Los conservadores desalojan del poder al laborismo en Australia
El triunfo electoral de Tony Abbott le garantiza mayor¨ªa absoluta
La pol¨ªtica australiana ha dado hoy un giro brusco a la derecha y tras dos legislaturas de gobierno laborista, la coalici¨®n entre el Partido Liberal y el Partido Nacional se hizo con la mayor¨ªa absoluta en el Parlamento. La campa?a agresiva del l¨ªder conservador, Tony Abbott, convenci¨® a un electorado fatigado de la inestabilidad en el seno del Partido Laborista.
?Abbott ha comparecido esta noche visiblemente satisfecho por la victoria y resumi¨® en pocas palabras su proyecto para la pr¨®xima legislatura: ¡°En tres a?os habremos eliminado el impuesto sobre las emisiones de di¨®xido de carbono, habremos parado la llegada de barcos de refugiados y tendremos super¨¢vit en los presupuestos¡±.
En una cr¨ªtica velada a los impuestos que el Partido Laborista impuso al sector privado, el l¨ªder conservador afirm¨® el s¨¢bado que ¡°Australia vuelve a estar abierta a hacer negocios¡±. La formaci¨®n de Abbott consigui¨® 88 de los 150 esca?os del Parlamento australiano, seg¨²n las proyecciones de esca?os con m¨¢s del 90% escrutado. Es una mayor¨ªa absoluta que le garantiza una legislatura tranquila con una oposici¨®n d¨¦bil. La representaci¨®n del Partido Laborista en la C¨¢mara baja ha ca¨ªdo y baja a solo 57 esca?os.
Tras dos legislaturas al frente de la oposici¨®n, Abbott se ha ganado el apodo de lanzador de bombas. Su discurso brusco, que a menudo roza lo grosero, acapara titulares en la prensa y resulta atractivo para buena parte de los votantes. Abbott ocupar¨¢ por primera vez el cargo de primer ministro, pero su experiencia en pol¨ªtica se remonta al a?o 2000, cuando fue nombrado ministro de Sanidad. Este antiguo seminarista al que sus detractores tildan de monje loco salt¨® a la primera l¨ªnea tras capitanear con ¨¦xito una campa?a en contra de que Australia se convirtiera en una rep¨²blica.
Pero tras la dial¨¦ctica controvertida se esconde un l¨ªder conservador que se opone firmemente al matrimonio homosexual, que ha prometido no acoger a los refugiados pol¨ªticos que llegan a las costas del pa¨ªs y que hasta hace pocos meses negaba la existencia del cambio clim¨¢tico.
En contraste con la euforia de los liberales, las filas laboristas contemplan el resultado con desolaci¨®n y tuvieron que hacer frente anoche a una nueva noticia aciaga. Su candidato, Kevin Rudd, renunci¨® al liderazgo del partido incluso antes de que el recuento de votos hubiera terminado: ¡°Ha llegado el momento de una renovaci¨®n de nuestro partido¡±.
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