la raz¨®n no entiende¡¡±
El autor, Sabino Bastidas Colinas, es consultor y analista pol¨ªtico mexicano
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