Cr¨ªticas un¨¢nimes en Holanda ante el recorte del Estado de bienestar

¡°Holanda ha estado financiando el bienestar con deuda. Ahora quiere crecimiento sin burbujas que puedan pincharse¡±. La frase es de Jeroen Dijsselbloem, titular de Finanzas, que ha salido as¨ª al paso de la avalancha de cr¨ªticas generada por la planeada reforma del Estado de bienestar. El giro hacia una "sociedad participativa" propuesto por el Gobierno de centro izquierda para afrontar la crisis. El primer ministro, Mark Rutte, necesitado de apoyos parlamentarios para sacarlo adelante, tambi¨¦n ha dado la cara. Sin perder la sonrisa, se ha mostrado comprensivo y dialogante. ¡°No me extra?a la sensaci¨®n de la ciudadan¨ªa. Reformamos grandes sectores: educaci¨®n, sanidad, seguridad social, energ¨ªa¡­ y tambi¨¦n recortamos. Los efectos positivos no son a¨²n visibles y la gente est¨¢ descontenta. Pero queremos surfear en las olas generadas por una sociedad que considera normal asumir iniciativas gubernamentales, como cuidar a los d¨¦biles para que sigan en casa¡±, ha dicho, en un gui?o claro al ajuste previsto en la partida de subsidios sociales.

La tranquilidad mostrada por el mandatario, que ha llamado a la oposici¨®n ¡°a ser responsable a la hora de negociar¡±, no ha evitado que los sindicatos se le echaran encima pidiendo m¨¢s empleo y menos recortes. ¡°El Gobierno est¨¢ deteriorando la calidad de vida de la gente y de los servicios que recibe¡±, han dicho, al un¨ªsono, sus portavoces. Los editoriales de prensa, por su parte, han coincidido en sus dudas ¡°ante la fragilidad de un Ejecutivo sin mayor¨ªa en el Senado y dependiente de la salud de las econom¨ªas del resto de la UE para avanzar¡±, en palabras del rotativo NRC Handelsblad. Sus colegas de De Volkskrant, De Telegraaf y Trouw, los m¨¢s le¨ªdos, han coincidido en que tras seis a?os de crisis, y cinco de recesi¨®n, ¡°no ser¨¢ tan f¨¢cil sanear la econom¨ªa¡±. Sin olvidar que el Gobierno no acaba de abordar ¡°una aut¨¦ntica reforma del mercado inmobiliario y de trabajo, las pensiones o la sanidad¡±, seg¨²n el diario econ¨®mico Financieele Dagblad.

Para todos ellos ha tenido una respuesta directa Jeroen Dijsselbloem. ¡°Ya no te mandan a casa con un subsidio; hay que trabajar si es posible y aprovechar al m¨¢ximo el talento¡±, ha se?alado el ministro. Dispuesto a retocar el plan de reformas durante las pr¨®ximas negociaciones pol¨ªticas, que se prev¨¦n duras, ha hecho asimismo una advertencia. ¡°Que sepan todos de antemano que no tengo mil millones de euros m¨¢s, ocultos por ah¨ª. Si tocamos una partida donde hab¨ªa que ahorrar, habr¨¢ que hacerlo en otras. Y r¨¢pido¡±, asegura. A la vista de su cojera en el Senado, la actual coalici¨®n, de liberales y socialdem¨®cratas, parece abocada a hacer concesiones a la democracia cristiana, los liberales de izquierda e incluso los verdes, para materializar la sociedad participativa que promueve. A la espera de las condiciones de los pactos que se avecinan, el ¨²ltimo organismo consultor en pronunciarse, el Consejo de Estado, ha expresado tambi¨¦n sus dudas acerca del vuelco sanitario y social.