?En manos de qui¨¦n estamos?
Siria se perfila como el asunto central de la cumbre del G 20 en San Petersburgo, aunque los dirigentes mundiales no han incluido el tema en la agenda
?En manos de qui¨¦n estamos los ciudadanos de los pa¨ªses que se identifican como miembros de la civilizaci¨®n occidental? Siria se perfila como el asunto central de la cumbre del G20 en San Petersburgo, aunque el tema ha entrado a ¨²ltima hora en la agenda de este club internacional que re¨²ne a veinte pa¨ªses y a algunos m¨¢s, como Espa?a, que acude a la cita, aunque no est¨¢ en la lista oficial de socios, ni entre las banderas desplegadas en Strelna, junto al golfo de Finlandia, ni los gr¨¢ficos sobre los participantes facilitados por los organizadores.
Siria es motivo de inquietud, de gestos, de declaraciones y de rituales, pero hay base para pensar que estamos en manos de unos l¨ªderes superficiales, incapaces de superar sus agravios y antipat¨ªas personales, si el presidente ruso Vladimir Putin y su colega norteamericano Barack Obama no se sientan a hablar de Siria en la cumbre de San Petersburgo. Siria no es un tema para converser de pie en un pasillo o durante una recepci¨®n con una copa en la mano. De momento, no se ha previsto una reuni¨®n bilateral entre Obama y Putin, quien tiene programadas reuniones bilaterales, entre ellas con los l¨ªderes de China, Francia, Reino Unido y tambi¨¦n con el jefe del Gobierno espa?ol, Mariano Rajoy, pero no con Obama. Este se neg¨® a acudir a Mosc¨² para celebrar una visita oficial en v¨ªsperas del G 20, debido al caso de Edward Snowden, el denunciante del fisgoneo masivo practicado por Washington en el internet, que ha encontrado asilo en Rusia.
Obama ha trasladado a San Petersburgo la reuni¨®n con l¨ªderes de Organizaciones no Gubernamentales (ONG) que estaba programada antes para su estancia en Mosc¨². Mareados por continuos cambios de fecha y lugar, algunos de los invitados, respetados miembros de la sociedad civil, no podr¨¢n atender la invitaci¨®n. Sin embargo,de la misma manera que se ha trasladado esta cita, tambi¨¦n podr¨ªa trasladarse la que exist¨ªa con el presidente Vlad¨ªmir Putin, si ambos protagonistas as¨ª lo quisieran. Ahora bien, los dos l¨ªderes parecen atrincherados en posiciones de principios, en clich¨¦s de su propia imagen, en orgullos trasnochados y en resentimientos que las circunstancias internacionales convierten en pat¨¦ticos e impermisibles.
Un ataque militar a Siria sin sanci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU es un asunto peligroso por cuanto las consecuencias reales de tal acci¨®n pueden desbordar los planes limitados te¨®ricos que se hayan hecho en el Pent¨¢gono. As¨ª parec¨ªan advertirlo los comunicados que el mi¨¦rcoles difundieron el ministerio de Exteriores y el ministerio de Defensa rusos. Dadas las fuerzas incontroladas que un ataque a las instalaciones militares de Bashar el Asad podr¨ªa liberar, incluido el fortalecimiento de los clientes y afiliados de Al Qaeda, Obama no puede no tomarse en serio el alarmismo ruso, sean cuales sean los efectos dram¨¢ticos a?adidos por el Kremlin. El ministerio de Exteriores se refiri¨® a un peque?o reactor nuclear susceptible de causar contaminaci¨®n y proliferaci¨®n en caso de ser alcanzado en un ataque a Siria. En el ministerio de Defensa, el viceministro Anatoli Ant¨®nov, un respetado diplom¨¢tico, advirti¨® el 4 de septiembre a los agregados militares de Israel y de EE UU que no est¨¢n los tiempos y las cosas para lanzar misiles experimentales en el Mediterr¨¢neo como lo hicieron el 3 de septiembre en el marco de unas maniobras conjuntas. EE UU ha aumentado su presencia militar en aquel mar y lo mismo ha hecho Rusia, cuyos r¨¢dares en Armavir, en el sur del pa¨ªs, detectaron el lanzamiento de misiles bal¨ªsticos con una trayectoria oriental, que en determinadas circunstancia pod¨ªa haber alcanzado la frontera rusa, seg¨²n la informaci¨®n del ministerio de Defensa. Ant¨®nov dijo a sus interlocutores que el lanzamiento de misiles con una trayectoria en direcci¨®n hacia Rusia ¡°no es un acontecimiento trivial¡±. El mecanismo de reacci¨®n ante una crisis de Rusia se active plenamente y alcanz¨® los centros de mando de este pa¨ªs, hasta llegar al ministro de Defensa Sergu¨¦i Shoigu que inform¨® de ello al president y comandante en jefe Vlad¨ªmir Putin. Ant¨®nov record¨® a sus interlocutores que en 1988 la URSS (pa¨ªs del que Rusia es la heredera legal) y Estados Unidos firmaron un acuerdo que les obliga a informarse mutuamente sobre los lanzamientos de misiles con el fin de reducir el riesgo de una reacci¨®n inadecuada. En 1996 Rusia interpret¨® el lanzamiento de sat¨¦lites metereol¨®gicos en Noruega como un posible ataque, se?al¨® el funcionario.
Que Obama se reuna con los l¨ªderes de la sociedad civil rusa, observadores electorales, delegados de las minor¨ªas sexuales, defensores de los refugiados y disidentes, es leg¨ªtimo, pero en la lista de prioridades y en nombre de la situaci¨®n internacional, tanto ¨¦l como Putin deber¨ªan contemplar la posibilidad de sentarse cara a cara. As¨ª pues ser¨ªa deseable que les pongan unas sillas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.