La ley permite nueve horas de detenci¨®n sin una ¡°sospecha razonable¡±

Calificada cuanto menos de arbitraria, la retenci¨®n de David Miranda en el aeropuerto de Heathrow es perfectamente legal. La Terrorism Act de 2000 (ley antiterrorista) permite a la polic¨ªa detener, registrar e interrogar durante un m¨¢ximo de nueve horas a los pasajeros de todos los puertos, aeropuertos y terminales ferroviarias internacionales. A diferencia de las potestades que las fuerzas de seguridad tienen en otros ¨¢mbitos, en este caso no es preceptiva siquiera una ¡°sospecha razonable¡± de que el individuo est¨¦ implicado en alguna actividad terrorista. El pasado domingo, los agentes no plantearon al brasile?o una sola pregunta relacionada con el terrorismo, y se centraron exclusivamente en las informaciones period¨ªsticas que prepara su pareja.

Aprobada por el gobierno laborista de Tony Blair, esta legislaci¨®n exige al interpelado que brinde ¡°cualquier informaci¨®n en su posesi¨®n que el oficial le reclame¡± y avala, asimismo, la confiscaci¨®n de sus posesiones, fijando su retorno en un plazo de siete d¨ªas. En el caso de aparatos tecnol¨®gicos como m¨®viles u ordenadores, la polic¨ªa puede dilatar su incautaci¨®n y descargar informaci¨®n de los mismos. La falta de cooperaci¨®n del retenido se considera un delito. El caso Miranda aporta otra mirada hacia ese Reino Unido tradicionalmente considerado para¨ªso de las libertades civiles: cualquier inocente pasajero puede ser objeto de la amarga experiencia que vivi¨® el brasile?o.

Los defensores de la ley esgrimen el c¨®digo de conducta establecido por el Ministerio del Interior brit¨¢nico, resumido en que ¡°los poderes policiales no deben ser utilizados arbitrariamente¡± y en que su aplicaci¨®n debe tener en cuenta ¡°la amenaza que plantean los diversos grupos terroristas activos dentro y fuera del pa¨ªs¡±. Tal como razonan sus cr¨ªticos, se contempla el entorno, pero no al propio individuo que va a ser interpelado y acosado con toda indefensi¨®n.

El mismo laborismo que promovi¨® la Terrorism Act 2000, y cuyo ¡°abusos¡± acaba de denunciar hip¨®critamente, decidi¨® seis a?os despu¨¦s ir todav¨ªa m¨¢s lejos con otro paquete legislativo que avala la detenci¨®n de los sospechosos de terrorismo, y sin habeas corpus, hasta un plazo de 28 d¨ªas. Todo en nombre de la llamada guerra contra el terror y que ahora le deja sin argumentos frente a los excesos permitidos por el gobierno de Cameron.